Congreso: el que mucho abarca… | El Nuevo Siglo
Miércoles, 8 de Marzo de 2023

* Trancón legislativo afectará calidad normativa 

¨Alud de reformas, Plan, adición presupuestal…

 

 

“Del afán no queda sino el cansancio”. Ese es uno de los refranes más conocidos en Colombia y viene como anillo al dedo frente a la compleja agenda del Congreso, que está a pocos días de terminar el periodo de sesiones extraordinarias -que comenzó el pasado 7 de febrero- y de arrancar las ordinarias, el próximo 16 de marzo.

Desde distintos sectores políticos, económicos, sociales e institucionales se ha advertido que es tal la cantidad de proyectos de alto calado que vienen en tránsito de la primera parte de la legislatura (julio-diciembre 2022), los radicados en las sesiones extras y los anunciados para las ordinarias, que resultará muy complicado cuadrar las agendas para garantizar debates a fondo y de calidad a iniciativas de mucha implicación.

La advertencia está más que justificada. Si se hace un inventario de los principales proyectos de ley y de acto legislativo se encuentra que estamos ante un preocupante trancón legislativo en las comisiones y las plenarias. Negarlo sería ilógico. Por ejemplo, está pendiente de los cuatro debates de segunda vuelta la crucial reforma al sistema político y electoral, que urge una serie de ajustes de fondo, según lo prometieron Ministerio del Interior y los ponentes.

A ello deben sumarse cuatro proyectos clave de estas sesiones extraordinarias: la controversial reforma a la salud, que ya tiene cuatro iniciativas radicadas: la gubernamental, la de tres partidos de su coalición (Liberal, Conservador y La U) y las de Cambio Radical y Centro Democrático. No será nada fácil llegar a un punto medio entre proyectos que plantean ópticas muy distintas sobre la arquitectura del sistema, el rol de las EPS, el flujo de recursos y otros temas fundamentales.

También están ya en trámite los proyectos del Plan Nacional de Desarrollo y una adición presupuestal por más de 25 billones de pesos (la más alta de la historia). El primero es, por obvias razones, una de las apuestas legislativas más importantes, ya que no solo delinea la hoja de ruta cuatrienal del gobierno sino cómo aterrizar la accidentada del “cambio”, que en sus primeras manifestaciones ha estado rodeada de múltiples controversias sobre improvisación y excesiva ideologización, lo que, a su turno, ha generado un marcado clima de incertidumbre política, económica, judicial e institucional. La segunda iniciativa resulta vital en cuanto no solo debe sufragar parte del déficit fiscal para este año, sino que urge evitar que esos recursos terminen destinados, en parte, a aceitar maquinarias políticas de cara a los comicios regionales y locales de octubre.

Como si fuera poco, intensas han sido las discusiones alrededor de los alcances del proyecto de “humanización carcelaria”, sobre todo por las alertas de la Fiscalía en cuanto a polémicos beneficios a narcotraficantes y condenados por otros delitos graves. 

Este panorama se torna más complejo si se tiene en cuenta que la Casa de Nariño anunció ya que en el arranque de las sesiones ordinarias radicará la reforma al régimen laboral y, unos días o semanas después, la pensional. Es evidente que se trata de modificaciones a dos sistemas de alto impacto tanto en el sector público como en el privado, al tiempo que tocan directamente a todos los colombianos. Al tenor de las fuertes polémicas alrededor de los alcances de cada una de estas iniciativas (de las cuales solo se conoce hasta ahora el borrador de la primera), la discusión será muy complicada en el Legislativo.

Pero no termina ahí el alud legislativo. Carteras como las de Justicia, Transporte, Educación, Minas, Ambiente y Agricultura, entre otras, han anunciado otros proyectos de alto calado para radicar este año. Por ejemplo, asoma ya el de sometimiento a la justicia de las bandas criminales multicrimen, que ha generado gran controversia. Igual pasa con las iniciativas sobre Ley General de Educación o el Estatuto del Transporte (en donde debe resolverse el pulso entre taxistas y plataformas tecnológicas). Y qué decir de la anunciada Reforma Agraria, que está en plena construcción…

Como se ve, la agenda legislativa está muy cargada y abarca temas muy complejos que requerirán múltiples debates, análisis cuidadosos, audiencias públicas y foros regionales, con amplia participación de expertos, voceros de sectores gremiales, usuarios y ciudadanía en general. Acudiendo al realismo político y siendo conscientes de la polarización partidista en Senado y Cámara, será difícil que en comisiones y plenarias haya tiempo y concentración suficientes para cumplir de forma eficiente y objetiva con esta enorme tarea, que tiene los ojos de todo el país encima. Además, ya viene el receso de Semana Santa y el segundo semestre estará cruzado por las elecciones regionales. Todo ello sin contar con muchos debates de control político y varios de moción de censura. La pregunta, entonces, es una sola: ¿No están el Congreso y el Gobierno arriesgando demasiado al querer tramitar en poco tiempo tantos temas de profundidad?