La presidenta Cristina Kirchner, de 60 años, fue operada para extraerle un hematoma de la cabeza en un sanatorio de Buenos Aires, a 19 días de cruciales elecciones legislativas en Argentina.
"La operación ya se inició pero se desconoce la hora de finalización. Estamos esperando", dijo a la AFP una fuente gubernamental que pidió el anonimato.
La página web del gobierno anunció poco después de las 08H00 locales (11H00 GMT) que la presidenta era "intervenida quirúrgicamente en el hospital universitario de la Fundación Favaloro a fin de evacuar el hematoma subdural crónico diagnosticado".
El sábado se le había detectado un coágulo entre el cerebro y el cráneo a raíz de un traumatismo sufrido el 12 de agosto y los médicos le indicaron un mes de reposo.
Pero el domingo la presidenta sintió un hormigueo en su brazo izquierdo por lo que los médicos decidieron operarla en la Fundación Favaloro, un reconocido sanatorio privado, a 400 metros del Congreso, en pleno centro de Buenos Aires.
Allí recibió, la noche del lunes, la visita del vicepresidente Amado Boudou, de 50 años, quien de hecho quedó a cargo del Ejecutivo en plena campaña electoral, aunque no se anunció oficialmente el traspaso temporal de mando.
"Es una operación sencilla, de corta hospitalización, quizás de tres días, y luego una rehabilitación. Para retomar la actividad completa tomará de 4 a 6 semanas", afirmó a la AFP Anders Cohen, jefe de Neurocirugía del Brooklyn Hospital Center de Nueva York, en una entrevista telefónica.
El especialista dijo que "el pronóstico debería ser muy bueno" y estimó que la duración de la intervención es de alrededor de una hora.
"Se hace una incisión, se abre una ventana, esto dura unos 45 minutos, no es un procedimiento largo. Se remueve la sangre acumulada y se asegura que no quede ninguna actividad sanguínea en el lugar. Luego se le coloca un drenaje que normalmente el paciente tolera muy bien", precisó.
En el Favaloro, Kirchner está acompañada por su hijo Máximo, de 36 años, su madre, Ofelia Wilhelm, y recibió la visita de su cuñada, la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner.
Traspaso en plena campaña electoral
"Lo que pide la presidenta es que mantengamos la gestión y en eso nos va a encontrar", dijo Boudou el lunes en un acto en Casa de Gobierno.
El constitucionalista Daniel Sabsay dijo a la AFP que la "Constitución no dice nada sobre un caso así. El artículo 88 habla sólo de traspaso en casos de acefalía y de enfermedad".
No obstante, advirtió que "si se ve que en un plazo determinado no va a poder ejercer el gobierno, lo más prolijo hubiera sido que la presidenta pida licencia al Congreso y se haga el traspaso al vicepresidente".
El traspaso de mando cobra relevancia en plena campaña electoral hacia las legislativas del 27 de octubre cuando se renuevan la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado, a mitad del segundo y último mandato de Kirchner.
Tras sufrir el oficialismo una derrota en varios distritos clave en las primarias de agosto, la presidenta se lanzó de lleno en la campaña para intentar revertir la tendencia y mantener la mayoría en ambas cámaras.
Boudou tendrá la tarea de encabezar los numerosos actos de campaña que tenía previstos la presidenta en todo el país, en momentos en que los sondeos de opinión pronostican otro triunfo de la oposición en la emblemática provincia de Buenos Aires, el mayor distrito.
Boudou cuenta además con muy baja popularidad. "Boudou es el funcionario que tiene la peor imagen en el gobierno", afirmó la directora de la encuestadora Management and Fit, Mariel Fornoni.
El vicepresidente, exministro de Economía entre 2009 y 2011, es investigado en la Justicia por presunto tráfico de influencias en favor de una empresa gráfica, aunque no se han hallado pruebas en su contra y no está procesado.
La mandataria sufrió cuadros de hipotensión desde su primer mandato en 2007 (reelegida en 2011 por otros cuatro años) pero su mayor problema de salud fue un diagnóstico de cáncer que resultó errado según se comprobó tras serle extirpada la glándula tiroides en enero de 2012.
En aquella oportunidad, Boudou asumió formalmente la presidencia durante 20 días. Pero en ese entonces, se mantuvo con bajo perfil.
"Fuerza Cristina", rezan las pancartas
"Fuerza Cristina", "Vamos que todo se puede!" "Mejorate pronto", "El país y los jóvenes están con vos", "Sos irreemplazable", "Todos con Cristina", "En las buenas y en las malas con vos", se lee en carteles.
Una gran escultura ubicada en el ingreso al sanatorio sirve de base para una suerte de altar coronado por una foto de Cristina Kirchner y su esposo, el fallecido expresidente Néstor Kirchner (2003/2007).
Allí fueron colocadas una imagen de la virgen de Luján, patrona de los argentinos, una del Gauchito Gil, un santo pagano con millones de fieles en el país, y una bandera con la imagen del papa Francisco, de origen argentino, junto a decenas de carteles y flores.
También han enviado mensajes de aliento varios presidentes de la región, como el boliviano Evo Morales, el ecuatoriano Rafael Correa, la brasileña Dilma Rousseff, el venezolano Nicolás Maduro, el colombiano Juan Manuel Santos, el uruguayo José Mujica y el nicaragüense Daniel Ortega.
La oposición expresó su solidaridad pero también su inquietud por la falta de información. "Estamos preocupados y todos deseamos que la presidenta se recupere rápidamente. También sentimos un enorme nivel de incertidumbre porque no se está dando toda la información que se debería", dijo el alcalde de Buenos Aires, el conservador Mauricio Macri.