Cannabis medicinal | El Nuevo Siglo
Martes, 2 de Abril de 2019

La marihuana medicinal es una gran oportunidad para el desarrollo de una nueva agroindustria en Colombia, puede significar un esperanzador futuro para el agro y la industria farmacéutica, generando miles de empleos y llevando desarrollo a distintas regiones del país. Colombia, desde hace tres años, abrió las puertas al negocio del cannabis medicinal, creando un marco regulatorio favorable para una industria que, según cálculos del Ministro de Comercio, puede llegar a representar el 0,5% del PIB nacional.

Algunos estiman que para el año 2025 la industria del cannabis galénico puede alcanzar un valor cercano a los 60.000 millones de dólares, de los cuales Colombia puede llegar a producir 4.500 por año. La legislación, que solo permite usos científicos y medicinales de la planta, dio lugar a un rápido crecimiento del sector. Hoy en Colombia, se han autorizado alrededor de 140 licencias para cultivos de marihuana.

La calidad de nuestros suelos, la topografía, la luminosidad de 12 horas continuas a lo largo del día en algunas regiones, la calidad de nuestra mano de obra y ¿por qué no? la fama mundial de nuestra marihuana, hacen de Colombia un lugar privilegiado para la producción de cannabis con usos medicinales y científicos. Tenemos la oportunidad de darle la vuelta a una imagen negativa que tiene Colombia alrededor del mundo como país productor de drogas, para convertirnos en productores de medicinas derivadas del cannabis, las cuales pueden ayudar a mejorar la calidad de vida de millones de pacientes.

El cannabis puede convertirse en el nuevo café, un producto como las flores o el banano, pero con un alto valor agregado. Un producto que traerá transferencia tecnológica y conocimiento científico, un cultivo intensivo en mano de obra, que demanda más de 25 empleados por hectárea.

Una cosa es el narcotráfico, al que tenemos que perseguir con toda contundencia, y otra muy distinta, utilizar plantas que tienen propiedades benéficas para la salud humana. Por ejemplo, resulta increíble que, en Colombia, hay producción ilícita de heroína, pero tenemos que importar morfina de Turquía para tratar el dolor de los pacientes en nuestros hospitales.

El Gobierno tiene la oportunidad de impulsar con entusiasmo esta nueva industria, que, por supuesto debe estar sometida a una estricta y efectiva regulación, pero que puede representar grandes beneficios. Es hora de darle la vuelta a un problema histórico de nuestro país, podemos convertir una desventaja en una ventaja. Y que este tipo de cultivos, en lugar de traer violencia y miseria, traigan desarrollo, tecnología, salud, riqueza y conocimiento.

@SamuelhoyosM