En una sesión donde salieron a relucir conceptos religiosos, morales y éticos, se abrió el debate para que en el país los homosexuales puedan contraer matrimonio civil.

Uno de sus autores y ponente, el senador Armando Benedetti (Partido de la U), explicó que el Estado no puede tener injerencia en la condición sexual, religiosa, o en la forma de vestir de una persona. "El Estado debe estar al servicio del otro y buscar su dignidad", dijo.

Según el senador Benedetti, sólo en una democracia y no en una tiranía, las minorías pueden convivir y tener garantías.

La oposición a la iniciativa es de la bancada conservadora. El senador Hernán Andrade (Partido Conservador), precisó que el proyecto "desconoce por la puerta de atrás, el concepto de familia consagrado por la Asamblea Nacional Constituyente. La célula básica de la sociedad la conforma la familia, y quedó consagrada en ese constituyente, que es entre un hombre y una mujer", explicó.

Para el congresista, lo que seguiría después de esta iniciativa es la adopción de parejas del mismo sexo, pero, "que el derecho de los niños que van a crecer al calor de un hogar conformado por una pareja homosexual, dónde está".

Esta posición fue aclarada por el senador Benedetti, quien argumento que entonces "terminemos con la concepción de familia, porque a los niños les puede pasar algo". Y dijo que los grandes genocidios vienen de familia heterosexual, e hizo mención del caso Garavito, como ejemplo.

Según el senador Andrade, la discusión se centra en sí el menor ve ese ideal, si se afecta o no su conducta y recordó que el concepto de familia es el de un hombre y una mujer.

Para el senador Roberto Gerlein (Conservador), el homosexual nace con esa condición, y manifestó su voto negativo. Criticó la unión entre parejas del  mismo sexo, las cuales calificó como "horrorosas".