Hace carrera el ministerio de Hacienda al evaluar tributos vigentes y luego sumar valores de peso pesado para sustentar que habrá alta temperatura en la anunciada Reforma Tributaria, cantada para marzo, que amenaza panorama duro, en producción, comercio, empleo, salarios, canasta familiar y como nunca faltan, igual tendencia tendrán los servicios públicos.   

Y asoma protesta en transporte de carga, sometido a alzas en los peajes de principales carreteras; los transportadores revelan desconcierto, porque los ajustes en peajes, los imponen departamentos y municipios; es control que corresponde al Ministerio de Transporte y no a alcaldes y gobernadores.  

Lo anticipado oficialmente rompe bolsillos y carteras de vida laboral con salario básico o mediano. Si es en rebusque, con tributaria, los críticos afirman que “La vaina con tributos es para huir como empleado o independiente en negocios; las alzas dejan precios en el techo.”         

Así se recuerda que el min- Carrasquilla abrió el telón desde el año pasado para anunciar que diez expertos tributarios y catedráticos de Estados Unidos integran la Comisión que analizó el Estatuto Tributario del país y, su futuro a partir 2021.

La pandemia del covid-19, que no desaparecerá pronto, le hace juego a la inquietud que muestre la no muy querida reforma tributaria, con orquesta de Gobierno Nacional y, la comisión traída para pulir alzas.

La decisión de traer a supuestos expertos destapó dos situaciones: O el país está en las puertas del reajuste en impuestos, como en efecto, se descartaba extensión del IVA de 19 por ciento, en 2020 para canasta familiar, alimentos, bebidas y artículos de hogar.   

La intención apretará cinturón en alto y mediano consumo de electrodomésticos, comercio e instrumentos electrónicos, que toman fuerza con trabajo en casa y aún, oficinas particulares en ciudades grandes y hasta municipios pequeños.

Se debería en contraste, estimular reactivación económica con programas como -Familias en Acción y Jóvenes en Acción- que tienen ideales en pista, para desarrollo empresarial. Eso es esperado por nuevas generaciones.

Hace años la Asociación de Instituciones Financieras -Anif- argumentó gravamen tributario a salarios de 3 millones de pesos; eso intentaba pagar deuda de la Nación a lo fácil. En contraste, sigue crisis en Cauca y parte de Nariño, donde también presionan migrantes venezolanos buscando las puertas de Ecuador.       

Ojalá no haya observación oficial de disculpa, al afirmar que se escaparan algunas alzas inevitables con reforma tributaria. El todo es que no sean de desastre; lo cierto es que la politiquería en el Congreso no quiere a recortar salarios de senadores y representantes.

El plan ideal sería: Contrato Social con respaldo legislativo, basado en Constitución del 91 y, de paso, enganchar mano de obra que perdió negocios y contratos, por cuarentenas y confinamientos con cierres laborales.

Y está volando la prometida reactivación económica, con generación de empleo; el país podría aterrizar apoyo laboral si creara Bolsa Nacional de Trabajo con participación de grupos financieros y un eficiente subsidio  al desempleo. Es el contraste ciudadano frente a marzo, que pinta duro.