Oxígeno para la economía | El Nuevo Siglo
Miércoles, 20 de Enero de 2021

El entusiasmo del año 2021 se va diluyendo en la medida en que una parte importante del país atraviesa una turbulencia por cuenta del acelerado incremento de los casos de coronavirus. Enfrentamos el peor momento desde el inicio de la pandemia y el país llega a él con el cartucho de la cuarentena nacional muy agotado, lo que ha precipitado que los gobiernos locales hagan esfuerzos por detener el impacto en la salud pública. Varios departamentos del país y sus capitales llevan ya tres encierros totales en los fines de semana y, por supuesto, la preocupación por el desempeño de la economía, en tenue recuperación, vuelve a asomarse.

La cuarentena pasada y el pánico que generó la llegada del virus desencadenaron la destrucción de casi 5.000.000 de empleos y empujó la cifra de desempleo a niveles no vistos desde la recesión de 1999. En la medida en que el país se ha ido abriendo y permitiendo la actividad económica, la cifra de desocupados en el país está por encima del 14%, aunque en algunas capitales sigue bordeando el 20%. Con los toques de queda, justificados por la creciente presión en el sistema hospitalario, los sectores de hotelería, restaurantes, bares y de la actividad nocturna comienzan a mostrar signos inquietantes.

Ante el pronóstico incierto de cuándo los sectores más golpeados recuperarán su dinamismo totalmente, es deseable que los gobiernos regionales y locales contemplen unas herramientas que sirvan de estímulos para mantener con vida a esas empresas y conservar los empleos que generan. Si bien grandes ciudades como Bogotá pueden formular proyectos de apoyo a los sectores económicos con muchísimos recursos, casos como el de Palmira y su iniciativa de incentivos tributarios son ejemplo de cómo ciudades intermedias pueden darle oxígeno a la economía.

Antes de terminar el año 2020, la Alcaldía y el Concejo de Palmira impulsaron y aprobaron un plan de estímulos tributarios que muestran cómo ciudades intermedias pueden abordar la crisis. Luego de identificar los 38 sectores más golpeados por la crisis, orientaron los estímulos para las empresas locales -con medidas especiales para las Mipymes-, para atraer inversión privada y para estimular a los emprendimientos con innovación y desarrollo en ciencia y tecnología. La herramienta más importante es el impuesto de Industria y Comercio, el cual constituye la posibilidad con que cuentan muchos distritos y municipios en Colombia para reducirle carga a las empresas más afectadas por la turbulencia económica.

En este punto en el que nos encontramos, la política fiscal expansiva sigue siendo una alternativa razonable para mantener a flote a la economía. En este caso, si bien el Gobierno Nacional tiene la mayor capacidad para lograrlo, existen algunas iniciativas que contemplen incentivos tributarios y subsidios directos a las nóminas y a los costos fijos que los gobiernos locales, en función de sus capacidades, pueden desarrollar. Es probable que algunos cierres sean inevitables por razones de salud pública, pero también debe ser visto como prioridad mantener a flote las fuentes de ingresos de miles de familias colombianas.