En Loma La Lata, a 1.100 km al sudoeste de Buenos Aires, donde los vientos patagónicos son implacables, más de mil empleados de la petrolera argentina YPF trabajan fuerte en optimizar la explotación de Vaca Muerta, una de las mayores reservas mundiales de hidrocarburos no convencionales.
"Argentina ocupa el cuarto lugar en el mundo con 27.000 millones de barriles de potencial para petróleo no convencional, detrás de Rusia, EEUU y China, y en gas no convencional (shale) es el segundo, después de China, con potencial de 802 billones de pies cúbicos", dijo Gonzalo López Nardone, gerente de Relaciones Institucionales de YPF, durante un recorrido por Vaca Muerta junto a un reducido grupo de periodistas, entre ellos de la AFP.
Pionera en la exploración y explotación, la petrolera argentina inició el desafío de recuperar el autoabastecimiento del país en Loma La Lata Norte-Loma Campana, una zona que abarca 360 km2.
De los 30.000 km2 que mide la formación geológica Vaca Muerta, en las provincias de Neuquén (sudoeste) y Mendoza (oeste), YPF cuenta con 12.075 km2.
"Tenemos el know how (la tecnología), estamos encarando un modelo de factoría, entrenamos personal, tenemos 'expertise' (conocimiento) en geología y ciencia, buenas relaciones con los gremios y con los gobiernos y esto nos va a permitir liberar el potencial que es Vaca Muerta y ponerlo a producir", se entusiasma Pablo Iuliano, gerente de negocios de petróleo no convencional de YPF.
A todo vapor
Donde hace dos años no había nada, hoy en Loma La Lata trabajan unas 1.200 personas.
Proliferan grúas, camiones, tanques de agua, arena especial importada, equipos de fractura, elementos indispensables para perforar la roca, que es el método no convencional para extraer el petróleo o el gas alojados a 3.300 metros bajo tierra.
Durante un sobrevuelo en helicóptero sobre Loma La Lata en una jornada soleada, el ingeniero señala las locaciones con sus torres y sus cuatro o seis pozos, erigidos en el paisaje desértico que contrasta con el rico valle lindero donde proliferan árboles frutales y viñedos que alimentan las reconocidas bodegas de Neuquén.
En esta meseta arcillosa donde los vientos patagónicos, el actual crudo invierno o el tórrido verano dejan su marca en los rostros de los petroleros, YPF tiene hoy 90 pozos en producción de petróleo no convencional --el triple que el total de las otras compañías con concesiones en Vaca Muerta-- y proyecta perforar otros 90 antes de fin de año.
Con la puesta en marcha de 200 pozos al año, YPF planea tener en una década entre 1.500 y 2.000 pozos en esta área, previendo una inversión de 15.000 millones de dólares.
La experiencia adquirida y la tecnología utilizada permitió bajar desde enero pasado de 100 a 54 días el tiempo promedio de perforación y activación de un pozo, señala orgulloso Iuliano.
Según el funcionario de YPF, "con dos de estas áreas de 2.000 pozos cada uno, Argentina puede autoabastecerse de petróleo e incluso tener un saldo exportable".
La petrolera produce hoy unos 8.000 barriles de hidrocarburos no convencionales por día, y prevé aumentar esa cifra a 17.000 barriles diarios a fin de año, 38.000 en 2014 y 60.000 al año siguiente.
"A mediados de 2016, alcanzaremos el 'plateau' (pico) de producción de 70.000 barriles diarios", estima el experto, frente a los 200.000 barriles diarios que produce actualmente en petróleo convencional, según los últimos datos difundidos este domingo por la petrolera.
Vaca Muerta se convirtió en la esperanza de Argentina para recuperar el autoabastecimiento, luego de que en 2011 importara combustibles por unos 9.300 millones de dólares y se prevé que deba erogar USD 13.000 millones este año.
"El desafío es revertir la tendencia. Con el potencial en petróleo y gas no convencional, Argentina podrá ser un país exportador de hidrocarburos", añade López Nardone.
"Ser parte de la historia"
Un 77% de la superficie que tiene YPF en Vaca Muerta corresponde a yacimientos de petróleo, mientras que una parte mucho menor es de gas.
Aunque el avance en materia gasífera es menos notorio en la zona, Pablo Bizzotto, gerente de negocios de gas no convencional de YPF, destaca que con un solo pozo perforado, la petrolera logró frenar la declinación de producción del fluido.
"Hacer y hacer. Lo único que nos tiene que frenar es la seguridad", se entusiasma Bizzotto, reiterando a la AFP la consigna del actual presidente de YPF, Miguel Galuccio.
Bizzotto, un ingeniero de 40 años que se incorporó a la empresa el 1 de enero pasado tras una larga trayectoria en petroleras multinacionales, asegura que desde la expropiación en 2012 del 51% de las acciones que tenía el grupo español Repsol, prestigiosos técnicos e ingenieros argentinos fueron repatriados.
"Tenemos la ilusión de ser parte de la historia", dijo Bizzotto al resaltar "la creciente profesionalización" de la petrolera.
AFP