¡Llegó la hora de vacunar! | El Nuevo Siglo
Viernes, 12 de Febrero de 2021

* Colombia ante un desafío sanitario inédito

* Todos tenemos un rol clave que cumplir

 

Tras casi un año de emergencia sanitaria en Colombia por la pandemia del covid-19 el próximo sábado comenzará la campaña de vacunación masiva contra este virus que ha cobrado la vida de cerca de 58 mil compatriotas e infectado a casi 2,2 millones.

Llegar a esta antesala no ha sido nada fácil. Por el contrario, la estrategia de adquisición de los biológicos que implementó el gobierno Duque con las multinacionales farmacéuticas que fueron anunciando que ya tenían una vacuna con alto grado de efectividad, llevó a que Colombia sea uno de los últimos países latinoamericanos en iniciar la inmunización a gran escala. Aún así, tanto los contratos directos que se hicieron con cinco laboratorios y el integrarse al mecanismo Covax, un sistema de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para comprar vacunas y distribuirlas equitativamente en todo el planeta, le permite a nuestra nación tener hoy en día el compromiso de la llegada este año de las dosis necesarias para inocular a más de 35 millones de colombianos, que es el estimado de población requerida para alcanzar la llamada “inmunidad de rebaño”. A partir de esa cantidad de vacunados, se reduce de manera significativa la posibilidad y velocidad de contagio del virus, neutralizando el riesgo pandémico.

Según lo explicado por el Ministerio de Salud a partir de mediados de esta semana se espera que lleguen 1,1 millones de vacunas y en marzo serían más de 2,3 millones. Los lotes más numerosos estarían arribando en el segundo trimestre y el restante en el tercero. En ese orden de ideas, la meta es que antes de terminar el 2021 se pueda haber vacunado a los 35 millones de colombianos, ya sea con biológicos de dos o una sola dosis. Para afrontar el que es, sin duda, el desafío sanitario más importante de las últimas décadas, ya se tiene listo el Plan Nacional de Vacunación. Están definidas de manera muy puntual las fases de inmunización y la población prioritaria -empezando por el personal de salud de primera línea de atención a la pandemia y los mayores de 80 años-; también está funcionando ya la aplicación que le permitirá a cada persona saber dónde, cuándo y a qué hora le corresponde vacunarse; igual está listo el sistema logístico para la recepción de las vacunas, su transporte, los mecanismos de refrigeración y cómo deben ser distribuidas regional y localmente a más de cinco mil puestos en todo el país; los hospitales, clínicas y de salud y demás puntos de inmunización ya tienen activado el mecanismo de citación de las personas, los protocolos para su registro, la aplicación del biológico y la vigilancia inmediata para prevenir cualquier reacción adversa; las gobernaciones y las alcaldías ya saben sus respectivas responsabilidades, en tanto que la protección de todo el proceso sanitario fue elevada a asunto de seguridad nacional y prioridad de la Fuerza Pública; también hay una completa red de veeduría pública y privada para garantizar que nadie se salte el turno que le corresponde ni que se genere un mercado negro de vacunas… En fin, todo está calculado al milímetro, revisado una y otra vez con el fin de evitar inconvenientes o problemas graves de última hora que pongan en peligro todo el Plan.

Estos últimos días deben, entonces, dedicarse a comprobar que todo el mecanismo funciona del elemento más macro al mínimo. Una vez más la tarea principal estará en cabeza del personal de salud que lleva casi un año en la primera línea de la atención a la pandemia.

La ciudadanía tendrá un rol clave en todo el proceso, no solo cada quien debe estar atento a su turno de vacunación, sino que en el entretanto tiene que maximizar el respeto a los protocolos de bioseguridad y distanciamiento social para evitar un nuevo pico de la pandemia. Ya está visto que la segunda ola, entre diciembre y enero, fue más drástica que la primera en cuanto a número de contagios y fallecidos. De todos depende que no haya una tercera y que ambos indicadores se mantengan lo más bajos posibles mientras se avanza en el esquema de vacunación masiva, llegando a la meta de los 35 millones de colombianos inmunizados antes de diciembre.

Lo importante, entonces, es que todo el país se concentre en sacar adelante este enorme desafío. No es momento de politización, oportunismo ni debates menores. Tampoco de rivalidades jurisdiccionales entre el gobierno central, las gobernaciones y las alcaldías. Con más de 57 mil vidas perdidas, es claro que nunca como ahora el país debe estar tan enfocado en un solo norte: vacunar, vacunar y vacunar.