“¡Para terminar la tarea!”
Sin duda es el leitmotiv de todo el discurso, que tiene como objetivo principal comunicar que la tarea de gobierno va por buen camino pero aún no se ha terminado, razón por la cual se requiere otro mandato. De allí que Santos expusiera los logros pero de inmediato indicara lo que estaba pendiente. El mensaje al electorado es claro: si hay cambio de titular en la Casa de Nariño no habrá continuidad de políticas, y menos en el proceso de paz. La reelección así se convierte en un “tenemos que continuar” obligatorio por el compromiso no dejar nada a medio camino.
“Ustedes me eligieron”
Es una frase pensada, calculada y que está dirigida claramente a contrarrestar la tesis de que fue el expresidente Uribe el que eligió al hoy Jefe de Estado y que sin ese guiño no habría podido llegar a la Casa de Nariño y menos repetir mandato sin su apoyo. La intencionalidad del “ustedes me eligieron” es sencilla y contundente: Santos se dirige a quienes votaron por él, a los nueve millones de votos que logró en 2010 y trata de quitar así del medio la omnipresente sombra uribista, que a cada tanto reclama su paternidad.
“No es solo a sangre y fuego”
Es un dardo directo al uribismo. Ratifica tendencia del Gobierno de hacer ver a ese sector como “guerrerista”, “señores de la guerra”, “enemigos de la paz”… y otros calificativos utilizados con frecuencia creciente. La intencionalidad es clara: poner de presente que Uribe y su candidato Zuluaga no tienen más discurso que el de prolongar la guerra. La maniobra ha dado resultado en meses recientes, pues el uribismo se ve forzado a repetir a diario, en tono defensivo, que no es enemigo de paz, sino del modelo de proceso con las Farc.
“Quiero esa misma oportunidad”
El contexto de esta frase es lo más importante. Santos recuerda que en 2006 se le dio la oportunidad a Uribe de “consolidar unas políticas de seguridad que resultaron exitosas y que hemos seguido fortaleciendo” y ahora él, como Jefe de Estado, también pide a los colombianos que le den la misma oportunidad para consolidar su bandera: “la paz y la prosperidad para el país”. Y pide esa oportunidad bajo el convencimiento de que “TODOS” -así viene en el discurso- quieren el fin de la guerra, algo que reiteran todas las encuestas.
“La generación de la paz”
Una de las frases de mayor impacto dentro del discurso y es claro que busca reforzar la tesis gubernamental de que no apostar por el proceso de paz (que ahora está claramente enlazado con la posibilidad de la reelección) es inclinarse por la prolongación de la guerra. Santos ratifica este flanco cuando habla de que no puede pedir a las madres que sigan prestando sus hijos para la guerra y que la idea no es solo reparar a las víctimas sino evitar que se generen más por un conflicto que no termina.
“Construir futuro, no aferrarse al pasado”
No es la primera vez que el Gobierno señala, ya sea de manera directa o tácita, que el uribismo, con todo lo que éste representa, es el pasado, y que el futuro es la paz, es decir la bandera santista. Para afianzar ese discurso político trata de enviar el mensaje –y el discurso de anoche lo ratifica- que el uribismo divide, polariza, choca, es mezquino, pelea… “Optar por más años de violencia, más víctimas, más dolor para miles de colombianos, es una alternativa inaceptable”. Dardo directo a Uribe y Zuluaga, sin duda alguna.