Los ingresos adicionales estimados de la reforma tributaria de 2016 no cumplieron con las expectativas, alcanzando solo el 0,4% del PIB en 2017, inferior al 0,7% del PIB que era la meta estimada. Para este año se espera un déficit de 3,1% ante los mayores ingresos
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Si el Gobierno quiere cumplir con la meta del déficit fiscal para este año, contemplado en 3,1% del Producto Interno Bruto, PIB, deberá ajustar el gasto público. Así lo advirtió la firma calificadora Fitch Ratings al hacer una evaluación de la situación económica del país.
Señala Fitch que “un aumento en los ingresos de Colombia hará que sea más probable alcanzar su objetivo de déficit de 2018. Sin embargo, alcanzar el ajuste fiscal de 2019, según lo estipulado por la regla fiscal del país, probablemente dependerá en gran medida de la reducción del gasto, que ha sido constante en los últimos cinco años”.
Indica la calificadora que “el objetivo revisado de déficit fiscal de 2017 del 3,6% del PIB se cubrió con ingresos superiores a los previstos, según cifras del gobierno. Los ingresos del gobierno alcanzaron aproximadamente el 15,7% del PIB, frente al 14,9% en 2016. El aumento se debe, en parte, a los extraordinarios ingresos extraordinarios relacionados con multas del sector de telecomunicaciones, valoradas en 0.5% del PIB. Los ingresos adicionales estimados de la reforma fiscal de 2016 no cumplieron con las expectativas, alcanzando solo el 0,4% del PIB en 2017, inferior al 0,7% del PIB
originalmente estimado”.
Crecimiento
Fitch espera que el crecimiento se acelere hasta el 2,8% en 2018, desde menos del 2% en 2017, mientras que la inflación converge hacia el punto medio del objetivo del 3+/-1% del banco central. Se prevé que el déficit en cuenta corriente continúe ajustándose gradualmente al 3,3% del PIB, financiado en gran medida con IED.
Asimismo indica el informe de la calificadora que “las perspectivas del sector petrolero también están mejorando, y se espera que la producción y la inversión aumenten en 2018-2019”.
Señala la firma calificadora que “dado el contexto económico relativamente favorable, esperamos que el gobierno cumpla con su objetivo de déficit de 2018 del 3,1% del PIB en fuentes de ingresos más amplias y menores gastos por intereses”.
Explica que “los impuestos y dividendos de Ecopetrol de 2017 probablemente excedan los pronósticos, estimados en 0.6% del PIB. El gobierno prepagó alrededor de 0.2% del PBI de los gastos de 2018 con los ingresos extraordinarios recibidos en 2017. Sin embargo un peso más fuerte de lo esperado también podría proporcionar algunos ahorros en los gastos por intereses”.
La meta
Ante esta situación, sin embargo, Fitch sostiene que “alcanzar un déficit del 2,2% del PIB en 2019, tal como lo estipula la regla fiscal del gobierno y su marco fiscal plurianual, requeriría un nuevo ajuste del 0,9% del PIB. Incluso suponiendo que los precios del petróleo se mantengan en US$ 60 por barril, los niveles de producción de Ecopetrol continúan en aumento y la actividad económica se eleve, los ingresos por sí solos no serán suficientes para alcanzar el objetivo de déficit”.
Insiste la calificadora que “para cumplir con el objetivo de déficit fiscal del 2,2% del PIB, el gobierno probablemente tenga que aprobar otra reforma tributaria o recortar significativamente el gasto. La reforma tributaria adicional será políticamente desafiante ya que la última reforma fue en 2016. Por otro lado, los recortes de gastos han sido políticamente difíciles de lograr en los últimos años. De hecho, los gastos del gobierno central se han mantenido relativamente estables en casi el 19% del PIB en cada uno de los últimos cinco años”.
Asegura el análisis de la calificadora que “el gasto actual es bastante inflexible, lo que significa una necesidad de depender en gran medida de los recortes en el gasto de capital para alcanzar el objetivo. La carga de la deuda del gobierno general se ha estabilizado en torno al 47% del PIB, superior al 42% del PIB de la mediana 'BBB'. Se necesitarían más ajustes fiscales para reducir la carga de la deuda”.
Indica que “las elecciones parlamentarias y presidenciales están programadas para marzo y mayo de 2018, respectivamente. Una segunda ronda de votación presidencial es probable en junio. No esperamos cambios importantes en el marco macroeconómico del nuevo gobierno sin importar quién gane”.
Asegura el informe que “la implementación del acuerdo de paz con las guerrillas de las Farc, así como las políticas fiscales para apoyar un mayor ajuste serán los principales desafíos para la próxima administración y su primer gran desafío será presentar el presupuesto de 2019, probando su
compromiso de cumplir los objetivos actuales de la regla fiscal”.
Posiciones
Hace poco un informe de la Contraloría General, reconoció que el gasto público juega un papel determinante como elemento contra cíclico de la política económica, y por ello mismo insiste, en el marco de la regla fiscal, en que se requiere reorientar la acción del Estado para mejorar la ejecución y la calidad del gasto público.
“No es suficiente gastar más, hay que gastar mejor, contribuyendo así a una mejor provisión de bienes y servicios públicos esenciales para el impulso al crecimiento económico, el empleo y el desarrollo. En este sentido, las propuestas de la Comisión de Gasto Público permitan orientar la discusión de la política económica hacia estos objetivos”, sostuvo el ente de control, al reaccionar a la baja de calificación de S&P.
Como se conoció a comienzos de enero, la calificadora de inversión Standard & Poor's (S&P) le redujo la calificación al país de BBB a BBB-, decisión que está asociada al fenómeno de déficit gemelos (fiscal y corriente) que aún mantiene la economía colombiana, y a una desaceleración económica mayor a la esperada con anterioridad. Esta determinación se dio en un contexto donde S&P nos mantenía el outlook negativo desde 2016, lo que había prendido las alarmas de los inversionistas. Sin embargo, la rebaja en la calificación habría sorprendido al mercado que esperaba que esta, de presentarse, se llevara a cabo hasta mediados de 2018”.
En este mismo sentido, el Banco de la República, sostuvo que “el proceso de ajuste y corrección de las vulnerabilidades se ha venido dando progresivamente en los tres años posteriores al choque petrolero, y la información reciente permite afirmar que ya se encuentra en su etapa final. Los desequilibrios macroeconómicos inducidos por el choque se han corregido en su mayor parte, las primas de riesgo se han reducido y existen las condiciones propicias para que la economía logre un punto de inflexión que debe llevar a un progresivo repunte en su tasa de crecimiento en 2017 y aún más durante 2018”.