Un matemático escocés, Angus Deaton, fue galardonado por la Academia Sueca de las Ciencias con el Premio Nobel de Economía. Se tuvo en cuenta para otorgarle la máxima distinción su ’análisis sobre el consumo, la pobreza y el bienestar’.
Se trata de un matemático de formación y economista heterodoxo. Catedrático de la Universidad de Princeton (EE.UU.). Sobresale por sus conceptos sobre dos mundos que él comprobó que eran complementarios: el de la microeconomía y el de la macroeconomía. Sorprende el enfoque diferente sobre el desarrollo. Su propuesta pareciera revolucionaria: reducir la ayuda internacional. Esta idea la expone en su libro La gran evasión: salud, riqueza y orígenes de la desigualdad, que salió a la luz en 2013. En su obra sostiene que los países occidentales derrochan sus recursos con la idea de que los países pobres imiten sus modelos de crecimiento. Para Deaton, lo primero debe darse en el campo de la salud, y en el combate contra la desnutrición.
En la concesión del premio, el jurado valoró la “enorme influencia” del trabajo de Deaton sobre las políticas abordadas en el estudio de la pobreza, tanto en países ricos como en economías en vías de desarrollo.
Su trabajo en las últimas décadas, desde que se doctoró en Cambridge y sobre todo desde que en 1983 se instaló en Princeton, nos explica qué ha permitido a ciertos países escapar de las muertes prematuras, de la desigualdad crónica. Cómo se ha pasado, después de milenios, de una esperanza de vida de 30 años a una de 80 en buena parte del planeta.