OCDE eleva proyección del PIB global por caída de inflación | El Nuevo Siglo
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Viernes, 17 de Marzo de 2023
Agence France Presse

La OCDE revisó al alza sus previsiones de crecimiento mundial para 2023 y 2024 gracias a la caída de la inflación y a la reapertura de China, aunque advirtió del riesgo generado por las dificultades de algunos bancos.

"Las perspectivas tienden un poco más al optimismo (...), pero la economía mundial sigue siendo frágil", apuntó el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Mathias Cormann.

El crecimiento de la economía mundial fue del 3,2% en 2022 y la organización, con sede en París, proyecta un 2,6% para este año y un 2,9% para el próximo, cuatro y dos décimas más que en su precedente estimación de noviembre, respectivamente. Para Colombia mantuvo sus previsiones de 1,2% para este año.

Revisiones

La revisión al alza para 2023 alcanzó a la mayoría de grandes economías del planeta, aunque la organización rebajó sus previsiones de crecimiento para Japón, Corea del Sur, Brasil, Argentina y Turquía.

En el caso de Brasil, la organización espera este año un crecimiento del 1%, dos décimas menos que en noviembre. Para Argentina, la proyección es de +0,1%, cuatro décimas menos.

Y para México, miembro de la OCDE, el informe proyecta un crecimiento este año de 1,8%, dos décimas más.

La guerra en Ucrania "continúa teniendo profundas repercusiones económicas y sociales", constató Cormann en rueda de prensa.

Sin "crisis sistémica"

La organización publicó estas nuevas previsiones en plena tormenta en el sector bancario. Para la OCDE, las alzas de tipos de interés por parte de los bancos centrales "podrían seguir sacando a relucir las vulnerabilidades financieras vinculadas a un endeudamiento elevado y una valorización excesiva de ciertos activos", como demostró recientemente la quiebra de tres bancos norteamericanos, entre ellos el Silicon Valley Bank.

El informe incide en que se están haciendo notar los efectos del endurecimiento de la política monetaria "en ciertos segmentos del sector bancario, en particular entre los bancos regionales en Estados Unidos".

Sin embargo, el economista jefe interino de la organización, Álvaro Pereira, descartó en la rueda de prensa el riesgo de una "crisis sistémica" comparable a la de 2008, al estimar que la regulación bancaria es "más fuerte" que entonces.

Sobre las dificultades que enfrentó el banco Credit Suisse, el secretario general consideró que "las autoridades suizas reaccionaron rápidamente para limitar el riesgo de contagio".

Otra fragilidad en la coyuntura actual la constituye la caída de los precios del sector inmobiliario en numerosos países, que podría impactar en otros sectores de actividad.



Reapertura de China

El crecimiento mundial también se verá beneficiado por "la completa reapertura de China", que se espera repunte en 2023 después de tres años de política "cero covid", que impactó notablemente en la actividad de la segunda economía mundial.

Alemania, la mayor economía de la zona euro, escaparía a la recesión este año con una expansión de 0,3%. Francia crecería un 0,7%.

El crecimiento de China sería del 5,3%, frente al 4,6% anticipado en noviembre. India podría tener el crecimiento más robusto del G20, con un 5,9%.

La OCDE subió también la previsión para España, a 1,7% en 2023, cuatro décimas más que en noviembre.

Inflación

Respecto a la inflación, se prevé una inflación general retroceda gradualmente hasta 2023 en la mayoría de los países del G20, del 8,1 % en 2022 al 5,9 % en 2023 y al 4,5 % en 2024. Esto se debe a la entrada en vigor de una política monetaria más estricta, a la disminución de los precios de la energía tras un invierno suave en Europa y a los precios mundiales de los alimentos declinante.

Sin embargo, la inflación subyacente sigue siendo persistente, sostenida por fuertes aumentos en los precios de los servicios y las presiones de costos de los mercados laborales ajustados. Las presiones inflacionarias requerirán que muchos bancos centrales mantengan tasas de interés oficiales altas hasta bien entrado 2024.

El crecimiento anual del PIB en los Estados Unidos se proyecta en 1,5% en 2023 y 0,9% en 2024 a medida que la política monetaria modera las presiones de demanda. En la zona del euro, se prevé que el crecimiento sea del 0,8 % en 2023, pero aumente al 1,5 % en 2024 a medida que disminuya el lastre sobre los ingresos por los altos precios de la energía. Se espera que el crecimiento en China se recupere al 5,3 % este año y al 4,9 % en 2024.

El secretario general de la OCDE, Mathias Cormann dijo que “algunos riesgos clave, como las perturbaciones persistentes a gran escala del mercado de la energía y los alimentos, se han mitigado por ahora, sin embargo, la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania, la persistencia de la inflación de los servicios, la turbulencia del mercado financiero y la disminución constante de las perspectivas de crecimiento subyacentes, podrían ser fuentes de mayor perturbación. Un apoyo fiscal más específico y reformas estructurales para reactivar el crecimiento de la productividad serán clave para optimizar la recuperación y las perspectivas de crecimiento a largo plazo”.

La OCDE señala que la mejora de las perspectivas se encuentra en una etapa inicial y que los riesgos siguen sesgados a la baja. La incertidumbre sobre el curso de la guerra en Ucrania y sus consecuencias más amplias es una preocupación clave.

El impacto general de los cambios en la política monetaria es difícil de medir y podría continuar exponiendo las vulnerabilidades del sector financiero y bancario y dificultar que algunas economías de mercados emergentes paguen sus deudas. Las presiones en los mercados energéticos mundiales también podrían reaparecer, lo que daría lugar a nuevos picos de precios y mayores presiones inflacionarias.

La política monetaria debe mantener el rumbo hasta que haya señales claras de que las presiones inflacionarias subyacentes se reduzcan de manera duradera.

El respaldo fiscal

El apoyo fiscal debe ser prudente y debe centrarse más en los más necesitados para mitigar el impacto de los altos precios de los alimentos y la energía. Una mejor focalización y una reducción oportuna del apoyo general ayudarían a garantizar la sostenibilidad fiscal, preservar los incentivos para reducir el uso de energía y limitar el estímulo adicional de la demanda en un momento de alta inflación.

Es necesario reavivar los esfuerzos de reforma estructural para reactivar el crecimiento de la productividad y aliviar las limitaciones de la oferta. Mejorar el dinamismo empresarial, reducir las barreras al comercio transfronterizo y la migración económica y fomentar mercados laborales flexibles e inclusivos impulsaría la competencia, mitigaría la escasez de oferta y fortalecería las ganancias de la digitalización.