Descubra el arte y usos de las máscaras del Valle de Sibundoy | El Nuevo Siglo
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Jueves, 7 de Febrero de 2019

MÁS de 210 piezas conforman la muestra de máscaras del Alto Putumayo y que encarnan desde su uso en rituales religiosos hasta la forma encubierta como los  Inga y Kamëntsá resistieron los embates de “los otros” (los no indígenas) para sobrevivir.

En el Centro Cultural Gabriel García Márquez Fondo de Cultura Económica se puede apreciar esta invaluable Colección de Máscaras del Valle de Sibundoy, que pertenece a la Fundación BAT y a la que se ha adicionado la obra de tres grandes maestros talladores de la región como son Angel Marino Jacanamejoy, William Chiqunque y Carlos Mutambajoy.

La exposición se presenta como un homenaje a los pueblos indígenas del Valle de Sibundoy, al cual se unen la Procuraduría General de la Nación y el Fondo de Cultura Económica, para hacer visible la riqueza cultural y artística de los pueblos indígenas Inga y Kamëntsá del departamento del Putumayo, como un mecanismo para propiciar reconciliación, integración y convivencia; resarcimiento de los derechos, como componentes primordiales en la construcción del tejido social y de la identidad nacional.

La colección que se exhibe está conformada por 214 máscaras, clasificadas en tres tipologías: naturalistas, expresionistas y zoomorfas, con las cuales se manifiesta la esfera espiritual que conecta la vida social con la naturaleza.  Tienen entre 70 y 130 años de antigüedad, talladas a mano en cedro y comino cachajo y se presentará con una muestra de máscaras contemporáneas elaboradas por maestros artesanos de la comunidad Kamëntsá, quienes han desarrollado su técnica conservando las raíces de las culturas ancestrales.

Se destaca la labor de Artesanías de Colombia, una de las entidades que promueve el desarrollo productivo incluyente en las comunidades indígenas.

Los maestros

Ángel Marino Jacanamejoy - Ha sido acreedor a varias condecoraciones como la Medalla Maestro de Maestros (2015). Hace parte del libro Maestros de Arte Popular en Colombia e Iberoamérica y algunas de sus obras se encuentran en la Colección Fomento Cultural Banamex.

Carlos Mutumbajoy - Con su trabajo busca fortalecer, fomentar y rescatar el valor cultural de su pueblo. Talla ideales y memorias de caminos ya olvidados para que no desaparezca la conexión con la naturaleza. Ha realizado exposiciones en varios países y gracias a su maestría técnica, es reconocido como un promotor del importante legado artístico de los pueblos andinos.

William Diego Chicunque Agreda - Sus creaciones demuestran viajes claros y profundos a través del yagé, son un encuentro natural con el universo mental y espiritual.   Cada pieza requiere de un camino a la meditación reflejando la vida espiritual de las culturas milenarias, cada chaquira interactúa con la esencia de la madera. Por la complejidad de su trabajo la elaboración de cada máscara toma aproximadamente dos años. Desde hace seis años ha elaborado obras de arte para el Premio Nacional a la Defensa de los Derechos Humanos en Colombia con la Unión Europea.

El hallazgo de las máscaras

Esta colección se debe al entusiasmo e interés de la ciudadana suiza Heidy Pifter, dueña de un hotel ubicado en la laguna de La Cocha, Nariño, quien durante muchos años fue adquiriendo estas piezas artísticas y que con el tiempo pasaron a manos del cineasta y fotógrafo alemán Michael Tauchert. 

Actualmente, la colección de máscaras está bajo dominio de la Fundación BAT Colombia y están clasificadas en tres tipologías: naturalista, son retratos que se dividen en dos fenotipos: el indígena y el europeo. En ambos casos se muestran con pocas tensiones emocionales, pero con algunas variaciones en la forma de los ojos, en el tamaño de las narices y en sus mejillas; expresionista, son piezastalladas con un alto nivel creativo y las cuales se caracterizan por gestualidades grotescas y narices y lenguas desproporcionadas; y las zoomorfas que representan a animales como el saíno, el puerco, el jabalí y la danta, que están relacionados con la dieta de estas poblaciones indígenas.

“Cuando la Fundación BAT adquirió las máscaras, se realizó durante un año una ardua investigación en compañía de la antropóloga y arqueóloga Lucía Rojas de Perdomo. Ella se reunió varias veces con taitas y chamanes para que fueran ellos mismos la fuente de la investigación”, afirmó Ana María Delgado, gerente de la Fundación BAT Colombia.

Entre los resultados encontrados por la experta se destaca que, desde la época prehispánica, los Inga y los Kämentsá hacían sus máscaras especialmente para rituales religiosos. Así mismo, las comunidades las utilizaban para caricaturizar sus rasgos o los de los españoles, expresar su molestia ante la presencia de los conquistadores, representar los rostros que veían estas comunidades en las tomas de yagé, personificar enfermedades o malformaciones para asustar a la gente, atraer animales para cazarlos y para usarlas en carnavales.