Miércoles, 17 de Agosto de 2011
La canciller alemana, Angela Merkel, se apuntó una victoria ante su opinión pública al defender en París su línea ortodoxa fiscal para Europa sin asumir demasiados riesgos, estiman los expertos.
Los analistas alaban sobre todo la idea adelantada el martes por la canciller y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, de que los países de la Eurozona inscriban en sus respectivas Constituciones el compromiso de reducir los déficits públicos como ya lo ha hecho Alemania.
Para Ulrike Guerot, directora de la oficina alemana del Consejo Europeo para las Relaciones Exteriores (ECFR), si por fin se adopta la llamada regla de oro, es decir, el equilibrio presupuestario, se habrá debido a la canciller.
"Desde un punto de vista alemán, estaba claro que había que dar una señal, que de alguna manera Alemania tendrá un control de los gastos de los otros Estados", explica.
Esto significa "alinear" a los otros países europeos con la política de estabilidad alemana.
Esta regla de oro es reclamada por los liberaldemócratas del FDP, socios en el gobierno de coalición que preside, lo que le permite marcar puntos a nivel nacional, recuerda.
El FDP, que está en su peor momento de popularidad según los sondeos, busca por todos los medios imprimir su marca en el gobierno y lidera el combate contra todo intento de mutualizar la deuda de los Estados europeos.
"La ortodoxia presupuestaria (...) es claramente la línea de Alemania desde el inicio de la crisis", señala Claire Demesmay, politóloga del Instituto Alemán de Política Exterior (DGAP).
Al recordar todo el tiempo las reglas europeas, Alemania asume un "verdadero papel de controlador", señala, lo que define como un "liderazgo defensivo".
Pero las propuestas francoalemanas para la gobernanza de la Eurozona eran "esperadas y nada revolucionarias", estimó Demesmay.
Sabine Von Oppeln, experta en integración europea en la Universidad Libre de Berlín, cree que una regla de oro adoptada voluntariamente por los Estados miembros que no conlleve "sanciones, es una herramienta limitada".
"Visto desde Alemania, esto no es un gran éxito de la canciller", estima, "pero se puede decir que en este contexto de crisis, Angela Merkel, ha salido más bien airosa".
Merkel no ha adoptado medidas que la harían una "visionaria para Europa", nada de compromisos difíciles que gestionar sobre el plano interno como sería la creación de los eurobonos, como reclaman los países atacados por los mercados, señala Demesmay. "Sobre esto será juzgada", asegura.
"Estaría bien que Merkel fuera más ofensiva, saltando hacia la unión política, y convertirse en el Adenauer del siglo XXI, pero hay problemas internos", recuerda Ulrike Guérot.
El FDP no es el único partido que se opone a la introducción de los eurobonos. Una mayoría de los conservadores de Merkel no quiere oír hablar de ello y solo los integrantes de la oposición -socialdemócratas y verdes - están dispuestos a contemplarlo.
El instituto de análisis económicos IFO anunció el miércoles que según sus cálculos, la introducción de eurobonos aumentaría de 33.000 a 47.000 millones de euros por año los intereses de la deuda alemana.
Merkel debe hacer votar antes de finales de septiembre las medidas decididas en julio por el Consejo Europeo para luchar contra la crisis de la deuda. Tenía que evitar a cualquier precio medidas que hicieran pagar una vez más a los alemanes para evitar la bancarrota de otros socios menos rigurosos.
AFP