Ocupar el propio lugar | El Nuevo Siglo
Sábado, 4 de Marzo de 2023

Para que la vida fluya todo debe estar en el sitio que le corresponde, en armonía.  Para que cada quien cumpla con su propósito de vida, necesita primero ocupar su propio lugar.

En muchas ocasiones estamos desplazados de nuestro propio lugar, aquel que por el solo hecho de estar encarnados en este planeta nos corresponde.  Todos los seres humanos tenemos ese derecho, pero nos podemos descolocar a lo largo de nuestra historia.  Ese sitio al que tenemos derecho es de Amor, con mayúscula: es toda la fuerza de la vida que obra a nuestro favor, la cual permite no solo que encarnemos, sino que cumplamos con nuestra misión vital, que es tanto personal como intransferible, así como que vivamos conscientes de nosotros mismos, en la plenitud del gozo cada día.  Pero, con todo lo que nos ha pasado en la vida, con todo lo que vemos día a día, parecería un escenario imposible.

Creo profundamente en que podemos recuperar nuestro lugar.  Para ello contamos con recursos psicológicos y espirituales.  Los psicológicos tienen que ver con sanar con nuestros ancestros y nuestra historia.  Digo sanar, y me incluyo, porque no he conocido a nadie que no requiera elaborar temas pendientes con su papá y su mamá.  Eso es apenas esperable, porque ellos -como nosotros- son seres humanos con vacíos emocionales, dolores, miedos y rabias.  Esto que es evidente se nos puede olvidar: son fruto también de sus ancestros adoloridos, miedosos y rabiosos.  Es con toda esa historia, que por supuesto también incluye manifestaciones de amor, logros y plenitudes, que precisamos reconciliarnos para ocupar nuestro lugar.

Con apoyo terapéutico podemos sanar las causas de nuestra pérdida de lugar, relacionadas con las condiciones personales de concepción, gestación, nacimiento y crianza, así como de las manifestaciones de nuestro ego.  Si no fuimos deseados, ya venimos descolocados; si tuvimos problemas al nacer, se nos extravió el lugar; si fuimos abandonados, poco vistos o sobre expuestos, también se refundió nuestro sitio. Cada frustración vivida contribuye a que nos perdamos.  Construimos el ego para sobrevivir, pero estamos llamados a vivir. 

Los recursos espirituales son fundamentales, porque estamos asistidos por la Divinidad para sanar.  Esa ayuda está disponible, pero necesitamos pedirla.  Nuestra sanación -física, emocional, mental y espiritual- también depende de qué tan alineados estemos con el Amor como fuerza vital.  Esa es la espiritualidad, que no necesariamente implica prácticas religiosas, mas sí la ampliación de nuestra consciencia.

 Nos re-colocamos cuando redescubrimos cómo sostener ese Amor. ¿Cómo lo hacemos? Al perdonarnos a nosotros mismos y perdonar a otros; al reconocer nuestros egos, mantenerlos a raya y aprender de ellos; al abrazarnos incondicionalmente. Cuando hacemos esto, nos honramos. Y la honra es regresar al propio lugar.

@edoxvargas