¿Cómo sumarse a una dieta basada en frutas y vegetales? | El Nuevo Siglo
Estos estilos de alimentación hacen parte de una nueva era que busca un equilibrio entre nutrición y una vida activa.
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Miércoles, 27 de Enero de 2021
Redacción Cultura

A los principales propósitos y metas que se planean al finalizar o comenzar un año, como cambiar hábitos alimenticios o adoptar prácticas más saludables, se están sumando las nuevas tendencias en nutrición balanceada y el tener una vida activa. El cuidado del medio ambiente, la salud corporal y el bienestar animal, son algunas de las razones que toman en consideración quienes buscan tener una alimentación basada en vegetales, frutas y hortalizas.

El crecimiento sostenido de personas que están adquiriendo formas más conscientes a la hora de alimentarse, por un lado, proyecta cambios positivos para el planeta y por otro, representa beneficios para la salud.

Según un estudio de la National Academy of Sciences, se calcula que para 2050 las emisiones de gases de efecto invernadero se reducirían entre 29% y 70% si más ciudadanos se suman a las tendencias de alimentación basadas en vegetales. Y, de acuerdo con Carolina Pimentel, miembro del Consejo Consultor de Dietistas de Herbalife Nutrition Brasil, las personas que adquieren estos hábitos, podrían ayudar a: reducir los niveles de colesterol, controlar mejor la hipertensión, tener menor riesgo de desarrollar diabetes tipo ll y contar con un mejor estado nutricional.

Algunos de los planes de alimentación que contemplan a las plantas como protagonistas son, por ejemplo, el flexitarianismo que consiste en combinar la ingesta de plantas con un porcentaje de proteína animal; el vegetarianismo, donde no se presenta consumo de carnes, pero sí de productos derivados de animales, y el veganismo, tendencia basada estrictamente en alimentos de origen vegetal. Antes de adoptar alguno de estos estilos de vida, se recomienda tener una evaluación médica previa y la asesoría de profesionales de la salud durante el proceso.

“Las frutas, las verduras y los granos enteros son una fuente importante de vitaminas, minerales y fitonutrientes, además de no contener colesterol. La mayoría también provee gran cantidad de fibra, que ayuda a saciar el apetito y mantener el normal funcionamiento del sistema digestivo. Cuando se incluyen porciones adecuadas de estos alimentos que sacien el apetito, habrá menos espacio en el estómago para consumir alimentos poco nutritivos”, agrega Pimentel.

Una alimentación con alto porcentaje de plantas no significa solamente frutas y verduras, los frijoles, arvejas, lentejas, avena, quinoa, arroz integral o salvaje, entre otros, también cuentan. Otras fuentes de proteína vegetal son la leche, el queso y el yogur de soya y el tofu. Los frutos secos, las semillas, el aguacate, las aceitunas, la mantequilla de maní y aceites de origen vegetal contienen grasas que el cuerpo necesita. Las hierbas y especias que se utilizan para sazonar los alimentos también son plantas, todo esto se puede incluir dentro de los menús diarios.

Pimentel recomienda que quienes estén en proceso de sumarse a estas tendencias o adoptar un estilo de vida más balanceado en términos de nutrición deben incorporar los vegetales, frutas y hortalizas poco a poco hasta alcanzar la cantidad ideal, más de 800g por día. “Hay que abrir espacio en el plato para que estos vegetales sean protagonistas de las comidas, consumiendo hortalizas, verduras, granos, soya y cereales integrales”, comenta la dietista.

Adicionalmente, es necesario promover el control del estrés, el optimismo, trabajar con metas, conexiones y relaciones más saludables, tener un sueño adecuado, cuidado personal y técnicas de meditación. Todos estos son métodos que contribuyen en el proceso de cambio. Nadie comienza de una vez con nueve tazas de verduras al día, al igual que con el ejercicio y el control de hábitos poco saludables, todo es paso a paso.

Estas formas de nutrición hacen parte de las tendencias de consumo consciente y responsable que con el paso de los años seguirá siendo importante, pues se estima que en 2050 estos estilos de vida equivaldrán a un rango entre el 0,4% y el 13% del PIB mundial, según datos del mismo estudio de la National Academy of Sciences.