De Yalta a hoy: geopolítica del poder | El Nuevo Siglo
Viernes, 7 de Febrero de 2020
  • Histórica Conferencia de los aliados en 1945
  • Coyuntura clave en EU, Rusia y Reino Unido

 

Para nadie es un secreto que los acontecimientos de 1945 marcaron la hoja de ruta para el final de la Segunda Guerra Mundial. Fue un año en el que el ritmo de los hechos no solo aceleró el finiquito de la conflagración bélica sino que dio origen a un nuevo mapa geopolítico en el que, como es apenas obvio, los ganadores tuvieron la prevalencia y a los perdedores no les quedó más que resignación y el sometimiento a la justicia.

Ese año, siete décadas y media atrás, la victoriosa ofensiva aliada ante un debilitado régimen nazi, tendría un punto muy alto con la entrada, un 27 de enero, de las fuerzas soviéticas al campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau, sin duda el escenario más dramático del Holocausto judío. Si bien las fuerzas alemanas habían evacuado días antes a cerca de 60 mil prisioneros hacia campos más al oeste de la zona ocupada polaca, la liberación de miles de sobrevivientes que aún permanecían en Auschwitz fue un golpe contundente a una de las mayores ignominias en la historia de la humanidad.

Sin embargo, sería la Conferencia de Yalta, del 4 al 11 de febrero de 1945, el hecho geopolítico que marcó el principio del fin de la Segunda Guerra Mundial. Aquel enclave territorial de Crimea vio cómo el líder ruso Joseph Stalin; el presidente de Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt; y el primer ministro británico, Winston Churchill, se reunían para definir el futuro de una Alemania vencida militar y políticamente. Los jefes de las tres potencias aliadas determinaron dividir a la nación derrotada en cuatro zonas de ocupación -incluyendo para ello a Francia-, dando origen a lo que años más tarde llevaría no solo a la construcción del Muro de Berlín, sino a la consolidación un escenario geopolítico bipolar y el arranque de la Guerra Fría entre Washington y Moscú.

Apenas unos días después de la conferencia de Yalta se produciría el intenso bombardeo aliado al estratégico enclave alemán de Dresde. El avance militar era ya imparable hacia Berlín, lo que desembocaría en el suicidio de Hitler -el 30 de abril-. Sobrevino casi de inmediato la rendición nazi definitiva, dando por terminada la guerra en Europa aunque los combates continuaban en Asia y el Pacífico. Estos solo terminarían en agosto del mismo año tras los dos ataques atómicos a Japón y su inmediata capitulación. 1945 cerraría con otros dos hechos clave: la creación, en octubre, de la Organización de las Naciones Unidas y el inicio -en noviembre- de los juicios de Nuremberg a los cabecillas nazis.

De todo ello hace ya 75 años y por estos días muchos de esos acontecimientos que cambiaron el mundo están siendo recordados desde distintas ópticas, tanto por lo que significaron como por sus implicaciones en las décadas siguientes. En medio de esas perspectivas no deja de llamar la atención cómo los más recientes acontecimientos en Estados Unidos, Gran Bretaña y Rusia continúan marcando la hoja de ruta geopolítica global.

Por ejemplo, el titular de la Casa Blanca, Donald Trump, no solo acaba de ganarle una larga y costosa ‘guerra comercial’ a China, la ahora principal potencia asiática, sino que, aplicando una estrategia política y económica que prioriza e impone hábilmente los intereses locales y globales de su país, se enrumba a la reelección y se confirma como el líder mundial más poderoso. En cuanto a Moscú, allí el poder de Vladimir Putin está hoy tan consolidado que, incluso, está impulsando una serie de reformas constitucionales con el fin de asegurar la continuidad de sus políticas cuando abandone la Presidencia. Es innegable que bajo su mandato se revitalizó una Rusia que venía muy debilitada desde la desintegración soviética y luego del retroceso geopolítico del Kremlin a finales del siglo pasado. Putin, el hombre fuerte de Moscú en las últimas dos décadas, termina su actual periodo en 2024, pero hay quienes consideran que, directa o indirectamente, seguirá manejando los hilos de poder desde cualquier escenario. En tercer lugar, Reino Unido, ahora bajo el fuerte y efectivo liderato del primer ministro conservador Boris Johnson, acaba de llevar a buen término la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, sin duda una de las decisiones geopolíticas -respaldada en el referendo popular de 2016- más importantes tomadas por Londres en las últimas décadas.

Es evidente que mucho ha cambiado en el mapa geopolítico en los últimos 75 años. Sin embargo, acorde con la coyuntura global, no deja de llamar la atención que hoy primen en esta los mismos países que en 1945, en la Conferencia de Yalta, se sentaron a vislumbrar qué hacer con la derrotada Alemania y cómo finiquitar la Segunda Guerra Mundial.