El fracaso ruso | El Nuevo Siglo
Martes, 29 de Marzo de 2022

La operación militar especial ordenada por el presidente Putin de invasión a Ucrania no resultó relámpago, lleva más de un mes con incierto pronóstico. El argumento de que su gobierno era nazi y carecía de respaldo popular distaba de la realidad, los ucranianos quieren un Estado Soberano, defienden valores democráticos, lo vienen demostrando con su resistencia en discrepancia respecto de lo expuesto por el régimen interesado en someterlos al anacrónico proyecto de resucitar un Imperio.

El cambio de Estatus de Donbás y Crimea no puede ser fruto de la violencia. Se habla de una consulta popular, el presidente ucraniano ha dicho que este punto no es susceptible de pactarse en tensas conversaciones para buscarle una salida al conflicto, pero el tema sigue siendo bandera del señor Putin, quien además moviliza barcos y dispara misiles desde el Mar Negro sobre ciudadanos indefensos. Una guerra de desgaste con repercusiones imprevisibles altera relaciones y la amenaza del uso de armas nucleares   abruma.  

Impulsados a la movilización obligatoria, los oficiales y soldados rusos, con miles de muertos y heridos, incluyendo generales, muestran fatiga, forman parte del desarrollo de un plan que no entienden. Con multitud de compañeros desaparecidos ya no saben para qué ganar. Ni antes ni después Ucrania significa peligro para la Federación Rusa, absurdo que Putin haya decidido clasificar de Estados hostiles a los países que solicitan el alto al fuego y la finalización de la invasión.

Desconcertantes los errores estratégicos de las fuerzas de ocupación, la ausencia de ropa apropiada y suministros, las órdenes y contraórdenes emitidas, asombroso observar el estancamiento de los viejos tanques, los desaciertos en los blancos, el despliegue aéreo carente de sincronización, el irrespeto por los derechos humanos de la población civil, considerar enemigos a niños, ancianos y enfermos, a los ríos y los árboles.

Hay quienes opinan que la tercera guerra mundial comienza. Ni a las naciones europeas, OTAN, ONU, ni a ningún ser racional les interesa que el género humano sucumba. Rusia debe prepararse para un cambio de gobierno sin interferencia externa y hacerlo de manera pacífica ya que a pesar de la censura es notorio el aumento de las voces de protesta contra la invasión dentro de la propia Federación y la represión se siente.

El comunismo es ideología dejada a un lado por un gobierno que propicia el enriquecimiento abusivo de sectores minoritarios cercanos a la alta cúpula política, la invasión para machacar a los ucranianos no obedece a que ellos deseen mal a los rusos ni desconozcan vínculos de amistad, de vecindad e inclusive familiares.  

La comunidad internacional tiene que comprometerse a la reconstrucción de Ucrania, su valerosa actitud ojalá sirva para impedir que dirigentes autoritarios emprendan operaciones vandálicas con detrimento humano y del hasta ahora único planeta donde existe la vida. Esta no es guerra entre pueblos como lo sostiene Zelenski, quien perdió a tres hermanos de su padre, ellos sí sacrificados por los nazis.