La situación de seguridad en el departamento del Putumayo cada vez es más compleja por la presencia de grupos armados al margen de la ley, especialmente por la confrontación que libran por el predominio en el territorio dos disidencias de las Farc: el frente primero, al mando de alias ‘Gentil Duarte’, y los llamados ‘Comandos de la Frontera’, que se desprendió del frente 48. En medio de este escenario se conoció ayer el asesinato de María Bernarda Juajibioy, alcaldesa del Cabildo de Orito. En el ataque también murió su nieta de dos años y dos mujeres más fueron heridas.

La comunidad informó que la alcaldesa indígena se movilizaba en moto con dos mujeres más del cabildo en la vereda La Esmeralda en Orito, hacia la inspección de El Placer, en el municipio de Valle del Guamuez, en el departamento de Putumayo. En el camino fueron interceptadas por hombres armados que les dispararon.

El director de Human Rights Watch para las Américas, José Miguel Vivanco, se pronunció sobre estos hechos señalando que “asesinaron a la lideresa indígena María Bernarda Juajibioy, alcaldesa del Cabildo de Orito. En el ataque también murió su nieta (2 años) y fueron heridas sus hijas. María Bernarda había recibido amenazas de Comandos de la Frontera. Aterradora situación en Putumayo”.

Por su parte, el Fondo Noruego de Derechos Humanos señaló sobre este hecho que “expresamos nuestra preocupación por la muerte de la líder María Bernarda y su nieta de un año en Putumayo (Colombia). Pedimos que se lleven a cabo las investigaciones oportunas para resolver las circunstancias de estos hechos y procesar a sus responsables”.

En tanto que la Organización Nacional Indígena de Colombia (Onic) dijo que “rechazamos el asesinato de la lideresa indígena del Pueblo Kamentsá María Bernarda Juajibioy y de su nieta en el Putumayo. Las mujeres indígenas son las guardianas de la pervivencia de los pueblos. La violencia se recrudece”.

Añadió que “pueblos indígenas exigimos investigación y judicialización de los responsables, en los territorios indígenas hacen presencia grupos armados que ponen en riesgo la pervivencia de las comunidades. Nos están exterminando ante el silencio cómplice del gobierno de Iván Duque”.

Por su parte, el senador indígena Feliciano Valencia dijo que “el asesinato de mamá Bernarda Juajibioy y su nieta de tan solo un año, produce tanto dolor como impotencia. ¿Cuántas denuncias y alertas tempranas no escuchadas ni atendidas en el Putumayo?”.

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Mientras que el representante a la Cámara, Carlos Ardila, dijo que “condenamos de manera categórica estos hechos que enlutan al departamento de Putumayo y a Colombia, la vida de las mujeres y de las niñas amerita una especial protección”.

El parlamentario hizo un llamado al ministro de Defensa, Diego Molano, para que las políticas públicas de seguridad tengan un componente que le permita transformar los territorios que requieren de inversión, que requieren de bienes públicos, dijo.

El asesinato de la líder ha causado temor en los 15 pueblos que habitan en esta región del departamento del Putumayo.

Tras este doble crimen el coronel Roberto Sánchez, comandante encargado de la Policía en el Putumayo, inició una operación en conjunto con soldados de la Brigada 27 de Selva del Ejército buscando a los sujetos responsables.

Grupos armados

Históricamente la guerrilla de las Farc ejerció dominio en buena parte del Putumayo pero tras su desmovilización por el acuerdo de paz, el disidente frente primero al mando de ‘Gentil Duarte’ e ‘Iván Mordisco’ arribó buscando tener control de los cultivos de coca y otras rentas ilícitas.

Sin embargo hace unos meses un nuevo actor armado hizo ingreso en el territorio, que se hace llamar Comandos de la Frontera, como lo han dicho en varias irrupciones que han hecho en sitios de reunión de la población con la intención no solo de provocar temor, pues se presentan armados, sino para advertir que ellos supuestamente son la autoridad.

Así se vio hace algunas semanas cuando hombres fuertemente armados se tomaron una gallera en la inspección de Siberia en Orito, precisamente en la misma región donde fue asesinada la alcaldesa Juajibioy, cuando incluso se atrevieron a requisar a los atemorizados asistentes a ese lugar.