Cuarón, un ‘Rey Midas’ en blanco y negro | El Nuevo Siglo
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Martes, 22 de Enero de 2019
Redacción Cultura con AFP
La Favorita también entró en una decena de categorías en los premios Óscar. “Pájaros de Verano” quedó fuera

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Una oda en blanco y negro que Alfonso Cuarón hizo a su infancia en el México de los 70, y a su madre y niñera, Roma, refleja lo que un cineasta puede lograr sin llevar su cinta, en principio, a las grandes salas de cine y aun así conseguir 10 nominaciones al Premio Óscar.

Además, el mexicano tiene un impresionante logro: cuatro de las nominaciones son suyas: productor de la mejor película, director, guion y fotografía.

Se une así a una élite del cine que incluye a Warren Beatty, que lo consiguió dos veces con Heaven Can Wait and Rojos.

Joel y Ethan Coen lo lograron con Sin lugar para los débiles.

Y es que por primera vez una película que no fue vista en la gran mayoría de salas de cine logra arrasar en nominaciones. Roma, creada por Netflix, se vio primero a través de esta plataforma.

Después de Gravedad, ganadora de siete Óscar, Cuarón se dedicó a reconstruir un fragmento de su infancia en medio del turbulento México de 1970.

Se centró en las dos mujeres que marcaron su infancia: su madre, en proceso de separación del marido, y la empleada doméstica, una joven de origen indígena que queda embarazada tras sus primeras experiencias sexuales. Es un retrato en blanco y negro, vívido y profundo, de los conflictos domésticos y las jerarquías sociales de aquel tiempo.

“Llega un momento en tu vida que quieres entender quién eres a partir del punto de partida”, explicó Cuarón al presentar Roma en Los Ángeles.

Cuando la familia de Cuarón entró al set de Roma quedó impactada, fue prácticamente un viaje en el tiempo.

Con muebles originales, fotografías, artículos personales guardados y tumbando alguna que otra pared, el cineasta mexicano reconstruyó casi al milímetro la casa en la que creció en el acomodado barrio de la capital.

“No podía imaginarme el impacto que tendría en mí y en mi familia. Vinieron a visitar el set y tuvieron la misma reacción que yo. No solo habíamos recreado el interior de la casa, también cambiamos la fachada y estacionamos exactamente los mismos coches en la calle. Era nuestra casa”, recordó el director de 57 años.

En ese punto tenía 10 años y aún soñaba con ser astronauta. Faltaban dos para que su madre, Cristina Orozco, le regalara en navidad una cámara de video con la que despertó su pasión por el cine.

Orozco, según cuenta la historia de la señora Sofía en Roma, estaba entonces en un proceso de separación, obligada a reinventarse, a salir adelante.

Falleció antes del estreno, pero Cuarón, el segundo de sus cuatro hijos, pudo mostrársela ya casi terminada.

“Sintió una gran melancolía”, recordó este cineasta que fue el primer latinoamericano y el primer hispanohablante en ganar el Óscar a mejor director por su odisea espacial.

“Esto es gracias a ti mamá, si por algo estoy aquí es por ti y esto es para ti. Te amo”, dijo en aquella ceremonia.

“Furor” en México

Roma, que ganó ya dos Globos de Oro y el León de Oro de Venecia, es la primera película que Cuarón filmó en México desde Y tu mamá también (2001).

“Fue muy liberador volver a filmar en mi lengua materna”, expresó. “Me resulta algo orgánico e instintivo”.

Cuarón, que nunca terminó sus estudios en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) por diferencias con sus profesores, es uno de los “Los Tres Amigos”, como llaman al trío de aclamados directores mexicanos conformado también por Alejandro González Iñárritu y Guillermo del Toro, todos ganadores del Óscar y el Globo de Oro.

El cineasta volvió a usar la tecnología para presentar sonidos dispersos en espacios 3D, como hizo en Gravedad.

“Integra lo visual con lo auditivo”, explicó Annemarie Meier Bozza, una crítica de cine y profesora universitaria en Guadalajara, quien tuvo entre sus alumnos a Del Toro.

Meier, que celebra el “furor” que generó la película en México, destacó “la subjetividad con la que refleja recuerdos de su infancia, los dramas individuales de su familia con la profunda crisis social y política de los 70”.

Para hacer la película, en esta onda de prácticamente un viaje en el tiempo, Cuarón puso como primera condición que todos en el reparto se parecieran a los personajes que recreaban.

Y fue así como apareció Yalitza Aparicio, una maestra de escuela de origen indígena, que sin experiencia como actriz conquistó el corazón del realizador y la audiencia.

“Es capaz la mejor actriz con la que he trabajado”, dijo el director.

Aparicio interpreta a Cleo, la versión de Libo, la niñera de Cuarón, que “siempre llora” cuando ve la película, según dijo el realizador.

Además de Gravedad, que escribió con su hijo Jonás y que fue comparada con el clásico 2001: Odisea del espacio (1968) de Stanley Kubrick, Cuarón también dirigió exitosas cintas, como Harry Potter y el prisionero de Azkaban (2004, tercera entrega de la saga) y Niños del hombre (2006), con Julianne Moore y Clive Owen, por la que fue nominado al Óscar en las categorías de edición y guion adaptado.

La película colombiana Pájaros de Verano estaba prenominada pero no clasificó.