¿Está bien el fracking en Colombia? | El Nuevo Siglo
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Sábado, 16 de Febrero de 2019
Alvaro Sánchez

No deja de ser interesante el debate que se ha suscitado en los últimos días entre los ambientalistas enemigos a ultranza del fracking en Colombia, encabezados por el exministro Manuel Rodríguez Becerra, y los ambientalistas amigos de la explotación petrolera por este medio, pero bajo ciertas condiciones de buenas prácticas, liderado por un grupo de expertos reunidos por el gobierno nacional; y no deja de ser interesante por cuanto los dos son expertos reconocidos y respetados en el medio.

Los puntos principales de la posición del grupo del exministro hacen referencia a tres factores fundamentales: la preservación de los ecosistemas, la protección de las especies y los impactos socio-ambientales negativos en el entorno, además de la posible contaminación de los acuíferos. Hacen también énfasis en el hecho de que algunos países han prohibido el ejercicio de la actividad sin mayores impactos en sus indicadores económicos.

El grupo de expertos reunidos por el gobierno nacional mantiene la posición de permitir el desarrollo del fracking sobre la base de que existen ejemplos en el mundo de que esto se puede hacer bien y sobre la base de que su prohibición no garantiza la preservación de los entornos naturales y si afecta el nivel de vida de la población; en este grupo se propugna por un sistema extractivo que mantenga la línea base de nuestros ecosistemas y permita el desarrollo de nuestra economía.

De otra parte el tema se ha convertido en una bandera política desprovista de soporte técnico que está llevando a tomar posiciones sobre un tema que la mayoría de los votantes no comprende, al ciudadano se le plantea la disyuntiva entre tener agua o tener petróleo, o entre tener fauna y tener minería pero no se le plantean alternativas al respecto ni se le explica que podría llegar a tener el petróleo sin afectar los demás recursos; de alguna manera estas consultas me parecen tan absurdas como si Graham Bell hubiera sometido a referendo popular el posible uso del teléfono; no quiero significar con esto que no se deba tener en cuenta la opinión de la población, quiero significar que la opinión está siendo manipulada por ciertos políticos que se alejan de los conceptos ambientales y generan movimientos populistas alejados totalmente del trasfondo científico.

A mi modo de ver, el problema del fracking no se soluciona con prohibiciones de dicha actividad sino más bien con un control eficiente de las condiciones en que se realiza, tampoco tiene sentido generar una moratoria de explotación de hidrocarburos en un país, que podría crecer económicamente hablando gracias al impacto que dicha actividad extractiva puede llegar a generar en el PIB del país; es evidente que la comparación con lo ocurrido en otros países es un sofisma distractor pues se habla de unos países para los cuales la extracción petrolera pesaba menos del 0,4% de su PIB y sus posibilidades de crecimiento eran nulas, Colombia en cambio tiene un peso cercano al 8,5% del PIB y las posibilidades de crecimiento son exponenciales.

En este orden de ideas, lo que realmente se debería intentar es lograr unas facilidades para la explotación por medio de la técnica del fracking, si y solo si se realiza de conformidad con estándares internacionales de conservación y lograr simultáneamente un efectivo y eficiente control ambiental sobre esta actividad; de esta manera gana el planeta, pero también ganan los ciudadanos. No sobra mencionar el hecho cierto de que el problema de fondo no está en la actividad ni en la legislación aplicable, está en el control efectivo que de la actividad se realice; esto es responsabilidad del gobierno.

alsanchez2006@yahoo.es

@alvaro080255