¿Qué posibilidad hay de que Johnson deje gobierno inglés? | El Nuevo Siglo
LA POSIBILIDAD de que Boris Johnson enfrente una moción de censura de su partido conservador parece alejarse, ya que necesita el apoyo de 54 diputados y actualmente tiene una docena
Foto archivo Xinhua
Jueves, 20 de Enero de 2022
Redacción internacional

La amenaza de una moción de censura de los conservadores contra su líder y, por tanto, primer ministro británico, Boris Johnson, por el escándalo bautizado como ‘partygate’ parece diluirse por factores que imbuyen tanto a su partido como a la férrea oposición laborista.

Tras dos semanas de constantes revelaciones mediáticas sobre reuniones realizadas en Downing Street (sede de gobierno) cuando regía el confinamiento preventivo por el covid-19, lo que llevó a que Johnson presentara disculpas públicas ante la Cámara de los Comunes, hechos recientes han reconfigurado la percepción política sobre la responsabilidad del premier, así como la exigencia de su partida.

Los medios británicos han revelado que al menos una decena de reuniones sociales, calificadas como fiestas (parties) se realizaron en la sede de gobierno, violando las normas anticovid ordenadas por el mismo. Johnson estuvo en una de ellas, el pasado 20 de mayo, realizada en los jardines de la sede. Adujo, en su explicación ante el Parlamento, que fue a la misma convencido de que se trataba un evento laboral y, tras permanecer allí por 25 minutos retorno al despacho. Sin embargo, reconoció que en ese momento "debió haber mandado a todo el mundo de vuelta al interior". Por ello pidió disculpas públicas, las que reiteró su oficina días después cuando se conoció de otro evento similar la víspera del entierro del príncipe de Edimburgo.

Las ‘partygate’ se convirtieron así en el caballo de batalla de la oposición, encabezada por el líder laborista, Keir Straimer, quién exigió la dimisión de Johnson, en ‘aras del interés nacional’. Sin embargo, días después, su altisonante demanda se acalló días después cuando se develaron unas fotos que lo mostraron bebiendo cerveza con un grupo de empleados del partido en una oficina, reunión celebrada también el pasado mayo cuando ese tipo de eventos estaban prohibidos, salvo en el ámbito profesional, por los protocolos anticovid.

Entre tanto, en las filas ‘tory’ comenzaron a elevarse voces de descontento con la actuación del premier inglés y, de allí que se avivara la amenaza de una moción de censura interna en aras de cambiar al líder del partido y, por ende, de quien detenta el poder, máxime ante el reiterado anuncio de Johnson de que no dimitirá y está a la espera de la investigación interna que al respecto realiza Sue Gray.

Este escenario, considerado el más factible, parece que comienza a desdibujarse luego la sorpresiva defección (separación) de un joven diputado ‘tory’ suscitara un efecto contrario al esperado. El miércoles, Christian Wakeford protagonizó una impactante escena en el parlamento británico al levantarse de la bancada conservadora para ir a sentarse con la oposición laborista, en pública muestra de indignación por las fiestas ocurridas en Downing Street por lo que acusó a Johnson de “incapacidad para ofrecer liderazgo partidario y el gobierno que el país merece”.

El hecho que aguardaba consolidar la naciente ‘rebeldía’ en las filas conservadoras generó un efecto inverso: un replanteamiento político de la bancada en torno a todo lo que estaba en juego y la inconveniencia de sacar a un hombre que, tras llegar al poder con un aplastante triunfo en 2019, ha cumplido con la mayoría de sus promesas, entre ellas la más difícil: el Brexit.



Las cuentas

La moción de censura interna es un procedimiento ocasionalmente utilizado por los partidos para cambiar a su líder gobernante. En el caso conservador, la más reciente fue la que aplicaron en diciembre de 2018 a la entonces primera ministra Theresa May, quién aunque la superó no pudo superar las constantes presiones de los ‘rebeldes’ partidistas por el Brexit y optó por dar un paso al costado en mayo del siguiente año.

Para tramitar este mecanismo de recambio, las reglas del partido establecen que puede activarse si el 15% de los parlamentarios ‘tories’ así lo solicitan, con una carta al respecto que deben enviar al Comité 1922, encargado de la gestión de la bancada. Actualmente dicho número es de 54, ya que son en total 360 diputados conservadores.

Si se acuerda la moción de censura, Johnson tendría que obtener el apoyo de al menos la mitad de sus diputados, 180, para permanecer al frente del Ejecutivo. Y, en este caso, no podrán volver a someterlo a dicho mecanismo en un año.

Aunque el número de ‘rebeldes’ que hacen la solicitud al mencionado Comité generalmente se mantiene en secreto, los medios británicos han asegurado que a comienzos de semana eran 20, pero tras el abandono de la bancada de Wakeford, al menos siete de ellos optaron por dar marcha atrás y retiraron sus misivas.

El mencionado diputado de 37 años es uno de los jóvenes conservadores elegidos en 2019 en circunscripciones del desindustrializado norte de Inglaterra, bastiones tradicionales del Partido Laborista seducidos por la promesa de Johnson de realizar el Brexit.

Otro de los efectos de tal defección fue que muchos conservadores optaran por sopesar calmadamente los pros y los contra que para el partido tendría una salida del primer ministro, llegando a la conclusión de que sería muy inconveniente ante los avances que ha logrado dicho gobierno en dos años de difícil gestión por el grave impacto que en la economía y lo social ha tenido la pandemia del covid-19.

El análisis de lo ocurrido lo resumió a la BBC el diputado tory Andrew Percy: "El primer ministro probablemente agradezca a Christian Wakeford, lo que hizo, porque llevó a que mucha gente se lo piense de nuevo, que se lo piense dos veces. Esto ha calmado los nervios y creo que la gente ha reconocido que en realidad este constante mirarse el ombligo y el debate interno sólo beneficia a nuestros adversarios políticos".

A esa decantada reflexión política también contribuyó que los sondeos dan una inusual ventaja de 10 puntos a los laboristas.

Esa nueva percepción política al interior de la colectividad conservadora también desinflaría una posibilidad poco utilizada para buscar la salida de Johnson como es la tradicionalmente conocida como “visita de los hombres de traje gris” que es, básicamente, una ‘presión informal’ de los líderes del partido quienes, a su vez, eligen al sucesor en reunión a puerta cerrada.

Pero, paralelamente, se presentaron denuncias, aunque sin pruebas que las sustenten, de que se estaría intimidando a los parlamentarios que buscan la salida de Johnson. Al respecto el joven diputado y vicepresidente del Comité 1922, William Wragg instó a sus copartidarios a presentar ante la policía evidencias de la presunta campaña de chantaje que estaría ejerciendo el gobierno.

Wragg acusó a Downing Street de promover "historias vergonzosas" en la prensa británica sobre diputados que como él han pedido al 'premier' que deje su cargo.

Consciente de los errores de su gobierno, de sus colaboradores, de los nubarrones económicos atizados por una inflación interanual de 5.4% (la más alta en tres décadas) pero también de que el Brexit ha dado un nuevo impulso al Reino Unido, quedando pendientes ajustar el acuerdo de pesca y la implementación del estatuto para Irlanda, Johnson se muestra confiado de permanecer en el poder.

Muchos analistas como Robin Pettitt destacan que el actual premier no es un ‘político normal’ y que “si hay algo en lo que ha destacado a lo largo de su carrera política esencialmente es en la supervivencia”. De allí que como él muchos más consideren que Johnson sobrevivirá a este escándalo y el enfriamiento de la rebelión ‘tory’ así lo estaría indicando.