El Acelerador | El Nuevo Siglo
Sábado, 22 de Febrero de 2020

El país recibe con mediano optimismo la convocatoria del Gobierno dirigida a reactivar todo su equipo, para encontrar herramientas eficientes sobre lo prioritario reclamado por la ciudadanía.    

La reparación ojalá siga funcionando, atendiendo prioridades y cambios de fondo; lo esperado es que esa iniciativa, sea precisa para suministrar energía a las bujías del motor nacional y, a funcionarios de Gobierno y seccionales.

El clima en la hacienda presidencial de la sabana ojalá refresque las mentes y permita concentrar objetivos, al primer mandatario y ministros, en no menos de siete sectores nacionales enredados.

 La mano reparadora se espera sin aplazamientos, ni conversatorios que no terminan. Ojalá activen seguridad y justicia, para frenar Eln, disidentes, vándalos y, atracos a residencias y comercios.

Y se espera equilibrio en economía, sin ahorcar al ciudadano con más impuestos; así se comprobará que, el crecimiento del 3.3 por ciento, en algo, puede reflejarse en el común.

Al mismo ritmo, la reparación requiere activar los proyectos de empleo, prometidos recientemente; pero hay gremios, que salen decir que no hay recursos para generarlos. ¿A quién creerle?

Y vamos en 10 años, escuchando a gobiernos y expertos, anunciando cambios para cubrimiento justo en salud para todos. Esos programas volaron en medio de tumbes de algunas EPS, que luego fueron cerradas.

El principio humano se confirmará cuando la salud funcione; empleados y desempleados, hacen salto mortal, sobre los servicios de algunas EPS, que asignan atención a los 2 meses.

Y las eficientes no dan abasto, ante congestión de usuarios. Sus teléfonos, son contestadores automáticos interminables. Para comenzar marzo, continúan abriendo campo en servicios para afiliados que, los solicitan desde febrero.

Con reparación masiva a las bujías del motor colombiano se disparará el ámbito de credibilidad y verdadero cariño por el país soñado y, no siempre bien vivido por ciudadanía en general.  

No puede olvidarse expectativas alrededor de la reparación e impulsos de Gobierno, a educación, teatro, música y cultura ciudadana. Las marchas de protesta, los utilizan, como instrumentos vandálicos.

Válido preguntar al Ministerio del Deporte si los estadios de las ciudades quedaron en propiedad de Dimayor, con TV propia o arrendada; porque pocos aficionados, compran la señal de partidos del negocio.

Lo mejor del acelerador presidencial iniciado es la creación del Bloque de Búsqueda contra Corrupción que predomina por arriba y por abajo, como actividad normal; ojalá se erradique en pleno. 

De lo contrario, el país seguirá como Reino Unido del Desorden; predominan choques, revueltos, descuidos y delitos en todo. Y sigue la puerta abierta a dolorosa ola criminal contra líderes sociales.

Con otro acelerador en Hato Grande, el país puede despertar.