En 6 años se han removido 10 millones de toneladas de basura del río Bogotá | El Nuevo Siglo
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Sábado, 1 de Febrero de 2020
Redacción Bogotá

Para 2030 se espera que haya una recuperación total en la calidad del agua de esta cuenca, sostiene el ingeniero Aníbal Acosta, director del Fondo para las Inversiones Ambientales de la cuenca

El director del Fondo para las Inversiones Ambientales de la cuenca del río Bogotá de la CAR Cundinamarca, Ingeniero Aníbal Acosta, lleva 20 años y cinco administraciones distritales al frente de la recuperación de este afluente, un proyecto que podría llegar a sanear el 100% de las aguas de este sufrido torrente hacia 2030.

Invitados, en un hecho sin precedentes, a presentar ante la Asociación Internacional del Agua, IWA, la propuesta, “Una segunda oportunidad para el río Bogotá” en la ciudad de Viena (Austria) a comienzos de mayo, Acosta, quien refirió que en seis años se sacaron 10 millones de toneladas de sedimento, resultado de la basura que por décadas se le arrojó a esta cuenca, dijo que si no cambiamos de mentalidad frente al río, todo lo que se ha hecho podría, a largo plazo, perderse.

EL NUEVO SIGLO: ¿Qué vamos a exponer en Viena?

ANIBAL ACOSTA: Para la comunidad internacional del agua es muy importante ver como se descontamina un río y nosotros estábamos entre los ríos más contaminados del mundo. Nosotros somos muy dados a destacar lo malo: las inundaciones, las tragedias y muy poco dados a ver lo bueno, y ha habido una serie de reconocimientos tanto nacionales como internacionales, de que el proyecto va por buen camino.

Llevamos seis años sin inundaciones de aguas residuales y el costo de eso ha pagado el proyecto. En abril de 2017 hubo un invierno y media Colombia estuvo bajo agua. Por la Sabana de Bogotá pasaron caudales superiores a los de 2010-2011 y nosotros estuvimos en relativa tranquilidad.

Las condiciones iniciales del río

ENS: ¿Por qué la cuenca media es la más crítica del río?

AC: La cuenca alta tiene una pendiente y el agua discurre relativamente rápido, pero en la cuenca media, el río se vuelve plano. Cuando un río tiene pendiente se vuelve turbulento y esa turbulencia hace que el río pueda tomar oxigeno del aire. Pero cuando un río es plano y discurre muy lentamente esa condición se pierde y el río no puede autodepurarse.

En nuestro caso, adicional a esa condición, le entran los tres ríos urbanos de Bogotá (Salitre al norte; Fucha al centro y Tunjuelo al sur), que es en donde se recogen las aguas residuales de 8 millones de habitantes. Eso es lo que realmente mata al río, porque este entra a Bogotá con algo de oxígeno disuelto, unos 2mg por litro de oxígeno disuelto. Esto es lo que vamos a recuperar con las plantas de tratamiento de Salitre y de Canoas.

ENS: ¿En qué porcentaje ha mejorado la calidad del agua?

AC: La cuenca alta ha mejorado sustancialmente y ahoritica entran tres plantas de tratamiento que son las más grandes de los municipios de esta cuenca (la de Zipaquirá, Chía y Cajica) y con ellas más la planta del Salitre, casi que vamos a garantizar que al frente de Bogotá tengamos por primera vez en décadas, un río limpio. Y eso impactó mucho a la Asociación Internacional del Agua. Por eso pidieron un resumen ejecutivo del proyecto y fuimos seleccionados como uno de los proyectos que se va a presentar magistralmente en ese congreso mundial del agua en Viena.

El proceso de adecuación

ENS: Usted ha estado a cargo de la descontaminación del río desde el principio, ¿cuál es ese principio exactamente?

AC: En 2004 salió la sentencia del río Bogotá, en primera instancia, que es la del Tribunal Administrativo de Cundinamarca, de la magistrada Nelly Yolanda Villamizar. Ella lo que hace es decirle a todas las entidades que nos organizáramos para descontaminar el río en algo así como tres fases.

Digamos que el saneamiento lo tenemos que hacer dos entidades: el Distrito Capital, a través de la secretaría de Ambiente y la empresa de acueducto y alcantarillado, y la CAR. A esas tres entidades les correspondieron unas tareas a partir de la sentencia del río Bogotá y a nosotros nos tocaron dos tareas:

Cambiarle la calidad del agua al río, y la adecuación hidráulica de la cuenca media del río Bogotá, para evitar que el río volviera a inundar. Ya llevamos seis años en que el río no ha sido causante de inundaciones como la de 2010-2011 en donde se inundaron alrededor de 4.00 hectáreas productivas y 16 barrios de la ciudad con aguas residuales por falta de capacidad del mismo.

No obstante, hay una tercera fase que trata de cambiarle la mentalidad a los habitantes de la cuenca del río. Porque la plata se consigue y las obras se hacen, pero si no cambiamos nuestra actitud y comportamiento frente al río, pues todas estas obras en el tiempo se pueden perder.

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ENS: Dentro de las tres fases que usted mencionaba, ¿cómo evitar que los ríos se desborden?

AC: A los ríos toca arreglarlos antes de mejorar el agua porque, si no los arreglamos y las inundaciones se siguen presentando, eso va a ser terrible para las poblaciones así tenga un agua cristalina. Entonces que pasaba: nuestro río tiene jarillones, que son unos diques para que cuando el río crezca no se desborde el agua.

Pero nuestro río también tenía sedimentos, que es el resultado de la basura que le botamos al río durante décadas y estos sedimentos van disminuyendo la capacidad hidráulica. En otras palabras: entre más sedimentos, la cantidad de cauce para que el río discurra pues va a ir disminuyendo.

Lo que nosotros hicimos fue remover los sedimentos y ampliar el cauce corriendo el jarillón de un lado de la cuenca media. Con esta medida la cuenca media pasó de medir 30 metros a 60 metros. Esta nueva capacidad hidráulica duplicó la capacidad del río y por eso en los últimos años no se ha desbordado. En la cuenca alta sí estamos corriendo los jarillones tanto del lado derecho como del izquierdo.

ENS: ¿Y cuánto sedimento, cuánta basura se ha retirado del río?

AC: Lo que nosotros hemos sacado en la adecuación hidráulica, en la parte de la cuenca media movimos 8 millones de toneladas entre sedimentos y basuras, y otros 2 millones provenientes del resto del río.

Esas 8 millones de toneladas es como llenar el Estadio El Campin solo de basura, desde el centro de la grama hasta occidental numerada por allá lejos, unas 35 veces. Llenarlo, vaciar, y volver a hacer ese ejercicio unas 35 veces, tan solo con basura y sedimentos acumulados en la cuenca media. Es aterradora la cantidad de basura que se acumuló durante 25 años. Nos demoramos cuatro años haciendo esa tarea y por eso es tan importante que los bogotanos cambiemos esa mentalidad frente al río.

Conciencia medioambiental

ENS: ¿Cómo están buscando generar ese cambio de mentalidad?

AC: Nosotros tenemos un proyecto muy importante, sobre todo con los niños, y es que todos los jueves, viernes y sábado, sacamos a la comunidad, a los niños y a los estudiantes, a que van el río en dos partes. La primera de ellas es antes de que entre la contaminación de la ciudad de Bogotá, y otra parte cuando ya ha ingresado la contaminación la cuenca media. Eso se ve a ojo perfectamente, y el rio pasa de ser café a ser absolutamente negro.

Lo que estamos haciendo por descontaminar el río nos debe llevar a una palabra muy sencilla: el reúso de las aguas. Los colombianos somos muy dados a creer que somos privilegiados y que tenemos agua a diestra y siniestra, y no nos duele desperdiciar agua.

Hacemos uso de agua tratada por ejemplo para lavar carros; agua del acueducto para regar jardines y una cantidad de cosas en las que podríamos usar agua lluvias o reusada. La población sigue creciendo y el agua es la misma.

ENS: ¿En algún momento podremos ver el río cristalino o eso ya no va a pasar?

AC: Todos los ríos del mundo llevan el color de la formación geológica que lavan, su base. La formación geológica de la sabana de Bogotá es un depósito cuaternario que tiene arenas, arcillas y limos, y cuando un río pasa por estos materiales tendrá el color marrón. Vamos a ver un cambio de color en la calidad del agua y vamos a tener oxígeno disuelto, por eso habrá vida animal y vegetal. Pero el río transparente como el de Caño Cristales no lo vamos a ver jamás.

Las plantas de tratamiento

ENS: ¿Cuál es la importancia de la planta de tratamiento del Salitre?

AC: Para el proyecto de cambiar la calidad del agua del río Bogotá, en esa segunda etapa se han construido una serie de plantas de tratamiento, pero específicamente en Bogotá a nosotros CAR nos correspondió construir y ampliar la planta de tratamiento del Salitre. Esa planta actualmente trata como el 30% de las plantas residuales de Bogotá que es primario y lo que hace es quitarle al agua la basura que viene por el sistema de alcantarillado, sólidos en suspensión y algo de carga orgánica.

Pero con esta ampliación y optimización de la planta, vamos a conseguir que esa agua que producen los bogotanos desde la 26 hasta la 230, sea un agua que no va a contaminar más el río Bogotá.

ENS: ¿Cuál es exactamente la obra en esa Planta?

AC: Salitre ya tiene una planta para atender 4 metros cúbicos de agua por segundo y lo que nosotros vamos a entregar es una ampliación en septiembre de este año. Es decir que vamos a pasar de una planta que trata 4m3 por segundo a una que va a tratar 7m3 de agua por segundo. Está ubicada en la Calle 80.

ENS: ¿Y la PTAR Canoas?

AC: Esa planta va a ser construida por la Empresa de Acueducto de Bogotá, pero la CAR participa con una inversión importante del orden de $1.5 billones. Con esas dos plantas vamos a garantizar que toda el agua residual que producimos los 8 millones de habitantes de la capital no se vayan al río sino que se vayan a las plantas y después de tratarla ahí si regrese al río. Por eso lo denominamos: una segunda oportunidad para el río Bogotá. Va a estar en el municipio de sacha y va a atender las cuencas Fucha-Tunjuelo y el Rio Soacha.

Las obras que nosotros estamos ejecutando están financiadas con recursos del Banco Mundial y gran parte del éxito que hemos tenido con este proyecto, es que el BM periódicamente, máximo cada tres meses, nos hace visitas para ver cómo estamos invirtiendo sus recursos.

ENS: ¿Cuál fue el costo de esta remodelación, de la ampliación del Salitre?

AC: El costo del contrato fue de US$430 millones, de los cuales US$250 son del Banco Mundial. Y PTAR Canoas vale $4.5 billones y debe entrar en funcionamiento en 2025. De esa ya hay una estación elevadora y cuando entre en funcionamiento tendremos el 100% de las aguas limpias. Ahora mismo tenemos alrededor del 30% de las mismas ya descontaminadas. Cuando entre en funcionamiento Canoas, la cuenca baja, o sea la Mesa, Anapoima, Tociama, Girardot y Apulo, que han vivido 100 años con las aguas residuales de los bogotanos, van a ver su rio limpio.

ENS: ¿Entonces estaríamos hablando de 2030 para ver el 100% de las aguas saneadas?

AC: El río Sena lleva 120 años descontaminándose y apenas comienzan a meterle salmón al rio. Nosotros cogimos todas las experiencias de las grandes capitales y aplicamos sus experiencias al río Bogotá. Si te fijas, nosotros llevamos desde 2007 y aspiramos a que en 2030 tengamos el rio descontaminado. Eso sería un tiempo record para descontaminación de cualquier rio del mundo.

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“El río Sena lleva 120 años descontaminándose y apenas comienzan a meterle salmón al rio. Nosotros llevamos desde 2007 y aspiramos a que en 2030 tengamos el río descontaminado”