La sociedad del coscorrón | El Nuevo Siglo
Jueves, 21 de Enero de 2021

Colombia es una sociedad variopinta. También es pusilánime. Con una memoria muy corta. Con tendencia a maltratar al que se pueda o se deje. Acostumbrada a vivir a punta de ilusiones. Leía una columna muy buena que decía que a Claudia López le podían costar sus vacaciones tanto como le costó el coscorrón a Vargas Lleras. Y ojalá le cueste mucho más que eso, pues ya nos estamos acostumbrando a pasivos - agresivos que maltratan sociedades y personas en todos los ámbitos. Se burlan de la gente, no trabajan y no pasa nada. Su séquito de lambones los tiene convencidos de su inteligencia superior y por eso actúan así.

El coscorrón, el abandono del barco en el peor momento deben tener un costo. Pero ellos están tranquilos y la gente olvida esto muy rápido. Ya nadie habla de eso salvo esta columna que escribo porque el acto de ser ciudadano para mí representa demasiada impotencia y frustración en una sociedad con una clase política y gobernantes ineptos, mitómanos, maltratadores, y corruptos. Juegan con los intereses de todos nosotros y no pasa nada. No hay consecuencias.

En Canadá y Europa echaron a varios políticos por irse de vacaciones en plena pandemia. Lo mínimo es que por decencia se fueran. Pero son vampiros que se alimentan del Estado. Adictos al poder que les alimenta su ego. Físicamente son muy pequeños, desgreñados y reflejan un descuido propio y que ya se imaginarán el cuidado que tienen por los intereses de todos.

No tengo nada contra los outsiders que no siguen reglas. De hecho, soy uno de ellos. Jamás he sido un follower de nada. Tal vez por eso antes que abogado fui un dj profesional y aún lo soy con un programa de música techno y progressive house. Melómano, bajista adicto a The Cure y uno de los pocos pilotos de acrobacia en helicópteros y aviones de aeromodelismo en Colombia. Nadie sabe eso y lo cuento acá públicamente. Pues esto me da autoridad para criticar gente que realmente no sé qué le ven.  No me visto como todos tampoco y pienso muy distinto a todos. Muy poca gente logra entenderme realmente y no me importa.

En la sociedad del coscorrón hay mucha gente random. Es de la esencia tener ese público. Y Colombia está llena de eso. Cerré mi twitter también, no quiero pertenecer más a la sociedad del coscorrón. Espero que el tal contrato que firmaron para las vacunas -que no tiene ni fecha ni hora de cumplimiento- y no sé quién firma un contrato que no establece la fecha de inicio -pero bueno según los gobernantes ya casi llega- llegue efectivamente y empiecen a vacunar a todos sin pasar por aduanas ni zona franca. Que no pase con las vacunas como con el helicóptero que donó Francia y que era para salvar a Omayra en la tragedia de Armero, quién murió esperando que saliera el helicóptero de aduanas.

@juanfelipereyes@hotmail.com