Peruanos votan pero no elegirían al presidente | El Nuevo Siglo
EN un reconocido clima de apatía y con cinco candidatos presidenciales en un empate estadístico según las encuestas, los peruanos acuden hoy a las urnas.
Foto archivo AFP
Sábado, 10 de Abril de 2021
Giovanni Reyes

Aunque las encuestas en varios países han demostrado tener un alicaído prestigio, sí es posible afirmar que las mismas determinan tendencias, en medio de las condicionantes electorales que tratan de medir.  En todo caso, es preferible tener una visión medio nublada a estar totalmente ciego. De manera que el resultado de las encuestas -con información levantada sin tendencias preconcebidas ni manipulación de datos- sí puede mostrar proyecciones en la intención de voto.

Se llama la atención sobre esto de las encuestas, dado que, en Perú este domingo 11 de abril, se debe elegir, entre otros cargos, el de presidente de la República.  Producto de las diferentes encuestas, cuya información ha sido dada a conocer recientemente, se puede llegar a dos conclusiones fundamentales: (i) un reconocido clima de apatía, a partir del último año que ha sido particularmente rocambolesco para el país -tres presidentes en menos de 12 meses-; y (ii) un empate estadístico entre casi 6 de los contendientes por la presidencia.

Como parte de las condicionantes se tiene que estas elecciones  son de tipo “portaviones” es decir que en una misma actividad se elegirán varios cargos: presidencia de la República, dos vicepresidentes de esta, además de 130 congresistas y 5 representantes en el Parlamento Andino. Los cargos cubrirán el período de 2021 a 2026.

En cuanto a los candidatos que parecen como más probables de hacerse con la victoria, se destaca quien, hasta ahora, a 48 horas de los comicios, parece liderar las encuestas con 11.4% de las preferencias, según lo ha publicado el Instituto de Estudios Peruanos (IEP), es Yonhy Lescano del partido Acción Popular (AP).  Se trata de una agrupación que en tres oportunidades se ha hecho con la presidencia del país, además, este partido tuvo la mejor votación en 2020.  Esto le daría “momentum” a las aspiraciones presidenciales de Lescano.

Sin embargo, no es de descartar que, en un ambiente cerrado, con tantos aspirantes empatados en las tendencias, un pequeño movimiento en las preferencias puede surgir a raíz del desgaste en el poder, haciendo mella en una agrupación política tradicional como Acción Popular.  Es de agregar que, hasta diciembre de 2020, Lescano no era el candidato asegurado en su partido.  Logra la nominación a partir del apoyo de las bases, pero no es totalmente aceptado por la alta dirigencia de AP, de manera que existen fisuras en el respaldo.



 

En lo que sería un segundo lugar en las preferencias, siempre con muy poco margen del primer lugar, están Verónika Mendoza y Rafael López Aliaga.  Ambos estarían llegando a tener cotas de aprobación entre 9.8% y 10.2%, respectivamente. 

Verónika Mendoza es la candidata que trata de aglutinar a las fuerzas más a la izquierda de los partidos políticos y de los electores, con ello intenta dar posicionamiento a los sectores más intelectuales, académicos y progresistas.  En todo esto se ha hecho evidente que esta candidata debe tener el apoyo del centro del electorado y de allí que los pronunciamientos no sean extremos.

Mendoza tiene la esperanza que le confiere el hecho de que, en las elecciones de 2016, de las cuales salió como triunfador Pablo Kuczynski, se hizo sorprendentemente con un tercer lugar. En esa oportunidad, tal y como sus partidarios reiteradamente subrayan, quedó a tan sólo dos puntos porcentuales del ganador.  Producto de esa elección, la izquierda peruana se constituyó en la segunda bancada más numerosa de la legislatura. 

No obstante, es de resaltar que esa coalición -situación tradicional entre la izquierda- sucumbió a diferencias internas.  En la actualidad Mendoza ha tenido que conformar una nueva alianza política, lo que podría pasarle factura al momento de los resultados que se esperan este domingo 11 de abril por la noche.

El otro candidato empatado en el segundo lugar es López Aliaga. Como a él le gusta denominarse, es “el Bolsonaro peruano”. Sería una más de las opciones pintorescas, a no ser por la amenaza que puede conllevar. Es un personaje que se complace en mostrar sus más extremas posiciones conservadoras. Hombre con recursos hechos en dos sectores empresariales: finanzas y hotelería.  Mucho del fundamento de su campaña se centra en el mito de que, si se es un buen empresario, será un buen presidente. 



 

De poco cuentan los terribles resultados en mortalidad de la pandemia de quienes son los referentes de López: Trump y Bolsonaro.  Es de recordarlo, Estados Unidos debido a la gestión de la pandemia ha llegado a superar el medio millón en un año. Medio millón.  Mientras Bolsonaro en Brasil -en medio de lo que son innecesarias tempestades dentro de su gabinete ministerial- está llegando a la friolera de 4,000 muertos por día en la gran economía latinoamericana. 

López en Perú cuenta con el respaldo de los sectores del cristianismo católico aglutinados en el Opus Dei, con toda la influencia económica, presencia conservadora y apoyo electoral que tal organización puede brindar.  No obstante, es de reconocer que los sectores de presión principales en Latinoamérica, como es normal, dan respaldo a varias opciones. Con ello se aseguran resguardo de intereses, más allá de quien resulte ganador.

Producto de las cuarentenas, la debilidad institucional en Perú y con mucho de la gran economía informal que presenta, la contracción del total de la producción peruana llegó a ser el año pasado de cerca de -10% del producto interno bruto.  Las muertes por la pandemia han superado las 100,000 en este país de 32 millones de habitantes. 

El escenario es preocupante. Es una sociedad desesperada y eso es muy peligroso para la toma de decisiones políticas. En especial cuando se tiene una crisis que parece retroalimentarse a sí misma y los mensajes políticos son profusos, difusos y muchas veces contradictorios.

*Ph.D. University of Pittsburgh/Harvard. Profesor Titular, Escuela de Administración de la Universidad del Rosario

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