¿Cuál será el rumbo que tomará la compañía Ecopetrol? | El Nuevo Siglo
LA FORTALEZA de Ecopetrol ahora está a prueba ante los cambios que se avecinan en el control de la compañía.
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Domingo, 29 de Enero de 2023
Redacción Economía

La percepción que se tenía hasta hace un año sobre la situación de Ecopetrol, la compañía de mayor fortaleza económica del país, no daba lugar a dudas en el ambiente político y económico del país.

Con razón en una evaluación en esos momentos de Francisco José Lloreda, presidente de la Asociación Colombiana de Petróleo, era consistente con las finanzas de la petrolera y lo que le estaba dejando al país. “El aporte fiscal de las empresas del upstream, midstream y downstream (la primera comprende las actividades de exploración y producción; la segunda, las actividades de transporte; y la tercera, las de refinación y la comercialización) más los dividendos de Ecopetrol, se estima que totalizaron $36 billones en 2021 y para el 2022 fueron de $61 billones gracias al incremento en el precio del petróleo. Estos recursos son fundamentales para la financiación de programas del Gobierno, incluidos aquellos que satisfacen necesidades básicas en las regiones, y favorecen su dinámica económica”.

Sin embargo, en el transcurrir de ese año las cosas fueron cambiando. Desde el momento en que Gustavo Petro fue elegido como presidente, el 19 de junio del 2022, los ojos de los colombianos se fijaron en el rumbo de  Ecopetrol, por un trino del nuevo mandatario con una advertencia: “No nos reten”.

El presidente electo escribió ese mensaje compartiendo al mismo tiempo un artículo en el que se cuenta que la Junta Directiva de Ecopetrol estaba intentando “proteger a los accionistas” ante la llegada de Petro el 7 de agosto.

Una de las movidas con ese fin, decía el artículo, era que la asamblea de accionistas había aprobado, todavía en el mandato de Iván Duque, una reforma a sus estatutos, para que la Junta Directiva no permaneciera solo de dos años sino de cuatro. Es decir, se iba a mantener durante todo el cuatrienio de Petro.

La Junta Directiva

Con razón, lo primero que hizo el actual presidente fue modificar la Junta Directiva. El 24 de octubre hizo que se realizar en Corferias una Asamblea Extraordinaria de Accionistas de Ecopetrol con el fin de elegir una nueva Junta Directiva donde el Gobierno Petro logró hacer el cambio sin modificar los estatutos y nombró a cuatro de los nueve miembros.

De esta forma, la nueva Junta Directiva de Ecopetrol quedó conformada de la siguiente manera: Luis Santiago Perdomo Maldonado: quinto renglón e independiente; Sergio Restrepo Isaza: sexto renglón e independiente; Esteban Piedrahíta Uribe: séptimo renglón e independiente; Carlos Gustavo Cano Sanz: noveno renglón e independiente; y Sandra Ospina Arango: octavo renglón e independiente.

Mientras que Mónica de Greiff ocuparía el segundo renglón como miembro no independiente; Saul Kattan Cohen: cuarto renglón e independiente; Gabriel Mauricio Cabrera Galvis: tercer renglón e independiente y Gonzalo Hernández Jiménez (viceministro técnico del Ministerio de Hacienda y Crédito Público): primer renglón y miembro independiente.

De la anterior Junta salieron Luigi Echeverry; Juan Emilio Posada; Germán Quintero; Cecilia María Vélez y Hernando Ramírez. Y en el transcurso de la misma fue elegido, como presidente de la Junta Directiva, Saúl Kattan.

Luego de este enroque, Petro escribió: “Quiero producir un consenso, pero no doblegar el voto popular que quiere energías limpias. El propietario público elige libremente sus miembros en las empresas que lo representen. Es la representación del pueblo”.

Marcada la suerte

Desde ese momento quedó marcada la suerte del presidente de la compañía, Felipe Bayón, y que ahora fue confirmada con su retiro. Esa fue la estrategia que desde el comienzo del mandato de Petro se trazó para sigilosamente el gobierno apoderarse del control de Ecopetrol.

Con la reforma a los estatutos y las nuevas fichas del gobierno en junta, se dio el relevo en la presidencia, un factor que imprime mayor nerviosismo a los mercados.

No sirvió de nada que el ministro Ocampo dijera insistentemente en distintos foros que Bayón fuera un “gran técnico”, que le ha dado “resultados extraordinarios a Ecopetrol”, pero también se conocía que había criticado que compartía la estrategia planteada por el gobierno de cero apuestas al fracking.

Al respecto, Julio César Vera, experto en hidrocarburos, dice que está bien que Ecopetrol piense, como lo vienen haciendo todas las petroleras del mundo, en profundizar las metas de carbono neutralidad. Sin embargo, eso implica que necesariamente debe aumentar su matriz de autogeneración, especialmente de energías renovables: llevar los 400 megavatios que hoy tiene a 2.000 megavatios. Eso es muy complejo en el corto plazo”.

Sin duda, cualquier debate sobre Ecopetrol es sensible en Colombia porque esta no solo es la empresa más grande del país sino que ha sido una gallina de los huevos de oro en épocas de bonanza: representa un 40% de lo que el país exporta al mundo, aumentando la chequera del gobierno considerablemente. Pero ese porcentaje también hace que el presupuesto de Colombia sea más vulnerable cuando los precios del petróleo se van al piso, además del costo ambiental que tiene para el país seguir explotando.

Incertidumbre

María Camila Orbegozo, directora de Análisis Sectorial y Sostenibilidad de Investigaciones Económicas Corficolombiana, detalla que los cambios suponen cierta incertidumbre sobre lo que pasará con el gobierno corporativo de Ecopetrol. “La visión que se tiene desde los mercados y los inversionistas es que hay mayor incertidumbre sobre los cambios que tendrá la empresa, pues no se conoce cuál será el futuro del negocio”.



Hasta hace 15 días, el plan de la empresa, en el largo plazo, pretendía fortalecer el ebitda a través de la maximización de las reservas y la producción, buscando resiliencia y competitividad. De hecho, en una situación  normal se prevé una producción cercana a los 850.000 barriles promedio día en el 2030, aún en escenarios moderados de precios entre US$45 a US$55 por barril. No obstante, en el eventual caso de que se cierre por completo la oportunidad de firmar nuevos contratos, las estimaciones pueden cambiar, quedando a la expectativa.

Sergio Cabrales, profesor de la Universidad de los Andes y consultor de la industria minero-energética, argumenta que reemplazar el negocio de los hidrocarburos por energía no tiene sentido, pues la rentabilidad no es similar. Añade que sin duda la empresa ha avanzado en materia de energías renovables, pero es necesario que continúe explorando y produciendo para financiar las inversiones de la transición.

Uno de los ejes que preocupa a los analistas es el desarrollo del gas, pues la empresa ha dicho que al 2040 quiere acelerar su producción propia, buscar nuevas opciones de comercialización e incursionar en regasificación y almacenamiento. Ya ha hecho la tarea en el mar Caribe, pero sin duda dependerá de la hoja de ruta que trace el gobierno para desarrollar nuevas inversiones exploratorias en el Piedemonte Llanero y el norte del país, plan que ahora está en duda ante el cambio del presidente.

Industria aliada del progreso

Para el presidente de la ACP, Francisco José Lloreda, el sector petrolero y desde luego Ecopetrol “ha sido aliada del progreso de Colombia y de miles de colombianos en las regiones donde ha operado”.

Sostiene que “la exploración y producción de petróleo y gas natural es esencial para garantizarle al país autosuficiencia y soberanía energética, a corto, mediano y largo plazo, mientras se adelanta la transición responsable que requiere Colombia. El principal desafío de nuestra transición no está en la diversificación de la matriz eléctrica sino en la energética y eso solo se dará con la transición del parque automotor, pues el país depende de los combustibles derivados del petróleo y el gas en un 99%. Sin transición en el parque automotor no hay transición energética. Es necesario darle prioridad”.

Considera la ACP que “la industria de hidrocarburos es fundamental para la estabilidad económica del país, la financiación nacional y la de los departamentos y municipios. Cerca del 40% de las exportaciones dependen de este sector, el 20% de los ingresos fiscales de la Nación y el 76% de las regalías. Diversificar la canasta exportadora debe ser un objetivo, pero no a costa de marchitar la industria. Y, el desarrollo de otros sectores, como el turismo, tiene un enorme potencial, pero tomará tiempo. Esa transición no se dará en el corto plazo. Se necesita una triple transición: energética, fiscal y de regalías, y productiva”.