Economía española resiste por recuperación del turismo | El Nuevo Siglo
El PRESIDENTE Pedro Sánchez destaca el crecimiento de 2022.
AFP
Viernes, 27 de Enero de 2023
EL Nuevo Siglo con AFP

Con un crecimiento robusto, un desempleo a la baja y una inflación que remite, la economía española resistió en 2022 en medio de un contexto internacional desfavorable, dejando al país en mejor posición de lo previsto, a menos de un año de las elecciones.

Según una primera estimación publicada el viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la economía española creció un 5,5% durante 2022, sobre todo gracias a la recuperación del sector turístico, pilar económico del país, tras haber sufrido dos años por la pandemia del covid.

La cifra, superior a las previsiones tanto del Gobierno (4,4%) como del Banco de España (4,6%), sitúa al país en el pelotón de avanzada de los más dinámicos de la Unión Europea, en tanto que la Comisión Europea prevé un crecimiento medio del 3,3%.

Teniendo en "cuenta la situación actual, España tuvo muy buenos resultados", sobre todo si se compara con "las otras grandes economías europeas", estimó a la AFP Rafael Pampillón, profesor de Economía en la Universidad San Pablo CEU de Madrid.

Señal del buen andar de la economía, el desempleo descendió ligeramente hasta el 12,87% de la población activa el año pasado, con un fuerte aumento de los empleos con contrato indefinido (+1,6 millones), impulsado por una reforma del mercado laboral que entró en vigor en enero de 2022.

"Frente a los profetas del apocalipsis, hoy tenemos un fuerte crecimiento económico, la inflación más baja de Europa y récord de empleo", señaló en Twitter el presidente del gobierno, el socialista Pedro Sánchez.



"Excepción ibérica"

Hace un año, sin embargo, las perspectivas no eran muy buenas para la cuarta economía de la zona euro, una de las más afectadas por la crisis sanitaria, con una caída histórica de su Producto Interno Bruto (PIB) del 10,8% en 2020.

En efecto, España fue uno de los primeros países afectados por la escalada de la inflación, debido a su falta de conexiones eléctricas con el resto de Europa, lo que impidió una competencia plena y penalizó a los consumidores españoles.

Pero tras alcanzarse un pico de 10,8% en julio, Madrid logró revertir la tendencia y en diciembre la inflación se ubicó en 5,7%, la cifra más baja de la zona euro.

Esto se logró gracias a la llamada "excepción ibérica", concedida por Bruselas a Madrid y Lisboa, lo que les permitió salir del sistema tarifario energético europeo y poner un tope al precio de la electricidad. A esto se sumaron los planes de ayuda del gobierno de Pedro Sánchez para sostener el poder adquisitivo.

Estas últimas medidas, dirigidas sobre todo a los precios de los carburantes y los alquileres, con un costo global de 50.000 millones de euros (unos 54.400 millones de dólares), "han permitido que el consumo se desplace a otros sectores" y así "sostener la actividad", dijo Rafael Pampillón.

En paralelo, España se ha beneficiado de numerosas inversiones, gracias a los fondos del plan de recuperación europeo –del que es uno de los principales destinatarios– y al apetito mundial por las energías renovables, en auge en este país.

Buen pie

Pero el resultado del año pasado tiene sus matices. Según los economistas, una parte del mismo se explica por una corrección, ya que España ha sido uno de los países que más ha tardado en recuperarse de la crisis del covid. De hecho, el FMI estima que Madrid no recuperará su nivel precrisis hasta el 2024.

Además, la economía ha experimentado una desaceleración importante desde el verano. Según el INE, el PBI apenas creció un 0,2% tanto en el tercer como en el cuarto trimestres. Y para el Banco de España, esa tendencia continuará en la primera parte del año en curso.

También los enormes recursos destinados a sostener el poder adquisitivo han pesado sobre las finanzas públicas, en un país con una de las deudas más altas de Europa (116% del PIB).

El Gobierno, deseoso de destacar sus buenos resultados a medida que se acercan las elecciones previstas para finales de este año, se muestra optimista. "En 2023 entramos con buen pie", aseveró recientemente la ministra de Economía, Nadia Calviño. El ejecutivo de izquierda espera que el PIB crezca un 2,1% este año.

Un dato considerado muy optimista por muchos organismos económicos –como el FMI, que prevé un 1,1%– que, no obstante, reconocen la "resiliencia" del país.

España debería mostrar nuevamente este año un desempeño "mejor que el de otros países de la zona euro", a juicio del banco ING.