Nicos Anastasiadis, candidato del principal partido conservador, llegó en primer lugar (45,4%) en las presidenciales chipriotas este domingo y se enfrentará en la segunda vuelta el 24 de febrero Stavros Malas (26,9%), respaldado por los comunistas en el poder, según los resultados definitivos.
Los sondeos a boca de urna daban a Anastasiadis, abogado de 66 años y veterano de la política chipriota, el 51% de los votos, lo que provocó estallidos de alegría en las calles de Nicosia, pero la tranquilidad regresó con el anuncio de los resultados oficiales tras el escrutinio.
Estos comicios se llevan a cabo en un contexto de profunda crisis económica y de estancamiento en las negociaciones sobre una eventual reunificación de la isla dividida desde la invasión turca de 1974.
Chipre, donde la salida de la recesión económica no se espera hasta 2015 y donde el desempleo ronda el 15%, negocia desde junio con el Fondo Monetario Internacional, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo un plan de rescate de 17.000 millones de euros, el equivalente de su PIB anual. De esa cantidad, 10.000 millones serían para sus bancos, muy expuestos a la crisis de la deuda griega.
Anastasiadis, líder del partido Disy, se presentó durante la campaña como el más capaz para negociar el préstamo internacional considerado como crucial para la supervivencia de la isla, y dijo estar determinado en obtenerlo aunque se deba aplicar una austeridad aún más marcada.
Es también el único en haber apoyado en 2004 el plan de reunificación propuesto por la ONU, aceptado por los turcochipriotas pero rechazado ampliamente por los grecochipriotas, lo que le valió numerosas críticas por lo que propuso un consenso político sobre el tema, aunque no parece tener una estrategia muy clara.
"Es el más serio, el que más conexiones tiene, por el bien del país", afirmó Andreas Andreou, médico de unos sesenta años, cuando se disponía a votar por Anastasiadis en la ciudad vieja de Nicosia.
En una semana se enfrentará en las urnas al exministro de Salud Malas, de 45 años, un independiente apoyado por el partido comunista Akel del presidente saliente Dimitris Christofias, quien decidió no volver a presentarse.
Malas también es partidario de un plan de rescate internacional. Se impuso por poco a Yorgos Lillikas (24,9%), otro independiente apoyado por los socialistas, el único de los principales candidatos en proponer como alternativa vender ya algunos de los yacimientos de gas natural descubiertos recientemente en las costas chipriotas para evitar la austeridad de un plan de rescate.
Lillikas será el verdadero árbitro de la segunda vuelta.
El domingo por la noche no dio ninguna indicación sobre un eventual apoyo a uno u otro candidato. "Lo veremos en los próximos días", dijo a los periodistas.
Malas estimó por su parte que su campaña tuvo "mucho en común" con los temas defendidos por Lillikas, mientras que Anastasiadis anunció que hablaría "en los próximos días" con el candidato apoyado por los socialistas.
Según los responsables electorales alrededor del 83% de los 545.000 electores se pronunciaron, menos que las elecciones anteriores en donde la participación era superior al 90% del padrón. El voto es obligatorio en Chipre pero la ley se aplica cada vez menos.
AFP