Observatorio Colombiano de Mujeres | El Nuevo Siglo
Martes, 10 de Marzo de 2020

El 8 de marzo parecía en Bogotá algo especial. Los restaurantes estaban muy llenos y desde la semana anterior había cantidad de celebraciones, manifestaciones, actos, flores y mensajes que corroboraban el Día Internacional de la Mujer como un día verdaderamente sentido.

El llamado Foro M, organizado por la Vicepresidencia, por ejemplo, se centró más allá de los temas de equidad, que estaban latentes, en las mujeres capaces de acelerar el desarrollo. Entonces, la etiqueta, para no decir hashtag, Soy empresaria, comandó las tendencias de este día.     

Del diagnóstico pasar a la acción, dice la Vicepresidente, con toda la razón. Ella convalida la necesidad de empezar con indicadores concretos, los datos, que son la base del conocimiento en tiempo real, como insumo básico de la ahora sonada inteligencia artificial.

Por esto, en hora buena, las colombianas y por supuesto, también los colombianos, le pueden dar la bienvenida al Observatorio Colombiano de Mujeres OCM y su página web, que va a ser la radiografía, con un inicio de quince indicadores, como regalo en este día de la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer.

Si bien el Observatorio había sido reglamentado desde el año 2006, hoy, catorce años después es un hecho. Gusta en especial su escáner regional, por cuanto las brechas son amplias. Las cifras de partida son una foto sorprendente.

Bien sabemos que en Colombia hay un poco más de mujeres que de hombres (51,2%), superior a la proporción en el resto del mundo. Al hablar de autonomía económica, la tasa de desempleo es de las más altas (12,7%, 2018) y por regiones hay tasas mayores. Curiosamente la Costa Atlántica, Boyacá y Santander bajan la media. La diferencia es parecida en lo rural.

En cuanto al ahorro para invertir en un negocio, lo hacen menos las mujeres. Sólo el 12% frente al 19% de los hombres (2017), aun cuando la tasa nacional es baja. Algo similar sucede con el acceso al crédito y quien lo creyera la diferencia es todavía mayor en el caso del uso de tarjetas de crédito y del celular para pagos por internet.

En el tiempo de cuidado y trabajo doméstico no remunerado, que se identifica como la economía del cuidado, la dedicación de las mujeres llega a doblar la participación masculina y es superada no por mucho en el caso de la mujer rural. Y eso que existe una mayor conciencia del apoyo masculino en la casa. Seguramente se podrá dar el detalle a futuro cuando se trata del cuidado a un familiar.     

Asimismo, con una diferencia de seis puntos, el índice de pobreza multidimensional afecta mayormente a las mujeres. Situación que también se refleja en la pobreza en términos de ingresos monetarios como que cerca del 70% de las personas que no tienen ingresos propios son mujeres, con brechas más altas en el caso de la mujer rural.

Estas son parte de las estadísticas. El Observatorio nos dará la pauta para hacer muchas acciones hacia el empoderamiento y la edificación de la mujer y fundamentos para visibilizar su verdadera connotación en Colombia. 

*Presidente Corporación Pensamiento Siglo XXI

uribemariaelisa@gmail.com