Archivo Acevedo, legado de los Lumiere colombianos | El Nuevo Siglo
Foto Anadolu
Domingo, 13 de Enero de 2019
Natalia Torres*

Una multitud se concentra en la Carrera Séptima de Bogotá, agitando banderas y pañuelos, para vitorear al presidente de Colombia, Enrique Olaya Herrera, en un masivo gesto de apoyo a las tropas nacionales que se dirigirán en unos días hacia el sur del país, al Amazonas, para disputar la soberanía del territorio contra el Ejército del Perú.

Estas son algunas de las imágenes del documental ‘Colombia Victoriosa’, producido por la Casa Acevedo e Hijos en 1932, donde se recoge un pequeño retrato de la Guerra de Colombia contra Perú, que quedó guardado para el recuerdo de los nostálgicos y el asombro de las nuevas generaciones.

El archivo cinematográfico Acevedo hace parte de los acervos audiovisuales más importantes de América Latina y es una pieza fundamental para la reconstrucción de la memoria histórica de Colombia. La entidad encargada de preservar este material, que contiene más de cuarenta horas de registro, es la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano.

La Agencia Anadolu conversó con la directora de la Fundación, Alexandra Falla Zerrate, sobre la historia del Archivo Acevedo, su valor para el cine colombiano, el proceso de recuperación y la importancia de que este haya sido incluido, en octubre de 2018, como el primer archivo audiovisual colombiano en la Memoria del Mundo de la Unesco.

Los Lumiere colombianos

“Si uno quisiera explicar quiénes eran los Acevedo, podría decir que eran como nuestros hermanos Lumiere. Fueron pioneros del cine colombiano, además muy particulares porque era una familia completa dedicada al cine”, cuenta Falla.

El patriarca de la familia, Arturo Acevedo Vallarino, llegó al cine después de haber incursionado como director de teatro y escritor de obras durante casi quince años, con un grupo de intelectuales denominado ‘La Gruta Simbólica’. Aunque dentista de profesión, decide comprar en 1920 una cámara de cine y fundar la compañía Casa Cinematrográfica Colombia con los recursos de la venta de una hacienda.

Luego sus hijos, Alfonso, Gonzalo, Álvaro y Armando aprenden el oficio de la cinematografía y se unen a su padre para fundar lo que posteriormente se conoció como la Casa Acevedo e Hijos, que produjo diversos contenidos, como menciona Falla Zerrate.

“En los Acevedo uno encuentra un abanico de posibilidades, desde reinados de belleza, carnavales, posesiones presidenciales, funerales de expresidentes, visitas internacionales... el paseo de olla al río. Además hicieron noticieros, documental, ficción… Creo que son únicos, porque tienen una producción cinematográfica bastante amplia”, cuenta la directora de la Fundación.

Una de estas primeras producciones fue ‘Colombia Victoriosa’, pero también llaman la atención los largometrajes ‘La tragedia del silencio’ (1924) y ‘Bajo el cielo antioqueño’ (1925); el documental ‘La Apoteosis de Olaya Herrera’, cuando el pueblo saluda con gran fervor al exmandatario, tras culminar su periodo; la visita a Bogotá y despedida de Carlos Gardel antes del fatídico vuelo a Medellín en 1935 o el primer reinado de belleza de Colombia, en 1932.

“Hoy el cine tiene voz”

También fueron innovadores en la introducción del cine sonoro en Colombia, de la mano del ingeniero alemán Carlos Schroeder, como lo contaba el propio Gonzalo Acevedo en una grabación de 1937, llamada “Los primeros ensayos del cine parlante nacional”:

“Solo el pueblo de Colombia nos conoce y solo a él van dirigidos nuestros esfuerzos. (…) El cine, solo el cine es nuestro único medio de expresión. Hoy tiene voz. Don Carlos Schroeder, otro luchador constante y paciente, lo ha hecho hablar para nosotros. Quede pues la constancia de que la primera voz que se oye en el cine nacional es la nuestra, producida en un equipo fabricado en Colombia y para los colombianos”.

Del aporte de Schroeder, y otros extranjeros, la incipiente industria colombiana se enriqueció mucho durante las primeras décadas del siglo XX. “Tuvimos a los hermanos Di Domenico, que eran italianos; Máximo Calvo, que era español, con 'María', que es el primer largo; luego tuvimos a José María Arzuaga, también español. Es muy interesante ver cómo el cine colombiano también se nutrió con gente que venía de fuera del país y en un primer momento le dieron un impulso importante a la filmografía nacional”, señala Falla.

Entre estas producciones sonoras destacadas se puede mencionar ‘La semana de la democracia en Bogotá’ (1945), sobre la proclamación de la candidatura de Jorge Eliécer Gaitán, filmado en el Puente del Común, la Plaza de Toros La Santamaría, la Carrera Séptima, el Cementerio Central y la Plaza de Bolívar.

La recuperación

La Casa Acevedo dejó de producir películas en 1955 y los derechos patrimoniales del archivo fueron adquiridos por la International Petroleum Colombia Limited (Intercol) —hoy Exxon Mobil— a finales de los años cincuenta. Pero el proceso oficial de restauración inició en 1982, bajo el liderazgo del investigador y periodista Jorge Nieto.

Finalmente, el 11 de diciembre de 2003, Exxon Mobil traspasa los derechos del Archivo Acevedo a la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano, del que hacía parte Nieto desde 1987 y donde continuaría este trabajo hasta su muerte, en 2012.

“El trabajo con los Acevedo no ha terminado, nos quedan unas horas por digitalizar, por catalogar. Lo más bonito de los archivos es que son absolutamente dinámicos, en la medida en que están siempre en construcción. También tenemos un trabajo de socialización de ese archivo, de ver cómo se muestra ese archivo”, sostiene la actual directora de la Fundación.

Uno de los grandes reconocimientos que tuvo el Archivo Acevedo recientemente fue su inclusión en octubre de 2018 en la Memoria del Mundo de la Unesco. “Es un logro muy importante por varias cosas: es el primer archivo de carácter audiovisual colombiano que hace parte de este programa de la Unesco, Memoria del Mundo para América Latina y el Caribe. Y este primer paso es súper importante porque pone este archivo audiovisual a la altura de 'Los Olvidados', de Buñuel, que hace parte también de esa memoria de América Latina y el Caribe”, afirma Falla.

(El artículo fue editado del original)

*Periodista de Anadolu