Argentina apunta a las urnas | El Nuevo Siglo
Viernes, 17 de Marzo de 2023

* Movida recta final para las presidenciales

* La centroderecha busca retomar el poder

 

 

La crisis política y económica de Argentina se agudiza en medio del nerviosismo que se apodera de los inversionistas, empresarios y especuladores, lo mismo que por la angustia de millones de personas que quieren salvar sus ahorros frente a una situación perniciosa de desvalorización de la moneda local y alza constante del dólar. Los ricos y los pobres perciben que sus ahorros se evaporan frente al fortalecimiento constante de la divisa y el azote de la inflación galopante, que llegó en febrero a la impresionante cifra de 102,5% interanual, la más alta desde 1991.

La semana que termina fue dramática y angustiosa: el Banco Central vendió más de 550 millones de dólares, pero cerró en el mayor rojo en ocho meses. Esa caída de la moneda local parece oscurecer el panorama del ministro de Economía que, con un jugoso préstamo del Fondo Monetario Mundial, pretendía impulsar el aparato productivo y conjurar la devaluación del peso. Pese a que a Argentina es uno de los grandes proveedores de granos en el mundo, la falta de estímulos y la carga impositiva agobiante tienen a los dueños de la tierra exhaustos. Todo lo cual repercute en la política: Buenos Aires, con sus más de 16 millones de habitantes, continúa siendo la fuerza electoral más poderosa del país y, también, el mayor mercado de alimentos, motor económico y epicentro del clima de opinión pública.

En medio de ese complicado panorama, arranca la recta final de cara a los comicios presidenciales de octubre próximo. En la izquierda, hay un dilema entre la posibilidad del continuismo con el presidente Alberto Fernández o apostar por una jugada populista de la exmandataria y hoy vicepresidenta, Cristina Fernández, que podría lanzar a último minuto su candidatura en pos de seguir evadiendo el cerco judicial, sobre todo por cuenta de una condena a seis años de prisión por corrupción, fallo en fase de apelación. De hecho, la señalan de que desde el Congreso tiene sitiados a varios de los magistrados que la condenaron, acusándolos de tener vínculos estrechos con la oposición, que capitanea el expresidente de centroderecha Mauricio Macri.

Lo cierto es que las elecciones primarias abiertas se realizarán el próximo 13 de agosto. Allí oposición y oficialismo destaparán sus cartas y decidirán quiénes serán los candidatos que llevarán las banderas de la renovación y el continuismo. En las internas de los partidos suele predominar la burocracia de las respectivas colectividades, pero en esta ocasión podrían presentarse sorpresas. Por ejemplo, que Fernández perdiese la nominación dado que se encuentra mal en las encuestas y la caída de la moneda y la galopante inflación le podrían pasar costosa factura política.

En la oposición, es claro, el más influyente continúa siendo Macri, pese a que aparece bajo en las encuestas, en especial en Buenos Aires, aunque en su entorno aseguran que viene el repunte definitivo de cara a la primera vuelta de las presidenciales en octubre.

Como se dijo, sobre estas elecciones gravita con peso específico Fernández, dos veces gobernante, aunque es claro que la condena judicial, sobre la que aún no se ha dicho la última palabra, es un gran obstáculo. Aun así tiene el respaldo de los piqueteros y agitadores del justicialismo a lo largo y ancho del país.

Si bien las masas de Buenos Aires y de la periferia siguen con el peronismo, la inflación desbordada, la caída de la moneda y el consecuente retroceso de los ingresos de la población por la progresiva devaluación, generan un clima adverso al continuismo y ello debería ser aprovechado por la oposición. En esta orilla el problema es que, hasta el momento, se carece de unidad y lo que algunos esperan es que Macri consiga el milagro de cohesionarla. De lo contrario, el justicialismo seguirá en el poder.

En ese complejo ajedrez, Horacio Rodríguez Larreta, alcalde de Buenos Aires, se lanzó al ruedo y considera que, si gana en la capital, se convertiría en la alternativa de poder. Si bien le cerraría espacio a Macri, éste de todas formas terminaría por apoyarlo si crece y demuestra posibilidades de derrotar el continuismo.

La situación política, como se ve, es muy compleja y aún falta que las mayorías empiecen a definir apoyos. En este marco, los errores de los políticos de unos pueden favorecer el crecimiento del contrario. Por lo pronto, la clases alta y media que urgen seguridad, estabilidad económica, frenar la inflación y superar el populismo, buscan un candidato que le devuelva la esperanza al país y lo retorne al sitial de desarrollo que ostentaba décadas atrás.