¿Nariz que funciona con un reloj? | El Nuevo Siglo
ENS
Martes, 7 de Febrero de 2023
Redacción Web

Investigadores de la Universidad de Extremadura (UEx) han desarrollado una nariz electrónica capaz de detectar olores y que está implantada en un dispositivo de pequeño tamaño como es un reloj "con capacidad para detectar diferentes compuestos volátiles".

Así lo ha destacado el profesor de la Escuela de Ingenierías Industriales de la UEx y coordinador del proyecto, Jesús Lozano, que ha subrayado que llevan "casi 20 años" desarrollando sistemas olfativos artificiales que "tratan de imitar el sentido del olfato humano".

De este modo, según ha indicado, han desarrollado diferentes dispositivos en este tiempo siendo el último de ellos este sistema "llevable", este reloj que está "orientado en principio a la detección de la calidad del aire" pero "podría detectar cualquier otro olor o aroma", ha detallado.

 En declaraciones a Europa Press Televisión, Lozano ha apuntado que las "aplicaciones" de esta nariz electrónica en las que se han "centrado" son la detección de la calidad del aire "tanto en exterior como en interior", también en la agricultura o productos de alimentación para hallar "defectos" o "adulteraciones" como "corchos defectuosos" para botellas de vino o productos en mal estado.

 Otras aplicaciones son la detección de enfermedades mediante el aliento, encontrar fugas en plantas termosolares y también han trabajado con la policía para "la detección de ambientes explosivos o químicos", drogas o billetes falsos, es decir, usos relacionados con la seguridad, ha señalado

 Para conseguir estos dispositivos, según ha explicado Lozano, lo que hacen es "imitar las diferentes partes en las que consta el sentido del olfato humano". "Primero lo que hay es una interacción entre los olores, que al final son compuestos volátiles, y los receptores olfativos que tenemos en nuestra nariz; eso lo hacemos mediante sensores de gases, es decir, ante una concentración de un gas genera una respuesta eléctrica", ha subrayado.

 "Esa señal viaja a nuestro cerebro y nos llega un estímulo que es el aroma que nosotros percibimos; eso nosotros lo hacemos de manera artificial mediante un sistema electrónico en el que procesamos esa señal y lo enviamos a un cerebro artificial que en este caso es un sistema de inteligencia artificial", ha detallado

 Esta inteligencia artificial funciona "parecido" al cerebro humano por lo que "almacena estímulos eléctricos" que se guardan en su base de datos y "cuando llega un estímulo desconocido, en principio, se compara con los anteriores" y lo clasifica.