Alertas sobre recesión económica en los Estados Unidos | El Nuevo Siglo
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Sábado, 21 de Enero de 2023
Giovanni Reyes

Existen indicadores que permiten pronosticar acerca de una recesión económica en Estados Unidos. Entre los mismos se encuentra el descenso de utilidades en grandes empresas de sectores estratégicos -tales como automotriz y energético- continuidad de retrasos en las cadenas de suministros y evidentes presiones por ventas de activos en los mercados de bolsa.

Estos componentes son ahora diferentes a las de la recesión ocurrida en tiempos de pandemia, hace tres años. Este nuevo contexto estaría siendo limitado por el poco margen de maniobra de una política monetaria y fiscal expansiva. Además, en el ámbito político, la Administración del demócrata Joe Biden tiene ahora un menor poder en el Congreso, en especial en la Cámara Baja dados los resultados de la elección de noviembre pasado.

Tal y como ha ocurrido en otras ocasiones, una recesión o caída en la producción en los países más desarrollados tiene por lo general, tres “correas de transmisión” hacia las economías en desarrollo: (i) baja en los montos de las importaciones desde mercados emergentes; (ii) descenso en los precios de las exportaciones de los menos desarrollados; y (iii) tendencia a disminuir las remesas, con especial efecto en países en los cuales este factor es decisivo en el desempeño económico, tales los casos de México, Ecuador, República Dominicana, Honduras, El Salvador, Guatemala y hasta cierto punto Colombia.

Además, es de tomar en cuenta que Estados Unidos con un 6% de la población mundial produce cerca de un 26% del total de producción del mundo, un 34% de la basura planetaria y un 27% de los gases de efecto invernadero, incluyendo los cloro-fluoro-carbonatos (CFC). Estados Unidos junto con China y Europa, son las locomotoras del crecimiento mundial repercutiendo notablemente en los mercados financieros y comerciales.

Como parte de los indicadores que nos estarían alertando de una posible recesión en Estados Unidos, está el dato de que las utilidades corporativas descendieron de 3.1 a 2.8 trillones (millones de millones) de dólares entre el segundo y tercer trimestre del año pasado, 2022.

Al no sentirse satisfechos los accionistas con rendimientos relativamente bajos se presentan -como es normal- presiones para la venta de activos en bolsa.  Esto a su vez repercute en una perspectiva menos optimista para el mercado y los consumidores, lo que a su vez disminuye las tendencias de uso de crédito y de confianza inversionista en la economía real.

Se estima por medios de información económica y financiera, tales como el Financial Times y The Economist, que las empresas que se están viendo más afectadas en el valor de sus acciones incluyen a aquellas que pertenecen a tecnologías de punta, casos de Ford Motor Company, Meta Platforms y Cisco -en redes sociales- además de Amazon en comercio electrónico y Microsoft en procesos y productos de computación.


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En general, como parte de las actuales condiciones en donde no se han superado completamente los efectos de la pandemia del covid-19, las empresas se han enfrentado a reducciones en sus utilidades debido a varios factores.

Uno de ellos es la disminución de demanda por parte de la población. Se ha visto erosionado el poder adquisitivo en los mercados internos.  Esto es clave subrayarlo debido a que el desempeño de las empresas depende -entre otros factores- de la demanda existente, del movimiento de circulante que la población se encuentre dispuesta a llevar a cabo.  Esta demanda a su vez se basa en los ingresos y estos en los niveles de empleo que se tengan.

Otro factor para la disminución de los ingresos netos de muchas empresas ha sido la intensa y sostenida competencia que se mantiene con corporaciones que operan desde otras naciones. Aunque la productividad estadounidense es alta, es evidente la capacidad productiva que está teniendo China y otros mercados emergentes tales como India o Brasil.

Esto no se reconoce ni mucho menos por grupos, como los de la extrema derecha, los que, como parte de una agenda populista, tratan de hacer creer a desprevenidos sectores de población que Estados Unidos está cayendo víctima de una supuesta competencia desleal. El problema es complejo dado que hay verdades a medias, pero en todo caso, es válido que esto puede retribuir votos especialmente en los estados de la ‘América profunda’.

Un tercer factor para disminución de utilidades corporativas es el incremento en los costos de energía. En este punto en particular se presentan críticas a la Administración Biden. Los señalamientos consisten en que el gobierno no ha hecho lo que se estima es suficiente para al menos amortiguar la situación. Pueden tener razón, los bienes públicos y las externalidades, además de los problemas de información, deben ser abordados por las instituciones públicas.

Factores para el aumento de costos de energía se relacionan también con los efectos de la guerra Rusia-Ucrania. Las sanciones contra Moscú también se revierten y otro de los riesgos más sensitivos sería la consolidación del eje: Rusia-China-India. Quizá ahora, la evidencia no sea tan dramática, pero se van imponiendo tendencias y sobre proyecciones constatables es que se deben planificar las actividades geoestratégicas.

En un mundo multipolar como el que se consolida, en especial las naciones de mayor desarrollo se encuentran más articuladas como parte de los actuales procesos de globalización. Un menor crecimiento económico en Estados Unidos o una caída neta de producción en ese país para 2023 no es nada bueno para el objetivo de consolidar crecimiento económico internacional. Un crecimiento económico que pueda ser la base del desarrollo incluyente en lo social y sostenible en el mediano y largo plazo.

* Ph.D. University of Pittsburgh/Harvard. Profesor, Facultad de Administración de la Universidad del Rosario

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