La carreta de Peñalosa | El Nuevo Siglo
Viernes, 8 de Febrero de 2019

Se ha dicho que una mentira muchas veces repetida se convierte en realidad y que ello da origen a lo que ahora abunda: las fake news. Esa es la técnica que viene aplicando el alcalde Enrique Peñalosa, en Bogotá, cuando aparecen críticas, recibe acusaciones o debe esconder sus interminables fallas.

A la inseguridad, pésimo estado de la red vial, desastroso manejo del tránsito, contaminación “transmilenial”, tala indiscriminada de árboles y antenas, invasión del espacio público con contendores e incumplimiento de rebajar tarifas de recolección de basuras, disecar reservas como la Van der Hammen y mil cosas más, se suman las frecuentes alzas de tarifas de transmilenio y la errónea adquisición de los articulados y biarticulados contaminantes.

Todos los desatinos del burgomaestre son cuidadosamente maquillados con la avalancha de publicidad engañosa que se emite por los diferentes medios de comunicación. Los ríos de dinero que destina la administración para auto alabarse, podría decirse que, superan los recaudos del último impuesto de valorización. El Concejo le tolera todo, la ciudadanía parece adormecida y los órganos de control parece que solo escuchan la carreta de Peñalosa.

Su propaganda le cuelga el término “sin carreta” para enumerar las bellezas que solo él le ve a su gestión.

Nos obnubiló, deslumbró y confundió con los articulados que, pese a los estudios técnicos, adjudicó a la Volvo. Descartó los eléctricos, para traer 700 chimeneas que enfermarán a la población capitalina. Los “racimos” humanos que antes colgaban de las puertas de buses viejos de la ciudad, los trasladó a los pasillos de los articulados y biarticulados, engañando a la ciudadanía con asientos laterales.

Juiciosos estudios técnicos de la Universidad de los Andes, demuestran que los buses de transmilenio tienen licencia para contaminar. Ruedan esparciendo partículas contaminantes, a tal punto que el famoso y erróneo día sin carro que se celebró ayer, no sirvió para nada, como tampoco los que se vienen realizando desde el 2001. El profesor Luis Jorge Hernández, de los Andes, dijo que ese jueves fatídico sin carro, aumenta la contaminación, por acción los transmilenios y que quienes ese día se movilizan en bicicleta, patinetas, patines y a pie se chupan toda esa contaminación. Y esto no es carreta. Estudios médicos revelan que las enfermedades respiratorias, empezando con el cáncer de pulmón, se han incrementado en esta capital, especialmente en la población infantil.

A lo anterior se suman los índices de la inseguridad. Cada día se incrementan los atracos, robos y asesinatos en todos los barrios. Nada se diga del tránsito cada vez es más lento, que roba precioso tiempo a la ciudadanía. Se cree que poniendo el ridículo límite de 50KMH a varias avenidas se agiliza, cuando por ellas nunca se ha podido alcanzar semejante celeridad.

Esa es la Bogotá de hoy, la de Peñalosa… ¡la Capital carreta!

BLANCO: El empuje que Mónica de Greiff y Andrés López imprimen a Bogotá, con el HUB de negocios. Eso es desarrollo y no es carreta.

NEGRO: En Colombia matamos hasta los ríos. Cauca QEPD.