En una semana, Jiménez de Quesada llegará a su tercera posada | El Nuevo Siglo
Foto El Nuevo Siglo/Diana Rubiano
Viernes, 14 de Enero de 2022
Redacción Nacional

El próximo viernes 21 de enero estará abierta al público, en el Museo de Bogotá, la estatua del fundador de Santa Fe de Bogotá, Gonzalo Jiménez de Quesada, que durante 33 años le dio la identidad a la plazoleta de la Universidad del Rosario, a los pies de la avenida que lleva su nombre.

Lista para que a su alrededor se teja todo un discurso, este monumento no se exhibirá con una muestra museográfica, pues serán los asistentes quienes contribuirán con la construcción de su narrativa. 

Retrocediendo la película 62 años, el primer lugar de residencia de este monumento, obsequio del gobierno español a la ciudad de Bogotá e inaugurado el 6 de agosto de 1960, se ubicó frente a la Iglesia de Nuestra Señora de las Aguas. Allí la escultura del artista español Juan de Ávalos García se mantuvo, inalterable, durante 28 años. 

Posteriormente, con motivo de los 430 años de la fundación de la ciudad, fue ubicada en la misma avenida pero en esta ocasión entre las carreras octava y novena y, en 1988 fue trasladada a la Plazoleta del Rosario.

En el 2017, junto con la universidad, el Distrito la restauró y la decoró con margaritas, hiedras y siete cueros reales, como un homenaje a la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada. Esta fue su tercera inauguración, el 7 de agosto de ese mismo año.

Vale referir que la recuperación del monumento al fundador de Bogotá, en dicha ocasión, tuvo un costo superior a los $164 millones, los cuales fueron aportados por la Universidad del Rosario, entidad que la adoptó dentro del programa del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC) de la Administración de Enrique Peñalosa denominado “Adopta un monumento”.



En un acto simbólico de siembra de plantas, la comunidad rosarista, los comerciantes, los lustrabotas de la zona y los líderes estudiantiles del sector se comprometieron a velar por la protección y el cuidado del monumento, declarado Bien de Interés de Carácter Distrital el 13 de enero del 2006.

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Y en un último y maltrecho capítulo de esta estatua del fundador de la ciudad, en el décimo día de manifestaciones que tuvieron lugar en la ciudad de Bogotá el año pasado, el viernes 7 de mayo al amanecer, cuando aún no había luz en el horizonte, indígenas misak, en modo de protesta, la derribaron.

“A partir de este momento la ciudad no va a tener a este violador y supuesto conquistador. Este es el movimiento de mujeres y el movimiento de autoridades indígenas del suroccidente. Abajo las masacres, abajo el gobierno, abajo la brutalidad policial. No más ídolos asesinos. Que vivan las mujeres de Bogotá", dijeron.

Ese mismo día la estatua fue removida de su lugar de residencia y estuvo un par de meses en la Alcaldía local de Los Mártires, hasta que el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural la trasladó, en forma definitiva, al interior del Museo de Bogotá.

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Desde hace una semana este monumento, que por más de 62 años hizo parte del espacio público de la ciudad, ahora reside en el Museo de Bogotá, decisión que se tomó tras nueve mesas de diálogo con diferentes sectores, entre los que se encuentran el Consejo Local de Patrimonio, la Asociación Colombiana de Restauradores, la Mesa de Museos de Bogotá, la Mesa de arquitectos y urbanistas; además de académicos y organizaciones sociales representantes de pueblos étnicos, colectivos feministas y colectivos de jóvenes.

Al hacerse pública esta decisión, el pasado 6 de septiembre, el director del IDPC, Patrick Morales, explicó a EL NUEVO SIGLO que “el patrimonio es un ámbito dinámico, cambiante. Este escenario será, sin duda, un nuevo espacio para continuar escuchando" a su alrededor.