El principal enemigo de que este clamor sea escuchado es que esa norma es una de las que quiere incluir en su balance el Gobierno al final de esta primera parte de la legislatura.
Aplazar el último debate que le falta al estatuto de la juventud, en la plenaria del Senado, le están pidiendo los jóvenes a Gobierno y congresistas.
Sin embargo, el principal enemigo de que este clamor sea escuchado es que esa norma es una de las que quiere incluir en su balance el Gobierno al final de esta primera parte de la legislatura.
Los jóvenes han solicitado que se discuta más el articulado, pues es sustancialmente distinto al que ellos propusieron desde el pasado cuatrienio y que se hundió en su último debate en la Cámara en la pasada legislatura.
Se trata del proyecto de ley estatutaria número 014 de 2011 Cámara, “por medio de la cual se expide el Estatuto de Ciudadanía Juvenil y se dictan otras disposiciones”, acumulado con el número 45 de 2011 Senado, “por la cual se expide el Estatuto de Ciudadanía Juvenil y se dictan otras disposiciones” y con el número 084 de 2011 Cámara, “por medio de la cual se establece el Estatuto para la Juventud, se deroga la Ley 375 de 1997 y se establecen otras disposiciones”.
El primero fue presentado por el representante Orlando Velandia, del Partido Liberal; el segundo por la senadora Alexandra Moreno, del Movimiento Independiente de Renovación Absoluta (Mira); y el tercero por el ministro del Interior, Germán Vargas, a nombre del Gobierno.
La iniciativa reglamenta y, desde el punto de vista del Gobierno, fomenta la participación de los jóvenes en la vida social, económica y democrática, y permite hacer veedurías, por parte de los Consejos de Juventudes, a las políticas públicas que conciernen a la población menor de edad.
El jueves pasado, la Comisión Primera del Senado aprobó la iniciativa, aunque ya desde entonces la petición estaba sobre la mesa.
“Tuvimos un acercamiento con el viceministro de Participación Ciudadana, Juan Fernando Londoño. Nos reunimos en una ocasión con él”, le contó a EL NUEVO SIGLO el joven Carlos Andrés Santiago, miembro del comité técnico encargado de la redacción del proyecto que dio origen a los tres acumulados. Además, agregó, “el Gobierno realizó dos foros, uno en Medellín y otro en Bogotá, para recoger impresiones de jóvenes frente al contenido del proyecto de ley”.
En todos esos encuentros, los jóvenes “propusieron que no se dieran tercer y cuarto debate este año, sino que en vista de que el texto había cambiado significativamente” se discutiera más con ellos y volviera al Congreso el próximo año para concluir su trámite.
No fue que no se incluyera nada de lo planteado por los jóvenes en el articulado que está a punto de aprobarse definitivamente.
“Algunos puntos que salieron de los foros y de la reunión con el Viceministro fueron tenidos en cuenta, pero nos quedan dos preocupaciones puntuales muy claras”, explicó Santiago.
“Una”, anotó, “es el tema de derechos”. En el proyecto hay “un capítulo donde solo nombran derechos, pero no desarrollan ninguno y no dicen cuáles son las medidas de garantía de ninguno, por lo que ninguno genera gasto porque no dice cómo se van a concretar”.
“Y la segunda”, añadió, “es el tema de la institucionalidad, porque aunque el Gobierno ha dicho que se crearía o un Viceministerio o una Unidad Administrativa adscrita a la Presidencia, aún no se ha dicho nada concreto. Y como ya se le vencieron los términos de las facultades extraordinarias para crear nuevas dependencias, sí o sí el Gobierno debe incluir en este proyecto la institucionalidad. Por eso nos preocupa que el proyecto siga avanzando sin que se incluya en él el capítulo de institucionalidad”.
El malestar con el trámite de la iniciativa se manifestó crudamente hace un mes, el 9 de noviembre, cuando fue aprobada en segundo debate por la plenaria de la Cámara. Santiago consideró ese día que el ministro del Interior, Germán Vargas, “nos metió otro gol a los jóvenes”, pues, escribió en su Twitter, “hizo aprobar un proyecto de ley de juventud no concertado” y que, además, dijo, “no recoge la visión de los jóvenes. El Viceministro incumplió su compromiso de construirlo conjunto”, refiriéndose a Aurelio Iragorri.
Desde cuando el estatuto superó su primer debate en la Comisión Primera de la Cámara, los jóvenes ya venían bastante aburridos porque el Gobierno presentó a través de los ponentes una enmienda que, dicen los afectados, desmejoró notablemente la iniciativa.
Para el Gobierno, “esta iniciativa fija los lineamientos de una política pública orientada a la juventud colombiana. Les establece sus derechos, sus deberes, a todos aquellos muchachos entre los 16 y 26 años que quedarán cobijados con este proyecto. Obliga a las entidades territoriales a incluir en sus planes y programa criterios que permitan materializar inversiones para la juventud”, según ha explicado el ministro Vargas.
“Lo que uno se da cuenta es que los derechos que en su desarrollo puedan tener algún tipo de gasto, el Gobierno los está quitando y como inicialmente no pudo en la ponencia, porque los congresistas se acogieron a nuestro texto, terminan con esa solicitud de enmienda que cambia las reglas de juego”, le manifestó Santiago a este Diario.
“Lo más preocupante es el desarrollo de los derechos”, sostuvo. “Pasar de tener unos derechos y tenerlos muy desarrollados con acciones concretas de cómo se materializan esos derechos a simplemente un proyecto donde se nombran y el desarrollo es muy mínimo”, anotó.
Para Santiago, “en materia de institucionalidad independientemente del nombre o de quien esté asignado”, la entidad responsable de ejecutar el estatuto “debe tener una serie de condiciones: una autonomía administrativa, una autonomía financiera, una mayor capacidad política frente a otras entidades del Estado. Actualmente el programa presidencial Colombia Joven no lo tiene”.
Como ya se mencionó, en la legislatura pasada el proyecto se hundió en el último debate. Santiago aseguró que eso se debió a que el Gobierno no tuvo voluntad política de promover su aprobación.
Existía una expectativa de que ahora la cosa fuera a otro precio. “El periodo pasado nos dimos duro”, dijo Santiago. En “este periodo”, se dijeron, “queremos ir de la mano”, de forma que “a pesar de nuestras profundas diferencias tratemos de ir juntos”.
Pero, sostuvo, el Gobierno “se perdió del mapa y no volvimos a saber de ellos sino hasta cuando radicaron la enmienda, construida por funcionarios del Gobierno y no con la participación de los jóvenes”.