Archivada quedó la indagación preliminar sobre la posible existencia de una fosa común en el cementerio de La Macarena, en el Meta.
La Procuraduría General archivó esta investigación considerando que después de la inspección hecha al lugar, no se pudo determinar la existencia de una de fosa común en el cementerio de La Macarena, ni se encontraron pruebas que permitieran incidir sobre la existencia muertes de las personas allí inhumadas.
Los hechos desvirtuados están relacionados con la existencia de una fosa en este lugar, enterramientos ilegales y posibles cuestionamientos sobre las muertes de las personas allí inhumadas en las que podrían estar involucrados servidores públicos.
La Procuraduría dijo que “no se ajustan a la realidad las denuncias hechas”, aclarando que no se encontraron testimonios ni pruebas físicas que sostuvieran la denuncia sobre 2.000 cadáveres sin identificar que habrían sido enterrados en ese lugar de manera irregular.
En el informe presentado por los agentes que fueron al lugar se manifiesta que en dicho cementerio existen tumbas individuales “en las que se encuentran inhumados un número aproximado de 500 cuerpos sin identificar. Las tumbas están identificadas con plaquetas dispuestas que permiten identificar el acta de necropsia a la que corresponden”.
Para esta decisión se tuvieron en cuenta los informes presentados por la Fiscalía, en la que se establece que los entierros realizados allá “fueron de manera controlada”.