El jefe del gobierno español, el conservador Mariano Rajoy, jugó este sábado al apaciguamiento al instar a Cataluña al diálogo y a continuar "juntos", un día después del anuncio de mantener el 9 de noviembre la convocatoria de una consulta sobre la independencia suspendida por la justicia.
Mientras tanto, el presidente de Cataluña (noreste), Artur Mas, reafirmaba su intención de continuar hacia adelante en un acto con unos 900 de los 947 alcaldes catalanes, quienes le entregaron simbólicamente mociones de apoyo a este referéndum no vinculante.
"Pueden intentarlo todo para acallar la voz de los catalanes, pero no lo conseguirán", aseguró el dirigente catalán. Los partidos a favor de la consulta, desde los conservadores de Mas hasta la izquierda independentista catalana, habían escenificado la víspera su "unidad" para mantener el referéndum, pero sin revelar la estrategia adoptada.
Frente a esta crisis y a las acusaciones de inmovilismo por parte de la oposición de izquierda, Mariano Rajoy dijo querer privilegiar la "serenidad" y la "calma". "Ley y diálogo, esa es la salida a la situación" en Cataluña, aseguró el jefe del gobierno español ante miembros de su formación, el Partido Popular (PP), en Guadalajara (centro).
Durante su intervención, Rajoy, a quien se le critica su frialdad de cara a los catalanes, quiso jugar la baza afectiva: "Yo quiero que sigamos juntos".
"Aquí, en España, por encima de la ley no hay nadie", subrayó sin embargo el dirigente conservador, para quien "las leyes se pueden cambiar, claro que sí, y las leyes se cambian, pero las leyes no se violan y si alguien quiere cambiarlas tiene que hacerlo por los procedimientos establecidos".
- "Serenidad" frente a "ocurrencias" -
La vicepresidenta del gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, había anunciado la víspera que Madrid recurriría ante el Tribunal Constitucional la creación ese mismo día de una comisión electoral catalana, encargada de supervisar la consulta.
La creación de esta comisión es la primera actuación concreta vinculada al referéndum consultivo, tras la suspensión el 29 de septiembre por el Tribunal Constitucional de la campaña y de los preparativos de la consulta.
El segundo acto se escenificó este sábado. La región bordeó la legalidad con la difusión de una parte del anuncio publicitario, que llamaba a votar el 9 de noviembre, pero con el pretexto de explicar la suspensión decretada por la justicia española.
Cataluña ha lanzado un pulso jurídico a Madrid que rechaza la consulta sobre autodeterminación. La región vive una importante ola independentista desde que el Tribunal Constitucional recortara en 2010, tras un recurso del PP, su estatuto de autonomía aprobado en 2006 y privara a Cataluña del estatus de "nación".
El gobierno español entiende que este referéndum, aunque sea consultivo, es anticonstitucional y quiere prohibirlo, al entender que la decisión sobre el futuro de esta región de 7,5 millones de habitantes corresponde a todos los españoles.
Mariano Rajoy resiste igualmente a las presiones de la oposición socialista, que propone una modificación de la Constitución para una España más federal, al temer la desestabilización del modelo surgido con la democracia, tras la dictadura del general Francisco Franco (1939-1975).
"Este no es momento para hacer eslóganes y sacarse conejos de la chistera. Este es un momento para actuar con mucha prudencia", afirmó Rajoy, para quien, "en momentos de dificultad, no son buenas las ocurrencias (...) es mejor mantener la serenidad, la calma y actuar con responsabilidad".