Arranca debate sobre zonas de concentración | El Nuevo Siglo
Domingo, 7 de Febrero de 2016

La próxima semana debe comenzar a sesionar el Congreso en forma extraordinaria para, tal como lo anunció hace exactamente un mes el presidente Juan Manuel Santos, modificar la Ley de Orden Público.

 

El objetivo, precisó entonces Santos, “es permitirle al presidente de la República, que hoy no tiene esa facultad legal, iniciar los procedimientos para la concentración de las Farc en los sitios que se negocien en estos último meses y la dejación de esas armas”.

 

Pocas

El presidente del Partido Social de Unidad Nacional (La U), el senador Roy Barreras, sostuvo que “en todos los procesos de paz en el mundo los ciudadanos esperan que los grupos ilegales se desmovilicen y se desarmen. Para hacerlo necesitan concentrarse en unas zonas donde se pueda verificar tanto la desmovilización como el desarme”.

 

Barreras anotó que él espera que esas zonas sean pocas para que la verificación sea más sencilla, aclarando que “el número de zonas aún no está definido en la mesa de La Habana”.

 

Las zonas, consideró Barreras, deben ser cercanas a la presencia de los antiguos frentes guerrilleros para disminuir el riesgo de su desmovilización, implementando además corredores de seguridad.

 

Para Barreras otra condición es que sean zonas alejadas de los centros urbanos y que sean lugares en las que la Fuerza Pública tenga la facilidad de proteger a los desmovilizados.

 

“La seguridad de estas zonas estarán a cargo de las propias Fuerzas Militares. Este es un avance porque implica confianza entre las partes. Y hay que cumplirles con esa expectativa de seguridad”, agregó.

 

Sin despeje

El vocero del Partido Conservador en la Cámara, el representante vallecaucano Heriberto Sanabria, dijo que si se limita a la interpretación literal de lo que significa una zona de concentración, se trata de un área determinada que podría ser un municipio, puede ser un corregimiento o una región, un departamento.

 

“Hay que definir qué clase de zona. Si es departamental o si solamente serán zonas rurales. Lo que significa la palabra concentración es que es un lugar donde la guerrilla de las Farc y los desmovilizados se van a ubicar, donde podrán unas mínimas garantías de seguridad y que no vayan a correr peligro sus vidas después de las desmovilización”, precisó.

 

Para Sanabria, aún hace falta aclarar los objetivos de las zonas, “porque una cosa son las zonas de concentración y otras son las zonas de reclusión, que son lugares distintos. Entonces aspiramos a que ahora que se instalen las sesiones extraordinarias, el proyecto de ley defina qué son las zonas de concentración, para qué son, quiénes van estar en las zonas, por cuánto tiempo y el uso que se les va a dar”.

 

Sanabria planteó que es importante que haya claridad el uso de las zonas de concentración y que, siempre y cuando sean en pro de terminar el acuerdo de paz o consolidar el proceso de posconflicto, no se puede tener temor.

 

“Lo que no se puede es disfrazar las zonas de despeje con zonas de concentración. Las zonas de concentración tienen que permitir la presencia del Estado, de la institucionalidad, porque lo que sí no se puede es camuflar zonas de despeje en zonas de concentración”.

 

Una sola

El senador del Centro Democrático, Ernesto Macías, recordó la propuesta hecha por su colectividad desde hace año y medio.

 

“Fue mal vista o rechazada por el Gobierno. Consistía en una zona de concentración donde se reúna toda la guerrilla en solo sitio, con seguridad perimetral, alejado de población civil y que no sea fronterizo. Esa fue la propuesta que hicimos, pensando en que de esa manera sí podría funcionar el cese al fuego, porque todo lo que ocurra por fuera de esa zona debe ser combatido por la Fuerza Pública mientras terminan los diálogos o se firman los acuerdos”, rememoró Macías.

 

No obstante, señaló el senador, que ahora lo que hace el Gobierno es tomar la figura, pero ampliándola a más zonas en el país. “Lo grave es que acepte el Gobierno crear tantas zonas que afectarían enormemente al país”, dijo.

 

Macías señaló que, por ejemplo, en el Huila todos sus municipios han sufrido los rigores de la violencia y no se puede pensar que para quienes sufrieron la guerra ahora tengan que soportar la presencia de las Farc haciendo y deshaciendo.

 

“Al Gobierno se le ha ido la mano ofreciendo hasta 10 zonas, aunque las Farc piden 90. Deben ser máximo tres zonas, pero deben estar muy restringidas en lugares alejados de la población civil”, expresó.

 

El senador Macías indicó que el problema es que el Gobierno ha sido demasiado generoso con las Farc y les ha ofrecido más zonas.

 

Verificación

El presidente del Senado, Luis Fernando Velasco, del Partido Liberal, opinó que deben ser zonas no muy grandes y fáciles de verificar: “Creo que deben ser campamentos con una mínimas condiciones de comodidad que permitan  los veedores internacionales”.

 

Para Velasco, una condición para las zonas de concentración es que estén alejados de los centros urbanos, con la finalidad de evitar fricciones y no cerca de bases militares.

 

Frente al número de zonas de concentración, señaló que esa es una determinación que se tiene que tomar en la mesa de negociación de manera bilateral.

 

“Deben ser no demasiadas, pero sí suficientes como para no tener que estar haciendo todo un ejercicio de transportar tropa y milicianos por todo el país”, manifestó Velasco.

 

El congresista liberal cree que es clave la presencia de los veedores internacionales, pero anotó que se tiene que generar una seguridad por parte de la Fuerza Pública e incluso para evitar el intento de saboteo de algunos sectores que quisieran ver naufragar el proceso de paz.

 

Sobre las facultades que se le darían al presidente Santos, Velasco sentenció que se trata de un tema técnico que tienen que resolverlo quienes tienen la experiencia y conocen el tema, razón por la cual en La Habana hay un grupo de oficiales sentados definiendo conjuntamente con los comandantes de la guerrilla de las Farc.

 

“Creo que lo que tiene que hacer el Congreso es otorgar las facultades y permitir que con esas facultades la mesa de conversaciones pueda ejecutar el elemento fundamental, como es la concentración para prepararse para la dejación de armas”, afirmó.

 

Cese bilateral

El senador Iván Cepeda, del Polo Democrático, declaró que ese punto aún no se ha definido en la mesa de negociación.

 

“En realidad ese es un tema que está actualmente en discusión y sobre el cual no ha habido un acuerdo, un consenso entre el Gobierno nacional y la guerrilla de las Farc”, aclaró.

 

Cepeda recordó que las Farc han señalado que se viene produciendo de manera deflacto un cese bilateral de las hostilidades y que “sobre esa realidad es que se debería trabajar la forma como se va a desactivar al conflicto armado para llegar muy pronto a una verificación internacional, que como se sabe estará en cabeza de una misión civil del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, y sobre esa base poder cumplir ese procedimiento de paso de organización armada a una organización civil”.

 

Reiteró el legislador que por el momento no hay acuerdo y por eso considera un poco prematuro discutir sobre un numero de zonas, sobre algo en lo que todavía no se ha pactado.

 

“Las Farc han hecho distintas propuestas. Una de ellas es la conformación de unos territorios francos para la paz y la convivencia, que creo que es la propuesta más cercana a lo que podría ser un territorio destinado al proceso reincorporación a la vida civil”, expuso Cepeda.

 

El congresista puso de presente que sería conveniente que el presidente tuviera facultades para que en cualquier momento pueda tomar determinaciones sobre órdenes de captura y otra serie de aspectos jurídicos y logísticos del proceso, pero, insistió, “aún no hay un acuerdo sobre esta figura”.

 

Hay que esperar

La representante por Bogotá, Ángela Robledo, de la Alianza Verde, aseguró que “lo primero que le debo señalar es que aún no están definidos los lugares y lo que me imagino claras de repliegue tanto del Ejército como de las Farc, con la posibilidad de este comité tripartito de consultar a la población civil, no solo en términos de monitoreo en la zona, sino también en la verificación cuando haya denuncias de lado y lado de alguna violación”.

 

Robledo dijo que pueden ser espacios donde se empiecen a dar las primeras condiciones para la reconciliación y la convivencia.

 

En lo que tiene que ver con el número de zonas, expreso que “debemos dejar que lo definan en la comisión técnica de La Habana. Hay condiciones por parte del general Flórez y condiciones por parte de la guerrilla. Hay que esperar. No serán tantas como esperaba la guerrilla, pero tampoco pocas como esperaba el Gobierno”.

 

Listos

En su momento Santos señaló que actualmente “la Ley no le permite al presidente dar ese paso y por eso, para estar listos cuando firmemos, para dar ese paso fundamental vamos a tener que aprobar la ley lo más pronto posible y por eso voy a convocar al Congreso a unas sesiones extraordinarias con ese fin específico”.

 

La reforma legal posibilitará la concentración de esa guerrilla, con garantías de seguridad personal y jurídica, dentro de unas zonas de ubicación que serán acordadas en la última etapa del proceso de negociación.

 

El proyecto de ley que presentará al Congreso contemplaría la creación de esas zonas de ubicación, que también permitirán la dejación de armas.

 

La concentración de la guerrilla en zonas desmilitarizadas y la dejación de las armas previa al cese al fuego definitivo es uno de los puntos más espinosos pendientes de negociación. 

 

En noviembre las Farc presentaron la quinta propuesta sobre fin del conflicto, referida a la definición de Territorios Especiales para la Construcción de la Paz (Terrepaz), zonas geográficas organizadas de manera excepcional y extraordinaria “que tendrán un régimen especial protegido constitucionalmente y con regulaciones específicas sobre la organización política, económica y social entre otras, así como las concernientes a las medidas y acciones reparativas en desarrollo de la justicia restaurativa”, según un comunicado que leyó entonces el jefe guerrillero Luis Alberto Albán, alias ‘Marcos Calarcá’.