Sí a controlar covid-19 pero con bajo impacto en la economía | El Nuevo Siglo
EL PRESIDENTE del CGN, Julián Domínguez, señaló la preocupación de los empresarios ante las nuevas restricciones para poder funcionar./ENS
foto cortesía Confecámaras
Viernes, 22 de Enero de 2021
Redacción Economía

Hay desespero en los empresarios. Las cuarentenas, toques de queda y otras restricciones en este comienzo de año, no se lo esperaban. Con recelo guardaban la esperanza que al combinar la temporada de final de año y los dos primeros meses de 2021, podrían cuadrar en algo las cuentas de las pérdidas que han tenido desde marzo del 2020.



Sin embargo, esta sensación está desapareciendo para volver a la cruda realidad en el que pueden regresar los indicadores negativos. Con razón, el director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, dijo que las restricciones al inicio de 2021 en casi todas las ciudades del país, podría originar una pérdida a la economía entre $8 y $12 billones, tanto por el cierre de negocios, de empresas, así como el incremento del desempleo.

Por estas razones, el Consejo Gremial Nacional (CGN), que preside Julián Domínguez, no solo exhortó a las autoridades a tomar medidas que, alcanzando el objetivo de controlar la segunda ola de la pandemia, minimicen el impacto en la actividad económica formal.

En un mensaje enviado al Gobierno, no  solo explican los argumentos de esta situación sino que hacen un llamado para que se tengan en cuenta las 114 propuestas que presentaron en diciembre pasado.

Señalan los empresarios que “el Consejo Gremial Nacional se solidariza y expresa su apoyo a las autoridades nacionales y regionales, y al sector salud, por la situación de emergencia que vive el país por el nuevo pico de la pandemia por el coronavirus, y lamenta las víctimas mortales que ha ocasionado”.

Cuidado

Indican en su mensaje que “entendiendo que debe prevalecer el cuidado de la vida de los colombianos, considera que es armonizable esta prioridad con la actividad del sector productivo formal, que no es el foco del nuevo pico de la pandemia y que viene cumpliendo los protocolos de bioseguridad para su funcionamiento”.

Aseguran que “en este marco, generan profunda preocupación los graves perjuicios para la viabilidad de las empresas que vienen ocasionando los cierres de la actividad comercial, así como para el empleo de los colombianos, sobre todo cuando son medidas conocidas con poca anticipación, dado que impiden al sector empresarial planear sus estrategias productivas y comerciales y afectan la confianza de inversionistas y consumidores provocando confusión e incertidumbre”.



Vigilancia

Insisten en su mensaje los empresarios que “dada la incidencia en el pico de la pandemia de las aglomeraciones ocasionadas en acontecimientos públicos y en espacios de comercio informal, así como por las reuniones familiares sin respetar las medidas de distanciamiento y la relajación en las medidas de autocuidado, la respuesta de las autoridades debe estar dirigida a una mayor vigilancia para evitar acciones de indisciplina social, profundizar los cercos epidemiológicos y la cultura de autocuidado”.

Para el CGN “se debe minimizar la afectación del sector formal de la economía por los cierres, por lo cual es urgente una mayor articulación entre autoridades nacionales y locales, una concertación público-privada para la definición de las medidas, y unificación en el territorio de los protocolos para su funcionamiento”.

En diciembre pasado, los 29 representantes del CGN, entregaron al gobierno una ‘hoja de ruta’ para reactivar el empleo en el país que, de llevarse a cabo, significaría en el mediano plazo la generación de 700.000 nuevos puestos de trabajo, además del aumento de 2 puntos porcentuales en el PIB.

Esta iniciativa abarca campos tales como infraestructura pública, créditos, subsidios, trámites, además del empleo, con lo que el CGN confirma la intención de ‘meterle el diente’ a la reactivación económica del país, en momentos de incertidumbre por los resultados tambaleantes de los dos primeros meses después del aislamiento obligatorio.

Vías terciarias

Su punto de partida es acelerar el diseño y la puesta a punto de las vías terciarias del país, cuyo impacto en infraestructura es del 69,5% del total de carreteras del país, además de ser la conexión entre el sector agropecuario y las ciudades.



Arguye el CGN que una inyección financiera equivalente a $17,3 billones del presupuesto del Sistema General de Regalías para 2021 y 2022, junto a $4,3 billones del presupuesto del Invías, lograrían el cometido de dicha aceleración y es agilizar la entrega de productos campesinos hacia las ciudades, entre otros aspectos que se beneficiarían de la inversión.

Otro punto dentro de la ‘hoja de ruta’ está relacionado con la asignación de los pliegos para licitar en la construcción de obras públicas, uno de los procesos más complicados en el campo de la contratación pública que tiende a ser señalado, por sus dificultades, de favorecer procesos de corrupción en la asignación de este tipo de proyectos.

Destaca en el documento la urgente reactivación del corredor férreo del Pacífico, sistemáticamente ignorado por los últimos gobiernos pese a las buenas intenciones de cada presidente, cuyo supuesto significaría la movilización de 110.000 toneladas entre Buenaventura y los departamentos del Eje Cafetero.

Financiamiento

Otro de los cuellos de botella, como es el acceso al crédito a través de la banca, es considerado por el CGN como un asunto de capitalización para el Fondo Nacional de Garantías (FNG) que irrigaría recursos para empresas en materias como pago de nóminas, reestructuración de empresas, así como créditos de salvamento.

El CGN solicita que no se desfinancien líneas de crédito vigentes, pero que incluyan plazos más laxos para los denominados periodos de gracia, que beneficien entre otros a mujeres y jóvenes en categorías de diferenciación y equidad.



Incluso apuntó a la creación de un programa de salvamento para empresas de sectores como turismo, hotelería, entretenimiento y bares, que considere las condiciones de crisis económicas que vivieron durante los tiempos del aislamiento obligatorio.

En ese sentido, flexibilización de impuestos es clave, afirman voceros, para que emprendedores y empresarios puedan reactivar su vida productiva en los años siguientes.

Indican los empresarios que el punto de generación de empleo está basado en un reforma laboral que dinamice la productividad, cuya cifra negativa incide en las negociaciones con las centrales obreras.

Propuestas sectoriales

En las propuestas sectoriales se destacan las que están enfocadas a impulsar la construcción, indicando que es una de las ramas que más jalona la economía colombiana: “una inversión de $1 en construcción genera $2,29 en los sectores encadenados y $2,56 en el PIB”, señala el documento.

Por esto, insisten en la necesidad de reactivar los instrumentos de gestión para que las autoridades territoriales incorporen nuevo suelo urbanizable, haciendo énfasis en las grandes capitales del país.

Para el sector pecuario, que representa el 1,6% del PIB, se propone el fortalecimiento del sistema tecnológico de identificación bovina y trazabilidad.



El documento explica que “el fortalecimiento del sistema de identificación bovina se vería reflejado en la implementación de políticas y programas de salud animal, en una mejora de las actividades de inspección sanitaria, en mayor calidad de los productos pecuarios y en un mejor acceso a mercados externos, al facilitarse el control sobre estándares fitosanitarios internacionales”.

También es llamativa la propuesta de desarrollar proyectos integradores para evitar que pequeños y medianos productores asuman los riesgos de mercado. Además, se insiste en la necesidad de dar créditos preferenciales indexados.

Subsidios a industria

Frente a la industria, que aporta el 12% del PIB nacional y genera el 12% del empleo nacional, el CGN propone la reducción o incluso eliminación de la carga de subsidios a las tarifas de energía para los sectores productivos. Der allí que son llamativos los resultados de la Encuesta Anual Manufacturera que revelan que una sobretasa de $4 por cada kilovatio consumido para un sector productivo que consume más de 16.000 millones de KWH al año representa un sobrecosto cercano a los $65.000 millones, que distribuido en los 8.836 establecimientos incluidos por el DANE, equivaldría a $7,7 millones pagados por establecimiento en sobrecostos.