La droga, flagelo de la humanidad | El Nuevo Siglo
Martes, 21 de Marzo de 2023

Muchos años han trascurrido desde el momento que Colombia entendió la dimensión del problema, que conlleva la presencia de drogas ilícitas en el suelo patrio. Jamás se imaginaron las autoridades de la época, los dolores y tragedias que, con el paso de los años y la expansión del narcotráfico, tendría que soportar este dolido país.

La historia está presente, aunque en algunos casos olvidada, tanto por los gobernantes que solo tangencialmente rosaron el calvario en épocas pretéritas, como por las gentes de bien, que viven ajenas a la historia, ausentes y apartadas del dolor.

Por los años 70, Colombia dada su ubicación geográfica se convirtió en país de paso, fácil y obligado para narcotraficantes dedicados al envió de drogas a Europa y los países del norte. A la vez que aparecieron los primeros sembrados de marihuana. Esta situación alertó y puso la fuerza pública sobre aviso de la realidad, dando inicio a las primeras operaciones contra estas incipientes organizaciones.

En la alborada de los años 80 apareció el cultivo de la plata de coca, como recurso para evitar la importación de hoja peruana o boliviana; los traficantes colombianos invadieron grandes extensiones rurales con esta planta, a la vez que montaron laboratorios para producir pasta y base de coca, que precipitaban a clorhidrato de cocaína en laboratorio instalados cerca  de centros urbanos, la proliferación de cultivos no se hizo esperar, debiendo la policía antinarcóticos con el apoyo del gobierno y de los Estados Unidos, iniciar esos primeros ensayos sobre fumigación,  y erradicación manual, actividades que se potenciaron ante la imparable aparición  de plantaciones en el sur del país.

Muy dura la misión, especialmente para la erradicación manual, por el peligro que generaba la entrada y salida del personal en zonas alejadas e inhóspitas. Estas estrategias han recibido reprobación de diferentes sectores, donde se condena el uso del glifosato, -debate que no vamos a encarar en esta columna-. Simplemente bástenos decir que los resultados fueron alentadores, más sin embargo hoy, este programa está congelado, por lo tanto, las hectáreas sembradas en coca han aumentado y con ellas también la capacidad de producir cocaína para su exportación, lo que juega en contra de la imagen y prestigio de nuestro país ante la comunidad internacional.

Lo anteriormente expuesto, sin considerar la cuota de sacrificio y  vida de nuestros héroes en esta lucha, nos lleva a revisar con detenimiento los últimos conceptos del presidente estadounidense Joe Biden, quien al inicio de su gobierno se enfocó en la prevención como estrategia ante el consumo de drogas, cambiando hoy su punto de vista  de cara  al problema y la necesidad de controlar la producción mundial de drogas estupefacientes, entre ellas la cocaína producida  en Colombia, coyuntura que lo impulsará, de seguro, a evaluar los convenios con nuestro gobierno.