Covid-19, enemigo vigente | El Nuevo Siglo
Lunes, 30 de Enero de 2023

* Pandemia sigue como emergencia global

* 170 mil muertes en últimos dos meses

 

 

Una enfermedad que en las últimas ocho semanas causó 170 mil muertes en todo el planeta, en modo alguno se puede considerar superada o, al menos, susceptible de retirarle el estatus de emergencia sanitaria global. Esa es la conclusión tajante a la que llegó la Organización Mundial de la Salud (OMS) al cumplirse ayer tres años desde que la propagación del covid-19 fue declarada como amenaza a la humanidad.

La decisión no sorprendió a los expertos ni a las autoridades sanitarias continentales ni nacionales. Por el contrario, la mayoría de estas han advertido con insistencia en las últimas semanas de la creciente curva de contagios del coronavirus, sobre todo de la última subvariante de ómicron, la XBB.1.5, que ya es la dominante en muchos países. Por el momento lo que los epidemiólogos han podido establecer de esta cepa, es que tiende a ser más contagiosa aunque tiene un bajo nivel de letalidad respecto a sus antecesoras.

Paradójicamente China, en donde el virus fue detectado por primera vez a finales de 2019, específicamente en un mercado de Wuhan, es la nación que más preocupa, sobre todo al reportar desde semanas atrás un rebrote en varias provincias. Esta circunstancia prendió aún más alarmas luego de que las autoridades de la potencia asiática decidieron levantar la drástica política de “cero covid” que venían implementando desde inicios del 2020, con estrictas cuarentenas diarias a decenas de millones de personas en determinadas provincias. La situación tomó ribetes más dramáticos a mediados de enero, cuando la Comisión Nacional Sanitaria confirmó la muerte de 60 mil personas entre el 8 de diciembre y el día 12 del primer mes de este 2023. Ahora, al menos por lo informado la semana pasada, parece que el pico se ha ido controlando y ya el número de fallecimientos diarios habría caído un 80%.

Como se dijo, el covid-19 continúa siendo una amenaza en todo el planeta, que causa muertes a diario. Ello explica por qué no deja de crecer la cifra de contagiados (que ya sobrepasa los 752 millones en tres años) ni la de víctimas fatales, que se acerca lentamente a los siete millones. Sin embargo, como siempre lo ha advertido la OMS y otras autoridades, hay un evidente subregistro en ambos rubros.

Colombia no es la excepción dentro de las alertas por la persistencia del covid-19. En las últimas semanas, con corte al pasado 25 de enero de 2023, se reportaron 101 fallecidos, de los cuales 34 son de los últimos siete días. No hay que olvidar que semanas atrás el propio Ministerio de Salud indicó a finales de 2022 que el tapabocas continuaba siendo obligatorio en los establecimientos de salud, transporte público y ancianatos, al tiempo que urgió a la población en general mantener los protocolos de bioseguridad básicos, especialmente el de evitar aglomeraciones. Todo ello unido a la insistencia para que la población complete sus esquemas de vacunación, tanto en el ciclo básico como de las dosis de refuerzo.

En ese orden de ideas, queda en evidencia que hay justificantes más que válidos para mantener el máximo nivel de emergencia global para este coronavirus, al entrar ya en el cuarto año de la crisis pandémica. Se requiere, igualmente, recobrar el ritmo de vacunación, que en algunos países todavía es muy bajo. Los biológicos -que incluso han sido mejorados- continúan siendo efectivos pero su periodo de inmunidad de debilita con el correr de los meses.

Es evidente que la mayoría de la población abandonó demasiado pronto las precauciones sanitarias más sencillas. Esto pese a que en modo alguno el covid-19 puede considerarse ya una enfermedad endémica por más que las nuevas cepas y variantes tengan una tasa de letalidad menor que las vistas en los momentos más álgidos de la emergencia, en 2020 y 2021.

Como bien lo dijo el director de la OMS “no subestimen este virus, nos ha sorprendido y seguirá sorprendiéndonos y seguirá matando, a menos que hagamos más para proporcionar medios de salud a quienes los necesitan y para luchar contra la desinformación a escala mundial”.

El mensaje, entonces, es uno solo: la batalla contra el covid-19 no ha terminado, ya que el enemigo sigue enfermando y matando día tras día.