“Reemplazar los K-fir es una necesidad impostergable” | El Nuevo Siglo
EL EXCOMANDANTE de la FAC, general de la (RA), Guillermo León León.
/Cortesía
Viernes, 9 de Abril de 2021

La adquisición de la nueva flota de aviones de combate para reemplazar a los K-fir es una necesidad impostergable y la negociación se debe hacer cuanto antes porque “los aviones de combate no están en una vitrina, sino que hay que pedirlos con tiempo”.

Así lo dijo el excomandante de la Fuerza Aérea colombiana, FAC, general de la (RA), Guillermo León León, quien sostuvo que Colombia no pretende ingresar a una carrera armamentista en América y que su único fin es fortalecer su poder disuasivo y ofensivo. “Prueba de ello fue que la guerrilla de las Farc, que es blanco del poder de la FAC, se sentó a negociar un acuerdo de paz con el Gobierno nacional, en La Habana, en Cuba”.

No obstante, a su parecer Colombia actualmente enfrenta una difícil situación de orden público por el crecimiento de las disidencias de las Farc, la aparición de la llamada Segunda Marquetalia, también de las Farc; las actividades armadas del Eln, del Clan del Golfo, el narcotráfico, el tráfico de armas y otros grupos armados al margen de la ley, además de las amenazas externas a la seguridad nacional y a las supuestas operaciones de espionaje de Rusia, Cuba y Venezuela.

Tomando en cuenta este panorama, “es impostergable la compra de los nuevos aviones para reemplazar a los K-fir cuya vida útil expira en el año 2023, luego de 40 años de trabajo en el país y de ser modernizados en dos oportunidades. Colombia no se puede quedar sin su defensa estratégica, disuasiva y ofensiva, ante las amenazas internas y externas” afirma el general León León.

Es contundente al señalar que llegará “un momento en que, si el Gobierno no toma la decisión en este sentido, debe asumir la responsabilidad en el futuro porque que deja a la nación sin una capacidad estratégica de defensa fundamental y abre la posibilidad a que eventualmente seamos objeto de un ataque real y no tengamos cómo responder, entonces esa administración será la responsable de lo que le pase al país”.

“A este Gobierno, como se diría, le llegó hasta la pared esta necesidad y la FAC no tiene a dónde más correr, porque en el 2023 los viejos K-fir dejarían de volar y no hay flota que los reemplace. Un proceso de este tipo no es rápido, porque se comprometen tantos recursos que van a generar discusiones internas, en el Congreso de la República, en la opinión pública e incluso en controversias de contienda política y por esta razón se debe trabajar en varios escenarios para que el proyecto avance”, precisó.



Dijo que “una compra de una flota de aviones de combate no se puede hacer de contado y por ello es necesario un detallado plan presupuestal con un apalancamiento financiero y no someter al país a una descapitalización. La FAC viene trabajando desde el 2012 con estudios y análisis serios y responsables sobre la mejor opción para Colombia y ahora le corresponde al Gobierno nacional tomar la decisión o asumir la responsabilidad en el futuro de que dejó al país sin una capacidad estratégica de defensa fundamental”.

Explicó que “el Gobierno nacional ha sido claro en que en estos momentos la prioridad es atender la pandemia del covid19 y no ha planteado ninguna reforma para adquirir los nuevos aviones que requiere la nación para la defensa de la soberanía y para enfrentar las amenazas internas y externas. Hasta la fecha, creo que no se ha definido cuál de las cuatro propuestas fue seleccionada”.

El general León León fue enfático en precisar que no hay demasiado tiempo para esta gestión. Al respecto dijo: “El país está corto, porque las aeronaves de combate no están en las vitrinas y se requiere de un tiempo para su fabricación y podría decirse que en el primer año podrían ser entregados dos aviones y sucesivamente se iría supliendo la necesidad. Tenemos un escenario muy reducido, porque ya no tenemos cómo echar para atrás la pared. Llegamos al límite en el 2023”, añadió.

A su juicio “es importante que esta necesidad militar no se enrarezca y que debe surtirse un proceso de transparencia y generar consenso sin sesgos políticos que vayan a distorsionar la realidad de lo que requiere el país para su defensa”.

“Los colombianos debemos tener claro que la seguridad y la defensa es un bien público y necesario para que se desarrolle la vida del Estado, para que los fines de Colombia de progreso y de prosperidad que promulga la Constitución Nacional se puedan llevar a cabo. Y, al ser un bien público tenemos que protegerlos todos”, acotó.



Estrategia defensiva

Explicó el oficial que “nosotros como país, desde hace mucho tiempo, hemos mantenido una aptitud estratégica defensiva - ofensiva. Es decir, nosotros no somos un país que busca conflictos bélicos, que busca conflictos con los vecinos. Lo que sí propugnamos es la defensa de nuestra soberanía, de nuestra independencia y de nuestras instituciones”.

Reiteró que ver “riesgos que amenazan esos elementos que están constituidos en el Artículo 217 de la Carta Magna, nos permite hacer el análisis para decir qué tenemos que hacer. Hoy estamos enfrentados a una situación donde los grupos armados organizados siguen pululando y afectando la tranquilidad de los colombianos con unos enormes riesgos y con unas economías como es el caso del narcotráfico, la minería ilegal, el contrabando, el tráfico de armas, entre otros”.

Aseguró que “todos sabemos las consecuencias del proceso de paz en La Habana de cómo se surtió, pero que también tuvo unos imperativos perversos que son reconocidos por los mismos protagonistas y de los que estuvieron allí negociando por parte del Gobierno Nacional, de cómo algunas medidas llevaron a que se incrementaran de manera exorbitante las cantidades de hectáreas en el territorio nacional que se dedicaron a los cultivos de hoja de coca”.

Frente al narcotráfico narró que la FAC ha hecho un trabajo juicioso y metódico para neutralizar las trazas o vuelos de aviones destinados a esta actividad, pues “en el 2003 se contabilizaban más de 600 trazas ilícitas que cruzaban nuestro espacio aéreo con propósito de tráfico de drogas, algunas con el tráfico de armas, y hoy solo se registran dos o tres trazas. Con el poder aéreo empezaron a desaparecer esos vuelos ilegales del mapa de Colombia porque saben que hay una reacción que los va a interceptar y los va a obligar a aterrizar o los va a obligar a salir del espacio aéreo de Colombia”.

El oficial recordó que “nosotros en el año 2013 tuvimos la necesidad, inclusive, de sacar de nuestro espacio aéreo a unos bombarderos rusos Tupolev 160 que volaban de Venezuela a Nicaragua y que violaron en dos ocasiones el espacio aéreo nacional en el norte del país. Ahí fue importantísima la reacción de nuestros aviones K-fir para poder hacer presencia en ese rincón de la patria, obligando a esas aeronaves a retirarse de nuestro espacio aéreo. Este es un ejercicio de algo que se ha avanzado y que no podemos retroceder”.



Además, el entorno de Colombia es complejo, “porque todos los días es frecuente escuchar amenazas de un Gobierno que está al lado, nuestro vecino Venezuela, donde sus funcionarios lanzan amenazas a los colombianos. En algún momento se pueden hacer realidad esas amenazas. No sabemos lo que pueda ocurrir con un gobierno impredecible y que podría actuar de manera irracional, metiéndonos en un conflicto por el que seamos objeto de un ataque aéreo; sería terrible y devastador para Colombia, por la capacidad que tiene Venezuela con los aviones Sukhoi”.

En este sentido el general se cuestionó "¿cuánto nos costaría a los colombianos el tener que recuperar, por ejemplo, infraestructura de comunicaciones, la petrolera, la energética, la infraestructura de puertos, de vías, entre otras...? costaría miles y miles de millones de dólares. El proyecto de la compra de aviones caza vale mucho dinero, eso es cierto, pero cuánto vale lo que vamos a perder”.

Agregó el excomandante de la FAC, general (RA), Guillermo León León, que “también tenemos una frontera en el mar Caribe sin definir, tenemos una situación muy compleja y no sabemos cómo van a salir estos fallos de las pretensiones de Nicaragua que nos llegan al frente de Cartagena. También sabemos de las sombrillas que le dan otros países a Nicaragua en estas pretensiones y por esta razón nosotros necesitamos estar muy bien equipados para generar una disuasión en la defensa de la soberanía nacional”.