Los fiscales de la Justicia argentina convocaron a una marcha del silencio para el 18 de febrero, cuando se cumpla un mes de la muerte del fiscal Alberto Nisman, ocurrida en oscuras circunstancias días después de denunciar a la presidenta Cristina Kirchner, informaron este viernes.
El fiscal Carlos Stornelli reclamó junto a sus colegas comprender el significado de la muerte de Nisman e invitó a la ciudadanía a marchar el 18 de febrero: "Que el silencio signifique la paz que necesitamos", dijo en una declaración conjunta ante la prensa con sus colegas.
Stornelli advirtió: "La muerte macabra debe movilizar a una toma de conciencia de que Nisman fue el primer caso pero podría no ser el último".
El fiscal Guillermo Marijuan ratificó que la manifestación que recorrerá pleno centro de Buenos Aires -desde el Congreso hasta la Plaza de Mayo donde se encuentra la Casa de Gobierno- será un homenaje al fallecido fiscal.
"No es una marcha contra nadie", dijo Marijuan tras pedir a los asistentes que lleven "sólo haya banderas argentinas".
Otro fiscal, José María Campagnoli, pidió respeto por "el trabajo, la independencia y la libertad de investigar de los fiscales", al respaldar la convocatoria a la marcha.
Nisman apareció muerto de un disparo en la cabeza el pasado 18 de enero en su apartamento de Buenos Aires, cuatro días después presentar una denuncia señalando a la presidenta por encubrimiento de exfuncionarios iraníes imputados en la causa por el atentado antisemita de 1994 en Buenos Aires, que mató a 85 personas.
Ese ataque ha sido objeto de un complejo proceso en la justicia argentina, que ha revelado graves irregularidades por parte de jueces, fiscales y sobornos de falsos testigos, por el cual el atentado más importante en la historia del país sigue impune.
El fiscal Nisman presidía desde 2004 la fiscalía especial para aclarar el atentado contra ese centro judía AMIA y tras 10 años de investigación su última denuncia apuntaba al encubrimiento de los iraníes por parte del actual Gobierno.
Desde la muerte del fiscal Argentina parece sumida en una novela policial, con revelación de nombres de supuestos espías, mensajes de teléfono, llamadas e hipótesis sobre las supuestas razones de la muerte de Nisman, con una pistola calibre 22 prestada por un estrecho colaborador.
La causa que investiga la fiscal Viviana Fein está calificada como "muerte dudosa" y el abanico de posibilidades incluye el suicidio, el suicidio inducido o el asesinato.
La sociedad argentina está dividida entre los que creen que Nisman fue una víctima del gobierno al que acusaba de encubrimiento y los que aseguran que se trata de un complot contra la presidenta Cristina Kirchner, organizado por poderosos agentes de inteligencia desplazados de sus puestos.