Humanidad, una necesidad urgente | El Nuevo Siglo
Lunes, 22 de Febrero de 2021

Para muchos la salud es la ausencia de enfermedad pensando en que siempre hay cura para ellas, pero existen enfermedades para las cuales efectivamente no hay cura y sus tratamientos están enfocados en el control de las complicaciones más frecuentes. Además, hay que decirlo, existen enfermedades graves, progresivas y que a pesar del desarrollo de la ciencia no hay tratamientos efectivos que permitan curarlas y de allí surgen los cuidados paliativos que se enfocan más en aliviar que en curar, se centran en tres pilares: controlar síntomas, mejorar el bienestar y la calidad de vida, y en prolongar un tiempo más la vida.

Por todo lo anterior, hay que decir que el objetivo de un sistema sanitario debe ser el de generar bienestar en la población más que el de limitarse a tratar enfermedades, por eso pienso que quizá hemos perdido en este sentido un poco el rumbo como sociedad pensando en que todas las enfermedades se curan y viendo la muerte como algo imposible y que no nos va a pasar. Desafortunadamente la realidad es que a lo largo de la historia las personas acostumbramos a morir, porque la vida es un espacio entre dos paréntesis o cómo lo dice mi gran amigo Emilio Herrera es el tiempo entre dos silencios.

Pero mi reflexión en esta columna va más allá y tiene que ver con que además de haber perdido el rumbo como sociedad, hemos perdido la humanidad, que no es nada más que entender que convivimos entre seres humanos que sentimos, que creemos, que necesitamos de los demás. En estos días me llamaron para pedirme el favor de atender a una persona joven, de quien me abstengo por respeto de revelar su identidad. Ella tiene un cáncer de mama que está muy avanzado porque desafortunadamente el diagnóstico se realizó durante su embarazo, por lo cual se debió tomar la difícil decisión de elegir entre dar a luz o tratar su enfermedad. Lo primero que hice fue solicitar me permitieran conocer su historia clínica en donde puedo dar fe que se ha hecho lo correcto y que el tratamiento actual que recibe es el que necesita; sin embargo, la evolución de su cáncer es evidente por el tamaño de su tumor, que es realmente impresionante. Su hijo ya tiene 6 meses de nacido y está muy sano. Pero al ahondar en lo vivido durante este tiempo pude entender que ha pasado por difíciles momentos porque, desafortunadamente, durante su embarazo sintió que no fue bien atendida por múltiples punciones, demoras en sus citas, resultados confusos, desinformación, incertidumbre, asociado a la imagen del crecimiento evidente de su tumor y de un dolor que cada vez se vuelve insoportable.

Por esta historia que les comparto que es del día a día y que me conmueve mucho, quiero hacer caer en cuenta que la humanidad y el buen trato es ir un paso más allá, es entrar en el mundo de la persona enferma, escucharla, entenderla, tenderle la mano, pero sobre todo acompañarla a caminar ese camino de su enfermedad y me refiero a que los profesionales de la salud no somos solo tratadores de enfermedades, también somos gestores de cambio, transformación, de aceptación de la realidad y en muchos casos de la finitud de la vida. Con esto estamos también siendo más humanos y cercanos. Mi propuesta es que aprendamos a acompañar el sufrimiento de los demás con actos que permitan aliviarlo. Necesitamos más humanidad.

*Gerente de Hospices presentes