Yo, Claudia | El Nuevo Siglo
Jueves, 9 de Enero de 2020

Gracias a la Constitución del 1991, obra de Álvaro Gómez Hurtado, cuyo vil asesinato se mantiene en la total impunidad, quién propusiera en ese entonces la elección popular a todas las corporaciones públicas como una manera de acabar con el clientelismo reinante, los liberales en ese entonces se opusieron, AGH salió adelante gracias a su poder de convencimiento.

Dentro de los resultados finales para las elecciones regionales del pasado 27 de octubre del 2019, lo primero que debemos comentar es que los nuevos mandatarios no alcanzaron la mitad más uno, como reza la democracia siendo elegidos con lo que se conoce en las ciencias políticas como la mayoría relativa, la mitad menos uno, y de ahí para abajo; de tal manera que el nuevo alcalde de Villavicencio, por ejemplo, tan solo fue elegido con el 10% de los votos totales;  la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, apenas obtuvo el 32,5%; Quintero Calle en Medellín con el 29%; Elsa Noguera obtuvo el mayor porcentaje: 66,7% de los votos totales.

Para el caso de Bogotá, sinceramente considero que la elección de Claudia López se dio por el inconsciente colectivo.

Al igual, que la de Hugo Chávez. Acordándome, de Chávez: Bienvenidos al socialismo del XXI. Acordándome de Claudia: Bienvenidos al siglo XXI. Solamente, le quitó una palabra.

De tal forma que, la buena noticia que tenemos ante la posesión de Claudia López y la izquierda carnívora en el Concejo de Bogotá quien ya le declaró la guerra la temporada taurina impidiendo el libre desarrollo de la personalidad empresarial; es que se les acabó el discurso formulado por René Descartes quien planteaba el tema de la duda metódica y sistemática como forma de vida.

La primera duda metódica que me nace del discurso de Claudia, por no llamarla como aquel emperador romano que produjo su posterior caída, es que tan solo se presentan cinco propuestas generales para una ciudad que tiene más de 9 millones de habitantes, una propuesta por cada 1.800.000 habitantes.

Como si los problemas de salud, educación pública adoctrinada por Fecode, las salidas de Bogotá, Transmilenio; sumado a la continuidad que se le debiera dar a las obras impulsadas por Enrique Peñalosa no fueran prioridad para Bogotá.

Claudia: Ya, no tienes para culpar a Álvaro Uribe de todos tus males y desgracias. De pronto, Álvaro Uribe  y Enrique Peñalosa terminan siendo tu mejor aliado.

¡Ah!, pero eso, sí, para declarar la guerra a las corridas de toros si estamos prestos y diligentes.

Se te acabó el discurso, Claudia.

Puntilla: Mientras tanto, Trump da de baja al general más importante del régimen iraní. Mientras tanto, en Colombia las Farc en el decadente Congreso de la República.