Si Argentina tuviera su segunda vuelta hoy, Mauricio Macri sería el nuevo presidente de la Nación. Así lo aseguran dos encuestas publicadas esta semana que le dan al líder de Cambiemos una ventaja considerable sobre Daniel Scioli, candidato oficialista.
El expresidente de Boca Juniors, quien tras lograr el ballotage (segunda vuelta) el 25 de octubre, continuaba debajo de Scioli en las encuestas, logró estos últimos días repuntar y no sólo lo alcanzó, sino que lo rebasó. Los indecisos y los votantes de Massa y Stolbitzer, candidatos que no lograron llegar a la segunda vuelta, se están inclinando por el opositor que ha sabido cautivar al electorado con un discurso fresco y diferente, que se denomina “un tercer eje”, algo así como la tercera vía, alejado del peronismo y la maquinaria kirchnerista.
Según una encuesta publicada por el periódico El Clarín, de Buenos Aires, realizado por la firma Management & Fit, se mostró que existe una ventaja de 8.2% de Macri, con 51,8%, sobre Scioli, que obtiene 43,6%, más un 4,6% que votaría en blanco.
Por su parte, el diario La Nación, de la capital porteña, también aseguró en una encuesta elaborada por Poliarquía Consultores que el candidato de Cambiemos le lleva a Scioli 8,5 puntos a menos de 11 días para la segunda vuelta.
Dicen en los corrillos políticos que 8,3 puntos, si se toma la media de las dos encuestas, es una ventaja considerable y más si se tiene en cuenta que en la primera vuelta Macri obtuvo un resultado adverso, con un 34,15% frente a un 37,08% del candidato kirchnerista. Como se ve, el jefe del gobierno porteño logró acortar esa diferencia de tres puntos porcentuales e incrementar su embate a 8 puntos por encima de Scioli, lo que demuestra que subió 11 puntos en 17 días.
En Buenos Aires los analistas no se lanzan a vaticinar el triunfo de Macri. Cautelosos y razonables, aseguran que aún no es el momento para darle la victoria a un candidato y llaman a la opinión pública y al electorado a estar pendientes de dos momentos cruciales de la campaña: el debate televisivo este domingo, 15 de noviembre, en la Universidad de Buenos Aires y el desarrollo de la campaña en feudos electorales como Matanzas, a las afueras de la capital, o el interior del país.
Eduardo Fidanza, director de Poliarquía Consultores, le dijo a La Nación, que "a pesar de la ventaja de Cambiemos que muestra la encuesta, no se puede considerar definida la elección”. Según el analista "falta el debate" y "las apelaciones finales de los candidatos", esas que suelen reservarse para el cierre de campaña. "Un gran acierto o un gran error de cualquiera de los dos puede cambiar el destino de la elección", concluyó Fidanza.
Fidanza lo asegura y los hechos también. No hay que adelantarse. Macri está compitiendo con un peronista. Una fuerza que vive, sobrevive y late, como si fuera 1950, en la escena política argentina. Por eso, cuando hay uno de ellos en carrera, hay que esperar. En los próximos días, tal vez, puede haber un acto público que le dé ese impulso a Scioli y lo acerqué a Macri.
El peronismo es maquinaria, poder y retórica popular. Siempre tiene un as bajo la manga y apela al sentir del pueblo y esa afinidad que le tiene al general. El folclor tan propio del argentino, fruto de ritmos locales, coros y batucadas, es un acompañante primordial del proselitismo. Cristina Fernández, actual mandataria, suele acompañar sus salidas en público al ritmo de La Cámpora, una agrupación política de clara inclinación kirchnerista, que le debe su nombre al expresidente argentino Héctor J. Cámpora, y acompaña sin vacilar a la presidenta a donde vaya con canciones de apoyo y manifestaciones públicas seguidas de miles de seguidores.
Ese es, pues, el temor del macrismo. Esa sensación que la maquinaria de La Cámpora, cuya composición en gran parte está constituida por funcionarios estatales, se active. O, se revitalice, porque ya está activa, y empape al electorado con sus cancioneros, manifestaciones, es decir, con su maquinaria populista, y logre ese anhelado embate que tanto esperan los kirchneristas de Scioli.
Ahora bien, en Argentina se sabe que la ficha más importante en esta recta final es el excandidato, Sergio Massa. El líder de Partido Renovador, quien fungió como Ministro de la Nación y posteriormente se desligó del kirchnerismo en malos términos, tiene atrás de sus espaldas los codiciados 5,2 millones de votos que sacó en la primera vuelta.
Desde el 25 de octubre Massa ha estado en la palestra pública dando declaraciones que si bien no permiten decir que se adscribió a la candidatura de Macri, sí demuestran que es más cercano al expresidente de Boca Juniors que a la continuación del kirchnerismo con Scioli.
Massa, quien no solía hablar con los medios, rompió su silencio luego de los resultados de la primera vuelta y atacó a Scioli: “la gente dijo que no quiere continuidad”, e insistió, “mientras Scioli no sea el líder de su fuerza política no puede gobernar nada. Tiene que dejar de ser el empleado de Cristina”. Massa es indirectamente macrista, como se ve.
Según la encuesta de Poliarquía, el 59% de los que en primera vuelta por Massa votarían en el ballotage por Mauricio Macri y el 22% por Scioli. Ocho de cada 100 votarían en blanco o anularían el voto y el 11% restante está indeciso.
Las encuestas predicen y le dan a Macri una ventaja considerable sobre Scioli. Pero lo que define la elección del votante indeciso son los actos públicos de estos dos, en especial, su aparición y desempeño en el debate del domingo. En Argentina no hay una tradición en estos escenarios. Por primera vez en 30 años de democracia los ciudadanos presenciaron un debate televisivo hace 1 mes. La expectativa es aún mayor porque Scioli esta vez sí va ir. Macri, por su parte, también confirmó su presencia.
Los temas del debate ya están confirmados. Serán los mismos que la vez anterior: Desarrollo económico y humano, Educación y primera infancia, Seguridad y derechos humanos, y Fortalecimiento democrático. Se espera un cara a cara, nunca antes visto, entre los dos candidatos. Los ojos están puestos en el debate que será, además de los 5.2 millones de votos de Massa, la otra ficha crucial en esta recta final en Argentina.
El domingo será el esperado debate en la Universidad de Buenos Aires. En Colombia será transmitido por canal 26, 720 DirecTV a las 7:00 p.m..