Alianzas contra la delincuencia | El Nuevo Siglo
Martes, 10 de Enero de 2023

La lucha contra la delincuencia, en todas sus modalidades, es una constante para las autoridades responsables del buen vivir, bien estar y tranquilidad ciudadana. Con la iniciación del 2023, tenemos un motivo más que suficiente para acuñar noveles estrategias que permitan presentar un frente de lucha amplio y suficiente contra los diferentes tipos delictivos que amenazan la convivencia en el país. Son bienvenidas todas las herramientas que ayuden y faciliten esta acometida contra la criminalidad, como también la presencia, acuerdos y compromisos de diferentes entidades estatales a las que les cabe una cuota de responsabilidad en este grave problema de urgente atención e inaplazable solución.

Nos debe servir de referente la dura escalada delincuencial que viene azotando a Colombia. El año anterior dejó estadísticas preocupantes que debemos reducir, poniendo de presente un compromiso gubernamental ineludible para lograr una sensación de seguridad nacional, que genere confianza en las comunidades.

Pasadas  las navidades y encarando este periodo que cubre el nuevo año, las comunidades anhela una respuesta pronta y concluyente de cara a esta problemática, esperando estrategias, medidas, pronunciamientos y  actividades tendientes a neutralizar las bandas organizadas, las delincuencia común y el  narcotráfico que cada día invade sectores representativos en las ciudades capitales del país, atentado contra el orden social, la  juventud y el futuro patrio. Por lo tanto, apremia una legislación donde se fijen procedimientos con compromisos de entidades, ciudadanía y organizaciones de todo tipo, aportando un enfoque integral, porque la experiencia nos ha enseñado que la sola reciedumbre de la ley no es suficiente. Es más recomendable un programa para hacer cumplir las normas existentes, con prontitud y severidad, ya que de nada sirven nuevas medidas si su cumplimiento y aplicación no es viable por carencia de medios, coordinaciones y compromisos.

La  necesidad de contar con recursos y procedimientos para enfrentar la delincuencia es inaplazable; los delincuentes se apoyan en tecnología de punta  que sabemos está igualmente al alcance de las autoridades, pero en este aspecto adolecemos de decisión política que genere respaldo para la fuerza pública y  autoridades. Las problemáticas sabemos que son de diferente dimensión, algunas invaden órbitas ajenas a la seguridad. Ejemplo MinHacienda, mientras otras tienen carácter doméstico e institucional.

Traigamos el modelo del  lugar de reclusión. Sin cárceles no hay castigo y cárceles en Colombia no tenemos. El señor ministro de Justicia tiene claridad sobre lo incomprensible y complicado del problema; otro aspecto se refiere a la capacitación de operadores judiciales para incentivar y facilitar la denuncia, eslabón ineludible en las investigaciones, pero de complicado diligenciamiento por falta de conocimiento y orientación.

En fin, son variados y numerosos los temas, pero como lo venimos afirmando es irremplazable el trabajo coordinado y permanente que cubra todo el espectro de seguridad ciudadana.