El proceso de Umar Patek, un islamista detenido en la ciudad donde mataron a Osama bin Laden, empezó en un tribunal de Yakarta que lo debe juzgar por la confección de los explosivos de los atentados de Bali en 2002, los más sangrientos de la historia de Indonesia.
Patek, de 45 años, indonesio de origen yemení, es la última figura del movimiento islamista Jemaah Islamiyah (JI) que comparece ante la justicia indonesia. Considerado el brazo armado en Asia del sureste de la nebulosa Al Qaida, el JI es responsable de la mayoría de atentados cometidos en Indonesia.
Buscado por las policías de muchos países, Estados Unidos ofrecía un millón de dólares por la cabeza de Umar Patek después de los atentados de Bali. Fue capturado en enero de 2011 en Abbottabad, la ciudad de Pakistán donde murió Osama bin Laden cuatro meses más tarde en un operativo del Ejército norteamericano.
Umar Patek ha reconocido que ayudó a fabricar los explosivos que destruyeron un bar nocturno y un restaurante en la estación balnearia de Kuta, en la isla indonesia de Bali, el 12 de octubre de 2002.
El atentado causó 202 muertos, entre ellos 88 australianos, y convirtió a Indonesia, el país musulmán más poblado del planeta, en un campo de batalla contra el terrorismo islamista mundial.
Umar Patek también está enjuiciado por la fabricación de las bombas que estallaron el 24 diciembre de 2000 cuando fueron enviadas, maquilladas como regalos navideños, a iglesias y a religiosos en Indonesia y causaron 19 muertos.
Asimismo está acusado de participar en la instalación de una célula de Al Qaida en Aceh, región del norte de la isla indonesia de Sumatra, donde prevalece la ley islámica.
El proceso está previsto que dure más de cuatro meses.
AFP